El emprendimiento innovador pierde la efervescencia y se sumerge en las dudas
La caída del 20% de la inversión en 2022 marcó un cambio de tendencia en el ecosistema de startups, y no hay signos de mejora en un inicio de año marcado por la inflación, el alza de tipos y la inquietud financiera
Españoles en el 'crack' del Silicon Valley Bank: «La gente estaba muerta de miedo»
Madrid
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Iniciar sesiónInflación, tipos de interés al alza, guerra en Ucrania y, por si fuera poco, la amenaza de una crisis financiera que en las últimas semanas está sumiendo a los mercados en una sensación de inseguridad permanente. Las quiebras de Signature Bank y, sobre todo, ... de Silicon Valley Bank (SVB), una de las entidades de referencia en el ecosistema del emprendimiento innovador de Estados Unidos, han encendido todas las alarmas en el sector de las startups. Las firmas radicadas en la meca de la tecnología son las que más sintieron las primeras sacudidas, pero con el hundimiento de los bancos norteamericanos todavía muy presente, el rescate in extremis del suizo Credit Suisse y la desconfianza en torno al alemán Deutsche Bank han acentuado la preocupación entre los startuperos de nuestro país, ya que las turbulencias les han pillado en un momento delicado, de contracción de la inversión y de ajuste de valoraciones, de modo que estos nuevos cisnes negros no hacen sino sembrar más dudas sobre el acceso a financiación para sus proyectos.
Tras un atípico 2020, marcado por la crisis del coronavirus, que dejó el volumen de inversión captado por las startups españolas en los 1.104 millones de euros (lo que representa un 9,3% menos interanual), en 2021 este segmento de la economía disfrutó de una lluvia de dinero que le catapultó a niveles récord, hasta alcanzar los 4.314 millones de euros (el 52,5% procedente de inversores extranjeros), casi cuatro veces lo recaudado el año anterior, que se distribuyeron en 413 operaciones.
Sin embargo, a partir del segundo trimestre de 2022 esta tipología de empresas perdió ritmo. Los fondos cambiaron de marcha hasta el punto de que el ejercicio terminó con un descenso de la inversión del 20%, quedándose en los 3.434 millones (el 39,5% procedente de fondos con origen foráneo), si bien se cerraron 424 operaciones, según se desprende del informe anual de la Fundación Innovación Bankinter. «El hecho de que el volumen de inversión haya disminuido un 20% y las operaciones hayan aumentado ligeramente se explica por una importante reducción en el tamaño medio de las rondas, que pasa de 10,5 millones de euros en 2021 a 8,1 millones en 2022», reza el documento.
Evolución de la inversión
En millones de euros
Extranjera
Nacional
Mixta
Operaciones
(*) Coinvierten inversores locales y extranjeros
424
413
4.314,3
3.434,5
340
Totales
1.686,56*
(39,1%)
1.599,84
(46,6%)
246
363,06 (8,4%)
1.253,8
2.264,59
(52,5%)
179
477,6
(13,9%)
1.217,9
1.104,85
494,00
(39,4%)
526,13
(43,2%)
1.357,11
(39,5%)
606,04
(54,8%)
691,76
(56,8%)
759,80
(60,6%)
498,81
(45,2%)
2018
2019
2020
2021
2022
Fuente: Fundación Bankinter / ABC
Evolución de la inversión
En millones de euros
Extranjera
Nacional
Mixta
Operaciones
(*) Coinvierten inversores locales y extranjeros
424
413
4.314,3
3.434,5
340
Totales
1.686,56*
(39,1%)
1.599,84
(46,6%)
246
363,06 (8,4%)
1.253,8
2.264,59
(52,5%)
179
477,6
(13,9%)
1.217,9
1.104,85
494,00
(39,4%)
526,13
(43,2%)
1.357,11
(39,5%)
606,04
(54,8%)
691,76
(56,8%)
759,80
(60,6%)
498,81
(45,2%)
2018
2019
2020
2021
2022
Fuente: Fundación Bankinter / ABC
Las cifras ponen de manifiesto que, antes de que la debacle de SVB pusiera en guardia a los mercados de todo el mundo, las startups de nuestro país ya habían visto lastrada su capacidad de captar capital en rondas de financiación. Íñigo Laucirica, Investment Manager del fondo Samaipata, atribuye el retroceso a varios factores, como el ciclo alcista de los tipos de interés. «La dirección de la política monetaria ha dado un giro de 180 grados para combatir la inflación, lo cual afecta de forma directa a las empresas tecnológicas. Desde el punto de vista de valoración, son negocios que, por lo general, tienen flujos de caja positivos a largo plazo y, en la medida en que el coste del dinero aumenta, la valoración de esos flujos a largo plazo se rebaja bastante. Si las hermanas mayores de las startups tienen una valoración menor, las valoraciones en general bajan, lo cual ralentiza el mercado», expone.
