Empresarios y sindicatos chocan por los periodos de actividad de los fijos discontinuos en hostelería

Uno de los puntos en liza es la profundidad en la regulación de los contratos fijos discontinuos. Tras el agravamiento y limitación de la fórmula del contrato temporal tradicional, una buena parte de los trabajadores del sector se ha mudado al mejorado contrato fijo discontinuo. Sin embargo, esta figura quedó con algunas inconcreciones tras la negociación y aprobación de la reforma laboral que echó a andar en enero de 2022, como es el punto de los periodos mínimos de activación de estos trabajadores.

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Cabe recordar que el contrato fijo discontinuo se usa para las actividades que pese a ser intermitentes cuentan con unos periodos concretos y reconocibles de actividad, con cierto cariz de estabilidad. Sin embargo, la normativa aprobada no recoge un límite concreto, y sólo plantea que la actividad laboral se lleve a cabo de manera intermitente para dar cabida a este tipo de relación laboral.

Producto de esta indeterminación, los convenios de hostelería firmados a niveles provincial y regional en el último año y medio han ido clarificando el funcionamiento de los empleados sujetos a un contrato fijo discontinuo, estableciendo periodos mínimos de actividad en algunos casos en los que pico de actividad y de demanda de mano de obra está claro y se asocia a las temporadas turísticas. Por ejemplo, explica a ABC el secretario general de la Confederación Empresarial de Hostelería de España, Emilio Gallego, que este es el caso de regiones como Canarias en las que se establece un mínimo de actividad de cuatro meses enmarcados dentro de la estacionalidad de las islas.

Precisamente, este es el aspecto en el que a día de hoy existe un importante enfrentamiento entre los representantes de empresarios y trabajadores. Fuentes patronales señalan a ABC que la intención de los sindicatos es incluir en el marco nacional, del que cuelgan los subsiguientes convenios autonómicos y provinciales, un periodo mínimo de activación para todo el territorio nacional. Desde los sindicatos aseguran en este sentido que el movimiento es necesario para dar estabilidad y certidumbre a este colectivo sobre los momentos de ocupación y en los que se prevé un periodo de inactividad.

«Donde no hay temporada, no hay periodo mínimo», señalan como premisa de cara a la negociación la patronal, la Confederación Empresarial de Hostelería de España (CEHE), de cara a las negociaciones que previsiblemente se retomarán el próximo 20 de septiembre, cuando hay fijada una primera reunión para el tratar los puntos a renovar del ALEH, y en donde se tratará de implantar las bases para incorporar a los casi dos millones de empleados al sistema de previsión complementaria a través un plan de pensiones sectorial, tal y como avanzó este medio.

Desde CC.OO., el responsable de Políticas Sectoriales de Hostelería y Turismo de la Federación de Servicios, Gonzalo Fuentes, explica a ABC que esta medida es necesaria en un contexto en el que además el sector adolece la falta de mano de obra en los momentos de mayor actividad por el acicate del turismo. «Una de las opciones de aplicación de periodo mínimo es contabilizar el tiempo medio de actividad en los dos años anteriores», señala el representante sindical.

Así, una de las medidas para regular estas llamadas sería establecer un mínimo en base a la media de trabajo efectuado, si bien este listón también estaría sujeto a concreciones en las firmas de convenios provinciales y autonómicos. Sin embargo, los empresarios rechazan este extremo. Aseguran que hay lugares, como por ejemplo Valladolid, Huesca, Zamora, Segovia, donde no hay estaciones marcadas, por lo que no se puede cumplir con esa premisa de 'intermitencia estable' del empleado.

Más allá, este será uno de los puntos que pongan a prueba las resistencias de un convenio que está a pocos meses de vencer y que se fijo en su momento sólo para 2023. El actual ALEH, el séptimo que se firma, se aplica desde el 1 de enero y viene a ser una prórroga del anterior texto al que se añadieron adaptaciones en materia de formación y se ampliaron garantías de subrogación en las concesiones más allá de los aeropuertos.

Ahora, habrá que esperar a conocer la profundidad de los cambios que se introduzcan en materia de contratación sobre la activación de los fijos discontinuos, sobre las condiciones laborales en la externalización de servicios y para la revisión de las clasificaciones profesionales para saber si será necesario alumbrar un nuevo convenio nacional de hostelería o si se puede sustanciar con una prórroga del actual texto regulador.