Europa necesita un profeta del emprendimiento

Kulesa es un lector compulsivo sobre el tema del emprendimiento tecnológico y acaba de publicar un largo artículo explicando la manera en que funciona Y Combinator (YC), quizá la aceleradora de startups más famosa del mundo. Esta empresa es una mezcla de fondo de inversión con un programa exprés de una escuela de negocios y una red social, es una guía que permite hacer despegar una pequeña empresa o una simple idea hasta triunfar en el mercado. Si los famosos Laboratorios Bell, nacidos del monopolio telefónico de EE.UU., dieron a luz inventos tan revolucionarios como el láser, el transistor, la fibra óptica, la telefonía móvil o la célula fotovoltaica, YC, creada en 2005, ha permitido el nacimiento de empresas como OpenAI, Airbnb, Dropbox, Twitch, Coinbase, Reddit, Stripe o Instacart y una larga lista de emprendimientos poco conocidos en España, pero populares en Silicon Valley.

Los servicios de YC son fáciles de identificar: financiación (dinero), una red de contactos y orientación por parte de sus fundadores. Y Kulesa ha resumido así los principios básicos: «(i) Invierta en piratas informáticos (hackers) jóvenes, inteligentes, enérgicos y decididos. (ii) Proporcióneles suficiente dinero para pagar sus gastos de manutención, pero no mucho más. (y iii) Ofrézcales unos meses para construir algo, lanzarlo y ver alguna evidencia de crecimiento».

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Pero, todo esto ha sido copiado por otras empresas que no han tenido el mismo éxito. Kulesa dice que al final encontró la clave del éxito de Y Combinator en un texto publicado por Paul Graham, uno de sus fundadores, quien asegura que la tarea de su empresa es «aplicar una cantidad de fuerza relativamente pequeña en el lugar correcto».

Tras leer los escritos de Kulesa y de otros, mi conclusión es que el elemento clave de Y Combinator es precisamente Paul Graham, que es su gurú o profeta. Nacido en el Reino Unido en 1964, Graham fundó YC en 2005 junto con Jessica Livingston (su mujer), Trevor Blackwell y Robert Tappan Morris. Este último es un viejo amigo de Graham al que conoció en la Universidad de Cornell cuando estudiaba Filosofía y que es famoso en el mundo de los hackers porque creó en 1988 el gusano de Morris que contagió a los ordenadores de la que entonces era la incipiente Internet. Paul, Trevor y Robert fundaron en 1995 Viaweb, una empresa que permitía a los usuarios crear sus propias tiendas en Internet y que vendieron por 49 millones de dólares a Yahoo.

Con estos antecedentes, Graham ya era una auténtica leyenda del mundo hacker cuando en 2001 empezó a publicar una serie de ensayos sobre la vida, la programación y el emprendimiento. En 2005, cuando fundó YC, ya había publicado 31 que habían sido leídos en todos los foros de fanáticos de la informática. Algunos de sus artículos como '¿Por qué los Nerds son impopulares' o 'Hackers y Pintores' se convirtieron en textos de culto. Y como Graham contestaba los correos, empezó a detectar un montón de talento y buenas ideas entre los jovencitos desorientados que le escribían. Poco a poco fue creando una comunidad. En 2005, estaba dictando una charla cuando dijo que los 'business angels' que financiaban a los emprendedores «se habían hecho ricos con la tecnología» y un rumor de molestia se extendió entre el público. Graham dice que entonces se dio cuenta de que el dinero no estaba llegando a quien correspondía.

Muchos de los que le escuchaban ese día formaron parte más tarde del éxito de Y Combinator. Alexis Ohanian, fundador de Reddit, era uno de ellos. Pero quizá el dato más llamativo de la 'religión' que fundó Graham es el de Patrick Collison, el impulsor de Stripe, al que conoció cuando estaba en la escuela secundaria y le envió un email. Graham es el verdadero profeta del emprendimiento tecnológico. Tiene un sitio web muy básico (www.paulgraham.com) donde publica sus artículos y suelta cosas que parecen una sesión de autoayuda o psicoanálisis: «No se preocupe si descubre que le interesan cosas diferentes a las de otras personas. Cuanto más extraños sean tus gustos en lo que te interesa, mejor. Los gustos extraños suelen ser fuertes, y un fuerte gusto por el trabajo significa que serás productivo. Y es más probable que encuentre cosas nuevas si busca donde pocos han buscado antes». Lo que le falta a Europa es un predicador.