Laucirica ve probable, por otro lado, que disminuya el ritmo de financiación de los propios fondos de capital riesgo. «Al haber bajado la valoración de todos los activos (renta fija y variable), en las carteras de los inversores de 'venture capital' (family offices, aseguradoras, fondos de pensiones, etc.) ha subido el peso de los activos alternativos ('private equity', 'venture capital') y es de esperar que busquen rebalancearlo en los próximos años, lo cual hará que los fondos sean un poco más lentos a la hora de desplegar capital», dice. En definitiva, cree que el enfriamiento del ecosistema experimentado en 2022 continuará el presente curso, con independencia de lo ocurrido con SVB ya que, en su opinión, la mala gestión financiera que ha desembocado en la quiebra de la entidad no tendrá impacto directo en las perspectivas de inversión en startups y, menos todavía, en las españolas.
Alejandro San Nicolás, experto en Economía Digital y docente de la Universidad Internacional de Valencia, se mueve en esta línea. «La forma en la que se financian las startups en España difiere de lo que sucede a nivel mundial. Aquí los bancos casi nunca financian directamente a empresas emergentes, sino que utilizan sus ramas de capital riesgo, pero hace años es una opción a la que no suelen recurrir las startups», argumenta para dejar claro que el ecosistema nacional se librará del terremoto bancario originado en California. Ahora bien, reconoce que las startups pasarán apuros para lograr sus propósitos en materia de financiación. «El dinero está carísimo. No solamente los inversores van a ser selectivos, sino que los propios emprendedores deberán justificar mucho sus promesas. Son malos tiempos para arriesgar», zanja.
Desde Adigital, la Asociación Española de la Economía Digital, advierten de que «pese a la incertidumbre y el temor inicial, como ya se ha ido informando por diversidad de instituciones, empresas e inversores españoles, hay una situación de normalidad en el ecosistema de startups y scaleups de nuestro país». En todo caso, añaden, la situación generada con SVB y el contexto de incertidumbre global puede hacer que se mantenga el escenario de enfriamiento del mercado de capital riesgo a nivel global. De hecho, la financiación mundial de capital riesgo alcanzó los 445.000 millones de dólares en 2022, lo que supone un descenso interanual del 35% respecto a los 681.000 millones invertidos en 2021, según Crunchbase.
«No obstante, que exista cautela no quiere decir que la inversión se paralice ni mucho menos, especialmente en España donde vemos que las operaciones de inversión siguen una buena tendencia», indican desde la patronal, que remarcan que el derrumbe de la entidad estadounidense no ha sido una crisis del ecosistema de startups: «Se trata de una situación de naturaleza bancaria que nos deja una consecuencia clara: en tiempos de incertidumbre, necesitamos más que nunca el poder innovador de las startups y scaleups, que pueden ser verdaderos motores de la economía».
Las incógnitas sobre los efectos que generará el hundimiento de SVB en nuestras empresas emergentes de base innovadora no terminan de despejarse, sobre todo por el contexto de ajustes en el que ya estaban inmersas. Los expertos aclaran, en primer lugar, las diferencias existentes entre el funcionamiento de este tipo de empresas en una y otra geografía. «El ecosistema español, para lo bueno y para lo malo, no es tan sofisticado como el mercado americano, ya que aquí no hay un banco especializado en startups, sino que estas compañías operan con bancos generalistas. Otra cosa es que la tendencia que ya llevábamos del año pasado, de valoraciones cada vez más bajas y de obtención de menor financiación, pueda durar más tiempo con lo que ha sucedido recientemente con SVB», asegura Javier Martínez, asesor financiero senior de Grandes patrimonios e Inversiones alternativas en Tressis.
«Limpia importante»
A pesar de que las autoridades han tomado medidas para proteger los depósitos, de forma que los clientes han podido recuperar el dinero depositado en sus cuentas, Martínez vaticina una «limpia bastante importante» de startups que, a su juicio, será dolorosa en el corto plazo y positiva en un horizonte más lejano. «Una vez que se produce, se generan buenas oportunidades y más en un activo como la tecnología, que se ha hecho tan necesario en cualquier sector», ahonda. De cara a los meses venideros, pronostica una reducción de la liquidez y, en consecuencia, mayores dificultades para las startups en la captación de financiación.
La exuberancia en la que nadaron en 2021 ha dado paso a una ralentización del ecosistema que podría agravarse tras el derrumbe del SVB. José Villaverde, socio de la oficina de Madrid de Crea Inversión, se refiere a la defunción de la firma californiana como «una piedra más en el camino». En el caso concreto de nuestro país, piensa que donde el impacto sería más acusado, si llega a haberlo, es en las grandes operaciones, en las que los inversores americanos suelen tener un protagonismo superior al de los nacionales o europeos. «Si ellos se ven perjudicados por esta situación, pueden replegar velas», dice. Para hacerse una idea, el curso pasado la mayor concentración de inversión extranjera en cuanto a participación (en euros) en rondas se produjo en las de más de 50 millones de euros, de acuerdo a la Fundación Innovación Bankinter.
