Las estrellas del balón dan cancha a las startups
Cada vez más conscientes de la necesidad de pensar en su futuro lejos de los campos, los futbolistas apuestan por el emprendimiento tecnológico
Empresas que crean empresas: así funcionan las fábricas de startups
Madrid
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Iniciar sesiónMás allá de los campos de entrenamiento, de los focos del estadio y de las mareas de aficionados rendidos a sus actuaciones, también hay vida para los futbolistas. Conscientes de que su trayectoria profesional es corta y de que, una vez cuelguen las botas, se ... enfrentan a una nueva etapa de mayor incertidumbre, son muchos quienes entran en el efervescente sector de las startups, tanto en calidad de inversores como de emprendedores. Acostumbrados, los que llegan a la élite, a manejar un gran patrimonio, apostar por compañías emergentes de base innovadora es una forma de diversificar su cuantioso patrimonio, así como de implicarse en proyectos que les motivan, como puedan ser los orientados al deporte.
Son muchas las estrellas que se han interesado por este nicho de mercado. Iker Casillas, leyenda del fútbol español, es uno de los más activos, ya que en octubre de 2021 puso en marcha Sportboost, una aceleradora de startups vinculadas al deporte. «La idea surgió a raíz del infarto que sufrí. Se pusieron en contacto conmigo desde la empresa Idoven para ver la formaen la que podría ayudarles. Me explicaron su proyecto y me pareció que estaban consiguiendo un gran avance en el estudio y prevención de las enfermedades cardiacas a través de la inteligencia artificial. Lo hablé con mi equipo y nos dimos cuenta de que en España hay mucho talento de emprendedores que lo que necesitan es un empujón a nivel de visibilidad o financiero. Y así nació SportBoost», cuenta a este diario el exguardameta.
En menos de dos años, ya han analizado a más de 1.000 empresas y han invertido en una decena. «Nos fijamos en tres condiciones principales para la selección: que tengan como base del proyecto un componente tecnológico disruptivo; que de forma directa o indirecta aporten valor al mundo del deporte; y, por último, que estén en una fase de crecimiento como compañía, donde podamos ayudarles», explica.
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Casillas se muestra encantado con esta labor: «SportBoost no nos ha dado más que alegrías gracias al impresionante trabajo del equipo. Ha servido para apoyar al emprendedor. A nosotros nos vale para tener perfectamente analizado por dónde se mueve el negocio del deporte y qué necesidades puede tener para satisfacerlas. Y nos ha dado la oportunidad de trabajar mano a mano con otras empresas líderes como es el caso de Wayra. Creo que hemos conseguido ser el principal conector entre el mundo del deporte, la innovación y tecnología, invirtiendo y acelerando, posicionándonos como referentes en el 'sportstech'».
El que fuera campeón de un Mundial y dos Eurocopas con el combinado nacional y de 19 títulos con el Real Madrid percibe un cambio de mentalidad en los deportistas, más preocupados por su formación integral, algo que redunda de manera positiva en sus salidas laborales lejos de los terrenos de juego. «En la actualidad no planifican su futuro a partir de retirarse, sino que empiezan a hacerlo estando en activo. Cada vez se preparan más compaginando estudios y deporte. Un deportista que se ha preparado ofrece un valor añadido para cualquier empresa o actividad y es la experiencia, el trabajo en equipo, la resiliencia, el esfuerzo, la constancia. Cualidades que tiene el deporte y que son muy valoradas a la hora de aplicarlas al mundo laboral o empresarial», dice.
«Analizamos por dónde se mueve el negocio del deporte y qué necesidades puede tener para satisfacerlas»
La lista de estrellas que se han interesado por este nicho de mercado es amplia: Andrés Iniesta lanzó Never Say Never, que invierte y asesora a compañías relacionadas con entretenimiento y deporte; Gerard Piqué ha respaldado startups de videojuegos como Sorare y Goals; Cesc Fábregas, Saúl Ñíguez, Sergi Roberto o Chris Smalling, entre otros, han apoyado Heura, que vende carne hecha con proteína vegetal...
