Endesa acelera las salidas pactadas de directivos vinculadas al 'plan Meloni'

Y es que, tal y como avanzó este periódico, Meloni, poco tiempo después de su llegada al poder, allá por octubre de 2022, colocaba en junio del siguiente año al frente de Enel a Flavio Cattaneo, como nuevo consejero delegado, lo que inmediatamente le convertía en vicepresidente de Endesa. Por entonces, Cattaneo recibió el mandato de la primera ministra de controlar las inversiones en renovables en la filial en España, en línea con su política energética.

Entonces, las primeras palabras de Cattaneo tras sustituir a Francesco Starace al frente de Enel –también de la vicepresidencia de Endesa– se tornaron premonitorias para la cúpula de la española, con José Bogas de presidente: «adoptaremos un enfoque más selectivo hacia las inversiones para maximizar la rentabilidad y minimizar los riesgos».

Entre esos planes, Meloni –que se fijó como objetivo convertir a Italia en la puerta de entrada del gas para Europa desde África – exigió ajustar las milmillonarias cantidades destinadas en tecnología en renovables y gastar más en redes, un plan que en España es justo el contrario al que sigue el Ministerio de Transición Ecológica de Teresa Ribera, que mantiene paralizadas las inversiones en redes.

Además, una de las claves del plan de la dupla Meloni/Cattaneo era, y sigue siendo, no poner en peligro los suculentos dividendos de la española para el Estado italiano. Por tanto, cuanto menos invierta Endesa en grandes proyectos en solitario, más dividendo recibirá Italia, y las ingentes inversiones en renovables ponen en riesgo ese capital.

Por ello, el mandato de la primera ministra italiana al equipo gestor de la española vía Cattaneo fue más allá: las inversiones desde ese preciso momento deben firmarse con socios financieros y, si fuera necesario, ajustar los cuadros directivos y del resto del personal de los activos que se compartieran con esos nuevos socios, según explicaron a este periódicos fuentes italianas, como así está ocurriendo.

Oídas las directrices, el equipo directivo de la eléctrica española se puso manos a la obra y, a finales de noviembre del año pasado, «actualizaba» su plan de inversiones y, por tanto, también el ajuste de personal al que en principio iba dirigido. Al mismo tiempo, anunciaba la apertura del capital en el área de energías renovables, lo que permitiría a Endesa incrementar sus inversiones y ampliar su alcance en el mercado, especialmente en un sector que enfrenta desafíos significativos de crecimiento debido a la baja remuneración y contracción de la demanda.

Así, la eléctrica española reevaluó a finales del año pasado su estrategia de crecimiento para el periodo 2024-2026. Los tres pilares estratégicos surgidos de este proceso son, primero, la rentabilidad y la flexibilidad –sobre la base del modelo de socios externos en el desarrollo renovable– a la hora de decidir el destino de las inversiones; la eficiencia y efectividad de las operaciones, con mayor control de costes y maximizando la generación de caja; y, tercero, la sostenibilidad financiera y ambiental.

En total, la inversión que se contempló en la nueva estrategia para la Península Ibérica se mantuvo en una línea continuista respecto al plan 2023-2025, situándose en 8.900 millones. De ese total, 2.800 millones de euros brutos se destinarán para redes de distribución, 200 millones más que en el plan anterior pendientes de una mayor visibilidad sobre la revisión regulatoria; otros 4.300 millones para renovables, misma cifra que en el plan precedente, con un mayor peso de la eólica para alcanzar los 13.900 MW de capacidad renovable a final de 2026 y con Andorra, Pego y los 800MW eólicos de Galicia como proyectos estrella; y 900 millones para el área de clientes para alcanzar los 7,5 millones en el mercado libre en la Península Ibérica al final del trienio, al tiempo que la electrificación de todos los usos energéticos guía la estrategia comercial.

A partir de entonces, se aceleró el plan de ajuste de plantilla firmado con los representantes sindicales –UGT, SIE y CC.OO.– para el periodo 2021-2024, que aún se mantiene pero que está llegando a su fin. Por ello, la empresa en la actualidad está negociando el nuevo convenio con los sindicatos, que se encuentra prorrogado y finaliza a finales de este. También, hay un acuerdo de garantías, en el cual se integra un plan de salidas voluntarias que caduca a finales de 2024. Los sindicatos quieren que el nuevo convenio se firme asociado al nuevo acuerdo de garantía, pero la empresa se niega.

En el plan que aún está por acabar a diciembre de 2024, Endesa había pactado con los sindicatos reducir la plantilla en 1.200 personas como máximo en dicho periodo. El ajuste se pactó para casi el 13% del personal actual, 9.688 personas a 30 de septiembre de 2020. Las salidas son voluntarias, para las que la empresa provisionó 390 millones de euros.

Las bajas se enmarcaron dentro de la aplicación del plan estratégico de la compañía para impulsar la digitalización de procesos, que conllevaría esa reducción de personal y afectaba, principalmente, a las áreas de Distribución, Comercial y 'staff' Corporativo. En el caso de Distribución, supone en torno a dos tercios de la cifra, unos 800 empleados, mientras que unos 250 serán del área Comercial y otros 150 de la parte Corporativa.

Bogas reconocía entonces la 'directriz Meloni': «La nueva estrategia más selectiva en cuanto al destino de las inversiones optimiza nuestro modelo de empresa verticalmente integrada, al tiempo que mantiene la flexibilidad que permita capturar oportunidades de futuro... Todo ello con el objetivo, también, de ofrecer una política de dividendo atractiva y sostenible».