Un estudio detecta que los impuestos sobre el trabajo y el capital llevan más de un año restando empuje a la economía española
Un trabajo conjunto de cinco analistas de BBVA Research, Fedea y la Fundación Rafael del Pino revela un estancamiento de la productividad bajo los vigorosos datos de crecimiento del PIB
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En ocasiones para interpretar adecuadamente las estadísticas económicas hay que ir quitándoles capas como si fueran una cebolla hasta alcanzar la información más genuina que pueden ofrecer. Ese es el ejercicio al que se han empleado a fondo cinco analistas de tres de las ... más importantes instituciones de análisis económico del país, BBVA Research, Fedea y la Fundación Rafael del Pino, a la búsqueda del núcleo más nutritivo del exuberante crecimiento del PIB español que viene reportando el Instituto Nacional de Estadística (INE) desde hace ya un buen número de trimestres: la ansiada productividad.
La primera conclusión de su estudio, bajo el título 'El desempeño de la productividad en España y sus causas', es que pese a que el relato oficial sostiene que España recuperó su nivel de PIB anterior a la pandemia a principios del año 2022 la auténtica recuperación de los daños que dejó la Covid en la economía española no se produjo hasta hace apenas unos meses, el segundo trimestre de 2025, cuando el PIB por persona en edad de trabajar superó en tres décimas la tendencia de crecimiento que apuntaba a finales de 2019. Según este equipo de analistas, el denominado PIB PET es «en comparación con el PIB agregado, una variable más adecuada para medir el crecimiento y la renta de una economía, y para realizar comparaciones internacionales».
Bajo este perspectiva, la economía española habría sido «una de las economías europeas a las que más le habría costado la recuperación», una conclusión que ya venían apuntando otras métricas que de alguna manera detraen el fuerte impacto que sobre el crecimiento ha tenido el incremento de la población: el PIB per cápita ha crecido la mitad que el PIB agregado (el oficial), el PIB por hora trabajada lo ha hecho solo en una tercera parte y como concluye el estudio el PIB por persona en edad de trabajar apenas acaba de recuperar ahora el nivel previo a la pandemia.
El estudio advierte que desde hace unos meses los factores que están impulsando el crecimiento tienen que ver con la demanda y el mejor acceso al crédito, lo que le da un perfil poco sostenible a largo plazo. También detecta que entre los factores que están restando impulso al crecimiento de la economía emerge desde hace unos trimestres la imposición sobre el trabajo y sobre el capital que venía de tener una aportación positiva, pero que en el último se ha convertido en un lastre para el crecimiento económico.
Según desveló la Autoridad Fiscal, la no actualización del IRPF con el IPC deja en las arcas de Hacienda o les cuesta a los contribuyentes según se mire unos 1.800 euros al año, lo que supone unos 500 euros al año por familia según el Registro de Asesores Fiscales, con el impacto sobre su consumo que esto pueda tener; y algo similar sucede con las subidas de la imposición en Sociedades y sus recursos disponibles para invertir, lo que podría estar detrás de esta aportación negativa de la dimensión fiscal.
Un problema estructural de productividad
Lo que justifica este menor rendimiento de la economía española respecto a la apariencia que ofrecen los datos de Contabilidad Nacional es el estancamiento de la productividad, que consideran como estructural.
«El crecimiento del PIB agregado puede ocultar debilidades que se observan cuando corregimos dicho crecimiento por ciertas variables», como la población, insisten los analistas en la última edición del Observatorio del Ciclo Económico que regularmente elaboran estas instituciones. Al corregir el PIB por el número de horas trabajadas, los analistas detectan que el crecimiento de la productividad por hora trabajada ha aumentando menos de un 3% desde 2019, lo que hace apenas unas semanas llevó al FMI a distribuir un informe que ponía de manifiesto la brecha de productividad de España con EE.UU. y Europa que atribuía a la menor productividad total de los factores y a la menor innovación.
Los analistas advierten de que las conclusiones del análisis de la productividad en España son aún más inquietantes si en lugar de las horas trabajadas se analiza la productividad por trabajador, que está en el mismo nivel en el que estaba hace 22 meses pese al extraordinario crecimiento que ha experimentado el PIB desde entonces. «Este desempeño del PIB por ocupado respecto del PIB por hora trabajada está relacionado con un aumento mayor de los ocupados que de las horas trabajadas, posiblemente influido por el aumento en los contratos fijos discontinuos y otras modalidades de contratos a tiempo parcial», lo que apunta al efecto de la reforma laboral sobre la productividad.
En este sentido, el de las reformas en el campo laboral y sus posibles consecuencias, el informe advierte de que «reducir las horas trabajadas sin mejorar el nivel de ocupación y la eficiencia aumentaría la brecha con Europa» en términos de productividad. Aviso a navegantes.