Los hay incluso que se han animado a montar su propia empresa. Con casi dos décadas sobre el verde a sus espaldas, en las que dejó sello de su clase en el Real Madrid, Getafe, Queens Park Rangers, Espanyol y Real Sociedad, para acabar su andadura en el Marbella, Esteban Granero dio el paso en 2016, cuando militaba en las filas del club donostiarra, de crear su propia empresa, Olocip, enfocada en la aplicación de inteligencia artificial en el mundo empresarial. «Durante mi carrera he convivido con el uso que se hace de los datos en los equipos para tener información que ayude a las personas a tomar decisiones y me parecía que podía haber mecanismos, en este caso, inteligencia artificial, que mejoraran esos datos para que fuesen más útiles en la toma de decisiones. Contacté con expertos, hicimos un par de contratos con la Politécnica de Madrid y fundamos la empresa», expone a este diario en conversación telefónica.
La firma, que forma parte de Best11Group, ha funcionado con fondos propios desde el principio y, según resalta su consejero delegado, es rentable. En el ámbito deportivo, trabaja en fútbol, baloncesto y tenis, en captación de datos y, sobre todo, en el análisis de los mismos. «Queremos cambiar la visión tradicional: en lugar de responder a la pregunta de 'qué ha pasado', contestar a la de 'qué va a pasar o qué tengo que hacer para que pase lo que quiero'», resume. Al hacer 'forecasting', es decir, estimación y análisis de la demanda futura mediante algoritmos, Olocip también cubre las necesidades de industrias como la turística o la alimentaria, a lo que se suma la consultoría para empresas y administraciones públicas.
«Queremos cambiar la visión tradicional: en lugar de responder a la pregunta de 'qué ha pasado', contestar a la de 'qué va a pasar o qué tengo que hacer para que pase lo que quiero'»
Preguntado por su salto de los terrenos de juego a los negocios, Granero piensa que, en el fondo, hay similitudes: «Las startups que tienen éxito son muy pocas con respecto a las que inician y los futbolistas que acaban siendo profesionales también, así que creo que querer ser futbolista es una especie de emprendimiento». En este sentido, afirma que es un colectivo a veces infravalorado, ya que el deportista no solo tiene la posibilidad de invertir, sino una base de contactos importante, conocimiento de la industria y cualidades intrínsecas para ser buen empresario, como desempeñar su labor bajo presión, capacidad de afrontar eventos buenos y malos sin entrar en pánico o la disciplina de trabajo diaria.
Antonio Matilla, responsable de la gestión del patrimonio de grandes deportistas en CaixaBank Banca Privada, explica los alicientes que el sector presenta para estos perfiles. «Son personas jóvenes y muy familiarizadas con la tecnología, por eso les resulta algo natural», comienza por destacar. «Además de su papel como inversor y de la búsqueda de la lógica rentabilidad –continúa–, parte del atractivo estriba en que la imagen del deportista de élite es un reclamo para las startups, lo que facilita que en muchas ocasiones se le involucre también en el desarrollo del negocio», una situación que se observa sobre todo en startups que conjugan el binomio tecnología-deporte. «Su participación como asesor experto para el negocio supone un valor añadido al crecimiento y al refuerzo de la imagen, además de convertirse para el deportista, y esto es otro gran atractivo, en una alternativa profesional en el momento que ha afrontado, o está a punto de afrontar, su retirada como deportista de élite», asegura el experto.
A pesar de que los activos financieros e inmobiliarios representan el mayor peso dentro de su patrimonio, Matilla indica que siempre ha habido un pequeño porcentaje (5-25%) dedicado a inversiones alternativas que, junto con la búsqueda de rentabilidad, tratan responder a sus inquietudes como emprendedores: «Antes se centraban en hostelería, franquicias, bodegas… y durante esta última década han ido dejando paso a la inversión en el sector de las startups como una opción con un peso cada vez más relevante».
