Los bancos abren todas las ventanillas a la revolución biométrica

La empresa española Serban Biometrics lleva cerca de una década investigando en este campo y ha trabajado con entidades como Banco Santander y BBVA, entre otras. «Desde los primeros 2000 hasta hoy se ha avanzado lo mismo que en los 200 años anteriores por la demanda de los propios clientes, si bien la tecnología ha estado a la altura», explica Juan Pablo Yagüe, su director general, que recuerda cómo la banca se interesó por la biometría para evitar que las personas tuvieran que acudir presencialmente a la sucursal para hacerse clientes.

«Suponía una restricción porque no todo el mundo tiene una oficina cerca de casa», comenta. Los bancos se dieron cuenta de que la biometría, era, por tanto, una opción plausible para gestionar el alta de los clientes de forma remota. «Se comprobó que a nivel técnico y operativo era seguro y luego esperamos a que, en términos legales y de 'compliance', se aceptara como medio alternativo», rememora, al tiempo que subraya que «los bancos han sido punteros en la incorporación de nuevas tecnologías».

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Caixabank fue, de hecho, la primera entidad financiera del mundo en ofrecer a sus clientes la posibilidad de realizar reintegros en sus cajeros automáticos mediante reconocimiento facial y sin tener que introducir su PIN. Presentada en 2019, esta tecnología ya está implantada en más de 1.400 cajeros de España. «El cajero dispone del hardware y software necesario para validar hasta 16.000 puntos de la imagen del rostro del usuario, lo que garantiza una identificación totalmente segura», dicen. Además, el cliente lleva a cabo una prueba de vida, en la que debe hacer un movimiento aleatorio con su cara indicado por el cajero. «Así se comprueba la vivacidad y reacción coherente del cliente delante del cajero y resulta el elemento diferencial del sistema de reconocimiento facial de Caixabank. En caso de no superar la prueba de vida, el sistema solicita el PIN», detallan. Desde el banco adelantan que se está ensayando una nueva tecnología de prueba de vida que no requerirá realizar ningún movimiento, mejorando la experiencia y facilidad del servicio.

No es la primera experiencia de Caixabank en la incorporación de tecnología biométrica, ya que la entidad impulsa proyectos al respecto desde hace tiempo. Por ejemplo, fue el primer banco de España que incorporó la identificación por Face ID para acceder a la banca digital, de forma que los clientes pueden acceder a sus cuentas mediante reconocimiento facial a través de su terminal móvil y sin introducir otros datos de acceso, como DNI, número de identificación de usuario y contraseña.

BBVA es otro de los bancos españoles comprometidos con la tecnología del reconocimiento facial. Ha sido el primero en nuestro país que integró el sistema de autenticación FIDO, a través de un acuerdo con la compañía Nok Nok Labs, lo que facilita el uso de mecanismos de identificación alternativos a las contraseñas, como la huella dactilar o el reconocimiento facial, de forma cómoda y segura gracias a los sistemas de encriptación.

«La clave privada se conserva en el 'hardware' del dispositivo y la pública se guarda en el servicio online. Para realizar la autenticación, el dispositivo del cliente debe demostrar al servicio online que dispone de la clave privada realizando una verificación matemática. Además, la clave privada del cliente únicamente se podrá utilizar una vez que el usuario la haya desbloqueado de forma local en el dispositivo. Este desbloqueo puede realizarse mediante una acción segura y fácil como por ejemplo introduciendo su huella dactilar, utilizando su voz o introduciendo un PIN», explica Raúl Navarrete, responsable del canal móvil de BBVA en España.

Preguntado por el grado de adopción, asegura que cada vez se pueden realizar más cosas utilizando la biometría, como darse de alta en el banco y abrir una cuenta haciéndose un selfie y grabando un pequeño vídeo de sí mismo, un servicio lanzado en 2016. «Junto a ello, incorporamos una opción en la app donde se puede consultar el listado de móviles y tablets a los que se ha dado permiso para acceder a la app de BBVA a través de la huella dactilar o el reconocimiento facial», agrega. Por otro lado, también están utilizando la seguridad de los sistemas biométricos para autorizar acciones. «Por ejemplo, si el cliente quiere cambiar su número de teléfono validado debe hacerse una foto de sí mismo y del anverso y reverso de su documento de identidad. A esto se une la posibilidad de autorizar prácticamente todas las operaciones financieras», subraya. El banco asegura que están en números cercanos al 15% de los que acceden con biometría, unos 400.000.

Y la entidad ya trabaja en la biometría conductual, que registra cómo interactúa el cliente con el banco y cómo se comporta durante las operaciones bancarias. Como explica Navarrete, «a partir de ahí se pueden identificar patrones irregulares y generar alertas cuando las acciones no sean acordes al uso habitual». Algo que, destaca, les está ayudando mucho a frenar el posible fraude. De hecho, este tipo de biometría nos está ayudando mucho a frenar el posible fraude.