España activará un puente naval con Italia para enviar gas a la UE
Su puesta en marcha sería inmediata, ya que los gasoductos proyectados con Francia e Italia tardarán varios años
También se aumentará ligeramente la capacidad de las dos interconexiones a través de los Pirineos
Planta regasificadora de Enagás en Barcelona
Mientras los políticos europeos hablan de la necesidad de que se construyan determinadas infraestructuras para reducir o eliminar la dependencia gasista de Rusia, proyectos que no entrarían en funcionamiento hasta dentro de al menos tres años, los técnicos ya tienen diseñadas otras soluciones que ... podrían ponerse en marcha de manera casi inmediata para proporcionar gas natural al resto de Europa si los suministros desde Rusia se redujeran o se cortaran totalmente en los próximos meses.
Las medidas que podría activar Enagás, el gestor del sistema gasista español, en un corto espacio de tiempo serían dos: establecer un puente naval entre España (Barcelona) e Italia (Panigaglia, cerca de La Spezia) para llevar gas en buques metaneros hasta el país transalpino, así como aumentar la capacidad de los dos pequeños gasoductos que nos conectan con Francia, según fuentes del sector.
Aunque el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, retomó recientemente el proyecto del gasoducto MidCat después de rechazarlo tres años antes, Francia sigue oponiéndose al mismo. Nuestros vecinos utilizan muy poco el gas y carecen de una buena infraestructura gasista. Por eso, tienen un mínimo interés en construir un gasoducto de cientos de kilómetros de longitud entre la frontera española y el norte del país para conectarlo a la red europea. Aunque su coste lo subvencione la UE.
Francia no cede
Confirmada la negativa francesa, como ya sucedió en 2017, Sánchez dijo el miércoles en Colombia que «si no sale adelante el plan A, pues habrá que buscar el plan B, y este es la interconexión de la Península ibérica con Italia».
En este punto hay que explicar que tanto el gasoducto MidCat como el que pudiera construirse con Italia, no son iniciativas del Gobierno español, sino que figuran en el programa RePowerEU de la Comisión Europea.
Sobre este asunto, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, también defendió ayer el proyecto del Midcat durante su visita a París. «Aunque España no es el país más afectado por el chantaje energético» del presidente ruso, sí quiere ser solidaria y mantiene una «postura colaboradora» en la búsqueda de «las mejores alternativas» para garantizar que «este invierno y los siguientes» no hay problemas de abastecimiento de gas en ningún país europeo, dijo.
Experiencia de Enagás
La solución del puente naval está basada en la gran experiencia que tiene Enagás en la descarga y recarga de buques metaneros. El año pasado, las seis regasificadoras que hay en España recibieron 254 buques. De ellos, 47 descargaron en la planta de Barcelona, la primera que se construyó en nuestro país y que tiene una capacidad de 760.000 m3.
El único problema que tendría este sistema de buques lanzadera es que, debido a las menores dimensiones de atraque en el puerto italiano de La Spezia -próximo a la planta de Panigaglia-, los buques que transporten gas hasta allí serían de menor capacidad que los enormes metaneros que descargan en la planta de Barcelona procedentes principalmente de Catar, Argelia, Nigeria y Estados Unidos.
De momento se desconoce la cantidad de gas que podría recibir Italia, cuya demanda (77 bcm al año) más que duplica la de España (33 bcm). En cualquier caso, nuestro país podría enviar a Europa, vía Italia y Francia, unos 20 bcm (miles de millones de metros cúbicos) de capacidad excedentaria, según apuntó recientemente el consejero delegado ejecutivo de Enagás, Arturo Gonzalo Aizpiri. Cabe recordar que Europa recibió de Rusia unos 150 bcm en 2021.
En principio, las instalaciones de Barcelona recibirían buques contratados por cualquiera de los países europeos afectados por el previsible recorte de gas ruso. Tras reenviarlo a Italia, desde aquí se transportaría por la importante red de gasoductos que tiene este país hasta Centroeuropa. Algo que no se puede hacer a través de los dos conexiones internacionales que tenemos con Francia. Entre ambas (Euskaldour, en Guipúzcoa, y Larrau, en Navarra), suman tan solo 7 bcm. Por ejemplo, el gasoducto Medgaz, que trae gas desde Argelia hasta Almería, tiene una capacidad de 10 bcm.
Las interconexiones de Euskaldour y Larrau podrían ampliarse un poco, hasta los 8 o 9 bcm, ya que sus instalaciones no permiten más. Eso equivaldría a la carga de unos 8 metaneros al mes.
Mientras el puente naval y la pequeña ampliación de estos gasoductos podrían entrar en funcionamiento en poco tiempo, el gasoducto entre Barcelona y Livorno (Italia) aún tardará muchos años en ser una realidad.
El proyecto ya está siendo estudiado desde hace meses por Enagás y la italiana Snam. Tendría una longitud de unos 700 kilómetros bajo el mar Mediterráneo -el Medgaz tiene 210 kilómetros- y un coste de unos 3.000 millones de euros.
Gas e hidrógeno verde
En principio, entraría en funcionamiento en 2028, según el proyecto que maneja Enagás. Hasta 2039, transportaría gas y, a partir de esa fecha, hidrógeno verde.
La infraestructura constará de cientos de tubos soldados de unos 12 metros de longitud cada uno y un diámetro de 60 centímetros. Para su protección mecánica y anticorrosiva, sobre todo en profundidades de 2.000 metros, los tubos llevan un revestimiento con tres capas: una de resinas epoxídicas (contra la corrosión), otra de material adhesivo (para fijar el revestimiento) y una tercera de polipropileno (para proteger al tubo de golpes y rozaduras). En las zonas de poca profundidad recibirán, además, un revestimiento de hormigón para proteger al gasoducto de factores externos.
Los tubos se despistan sobre el lecho del mar en la mayor parte de su trazado y solo se entierran en las proximidades de ambas costas para evitar cualquier incidente.