El crecimiento del ecosistema y su popularización son factores que, a juicio de Paloma Castellanos, directora de Wayra Madrid, han ayudado a que los astros del balón pongan sus ojos en las startups, buena parte de ellos con una doble intención: «Buscan la rentabilidad de sus inversiones, pero son personas a las que les ha ido bien en la vida y también tienen un componente de devolver valor a la sociedad». Las startups están de moda en el balompié y la experta piensa que «tendrá un efecto llamada».
Valor añadido
Desde su cargo como asesor financiero y gestor de patrimonios en Tressis, el exfutbolista Javier Arizmendi (pasó por el Atlético de Madrid, Valencia y Deportivo de La Coruña, entre otros) constata que la proliferación de soluciones tecnológicas aplicadas a sectores como el deporte ha sido un imán para los profesionales. «No son negocios tradicionales en los que, a no ser que su familia haya tenido experiencia, el futbolista desconoce, sino que invierte en algo en lo que tiene bagaje, sabe las necesidades que pueden existir e incluso habrá startups que resuelvan carencias que haya visto a lo largo de su carrera. Por tanto, puede aportar valor más allá de ser un socio meramente capitalista», menciona como las razones de los movimientos en el sector protagonizados por futbolistas.
Un gran núcleo de los clientes de Arizmendi pertenecen al mundo del deporte, por su experiencia anterior. «Más allá de pensar en qué startup o vertical invertir –aclara–, para un ciclo de ingresos tan atípico, lo primero es diseñar una estrategia clara y definida que hable de necesidades futuras para luego asignar a startups una parte del patrimonio (entre el 5 y el 10%, ya que el riesgo de pérdida de capitales es alto en este tipo de empresas), siempre con un asesoramiento profesional y de manera diversificada».
En un escenario de inversiones cada vez más estudiadas, seducir a estas fortunas es una satisfacción extra para los emprendedores. Toteemi, una app que gamifica la práctica deportiva (ciclismo y running) proporcionando recompensas físicas y virtuales a los usuarios, cerró en abril una ronda de financiación semilla de 2,5 millones de euros en la que participó el defensa del Real Madrid Dani Carvajal. «Es una suerte contar con él y, además, entró en una fase temprana, cuando había un mínimo proyecto viable», resalta Joaquín De Lapatza, miembro del consejo de administración. En su opinión, cerrar una ronda de inversión en los tiempos que corren siempre es una buena noticia, pero si encima la propuesta recibe el apoyo de un futbolista de primer nivel, las ventajas se multiplican.
«Actúa de altavoz y provoca que la gente se anime a prestar atención a la compañía, sobre todo porque es un deportista y la startup opera en ese ámbito», apunta. En los meses de julio y agosto, Toteemi ha organizado una Liga de Verano con la que espera sumar más de 5.000 participantes y superar los 40.000 usuarios registrados en la app.
Mutter Ventures, una suerte de fábrica de startups (tienen un equipo propio que busca ideas, analiza, valida, lanza y financia proyectos, siendo sus propietarios íntegros), levantó a finales del año pasado seis millones de euros en una ampliación de capital que reunió la financiación suficiente para salir a bolsa en Euronext. Entre sus inversores, destacan dos nombres: los futbolistas Kepa Arrizabalaga, portero del Chelsea, y Pedro Rodríguez, extremo de la Lazio. «No hemos utilizado su entrada en ningún caso y, de hecho, salió a la luz porque como la compañía pasaba a cotizar, iban a ser datos públicos», aclara Christian Rodríguez, CEO de la firma, quien piensa que las características del 'venture builder' animaron a los jugadores.
«Contamos con una estructura profesionalizada, ofrecemos a los inversores una comunicación continua de lo que está pasando, diversificamos en cuanto a sectores y tenemos compañías en diferentes momentos, por lo que el motivo de la inversión fue que les dábamos seguridad y control sobre su dinero», una propuesta alejada de la inversión en proyectos concretos que, para el consejero delegado, presentan un «punto de complicación» para los futbolistas porque no pueden pedir reportes constantes, la gestión a menos es menos profesionalizada, etc.
Como inversores o como fundadores, aumentan los futbolistas que chutan hacia el sector de las startups para trazar la jugada perfecta y hacer de la innovación su socio perfecto fuera del césped.
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