David López da Lama, socio de la oficina de Madrid de Crea Inversión, transmite tranquilidad al señalar que la relación de la entidad estadounidense con las startups españolas es irrelevante: «La financiación básicamente ha venido de fondos de inversión españoles y europeos, con lo cual la caída de SVB no tendrá un efecto directo». Al margen de este suceso que ha generado tanto ruido en un mercado ya sacudido, prevé que la prudencia será la tónica dominante en 2023. «El inversor está siendo mucho más selectivo que antes, es decir, mira las cosas con lupa», comenta.
Preguntado por las proyecciones para este año, defiende que las rondas serán más modestas porque los inversores están optando por la cautela. Deja claro, eso sí, que «los fundamentales siguen siendo sólidos y el sector tecnológico crecerá por encima de la media de la economía, además de que los inversores de fondos de capital riesgo más tradicionales, que hace una década no eran activos mirando compañías de tecnología, ahora empiezan a serlo». El escenario actual, concluye, no es el más halagüeño, pero en la foto a medio plazo no hay nada que haga pensar que la tendencia estructural cambie. Por su parte, Villaverde estima que, a nivel de financiación vía 'equity' y fondos de capital riesgo, 2023 irá de menos a más: «Conforme se despejen los nubarrones y los tipos de interés se vayan interiorizando, se recuperarán niveles como los del pasado, quizá no como los máximos, pero sí razonables».
Salvados los temores iniciales, Carlos Blanco, fundador de Encomenda y Nuclio, recuerda que muy pocas compañías españolas trabajaban con SVB, lo que significa que la afectación es casi nula. «Cualquier susto siempre preocupa, pero no creo que vaya a afectar a las rondas de las startups españolas», agrega en este sentido. Al igual que otras fuentes consultadas, afirma que los inversores llevan siendo muy selectivos desde septiembre, circunstancia de la que saca una lectura positiva: «Es cierto que todo esto provoca que la gente especuladora se frene, pero los emprendedores con proyectos serios siguen encontrando financiación y creando empresas».
En términos de volumen de inversión, estima que se mantendrá el parón durante el segundo y tercer trimestre del año y se remontará en los tres últimos meses del ejercicio. «Mi percepción –dice– es que mientras haya altibajos financieros existirá un frenazo. A partir del cuarto trimestre comenzará a mejorar y lo único que puede perjudicarlo es que empeore la guerra en Ucrania». Además del desarrollo del conflicto bélico, sobre el sector de las startups se ciernen otros focos de incertidumbre.
Juan de Lucio, profesor investigador de la Universidad de Alcalá, considera que las elecciones generales (no tienen fecha pero, como muy tarde, se celebrarán el 10 de diciembre) generan un cierto 'stand-by'. «El sector empresarial está un poco inquieto sobre cuáles son las posibilidades de desarrollar negocios en España de cara al futuro, cuáles son las políticas de atracción de inversión que se van a llevar a cabo y la estabilidad jurídica a la que se enfrentan. Se trata de uno de los elementos que coyunturalmente puede incidir en la inversión de capital riesgo que, por otro lado, en España goza de buena salud», apunta.
Entiende que el batacazo de SVB apenas tendrá repercusión, ni siquiera en Estados Unidos, descartando así el contagio. «Es un banco pequeño, sin capacidad sistémica para afectar a otras entidades financieras, y las autoridades correspondientes han actuado rápido, por lo tanto, no creo que haya un efecto contagio ni que cambie la percepción de los inversores sobre las oportunidades que ofrece el capital riesgo en sus distintas etapas», asegura. Lo que sí cree que puede ocurrir es que asistamos a un bache coyuntural durante los meses de marzo y abril, en el que los inversores aplacen temporalmente las operaciones.
Con la sensibilidad de los fondos a flor de piel y el temor a que se genere una espiral destructiva que haga caer a nuevas entidades, las dudas sobre el acceso a financiación sobrevuelan a un sector, el de las startups, que ya entró en zona de turbulencias el año pasado por el enfriamiento de la inversión.
Sectores
Dentro del contexto de dificultad que afectará a todos los emprendedores, los expertos creen que algunos sectores ganarán mayor impulso que otros. Íñigo Laucirica, de Samaipata, explica que las verticales intensivas en marketing, que en general son las dirigidas al consumidor (B2C), cuya viabilidad financiera está más condicionada a la disponibilidad de capital abundante y barato, son las que van a comportarse peor, mientras que en el extremo opuesto sitúa los modelos B2B, a los que pronostica un mejor desempeño en los próximos meses. En la misma línea se expresa Javier Martínez, de Tressis, que también apuesta por las empresas B2B.
Más allá del modelo de negocio, Laucirica augura una buena perspectiva a aquellas firmas que trabajen con inteligencia artificial. «Creemos que la oleada de implementación de software en nuestra vida personal y profesional que ha habido en la última década se va a reescribir con IA, lo cual supone una oportunidad súper atractiva para invertir», justifica. Esta tecnología, que tanto está dando que hablar en los últimos tiempos por desarrollos como ChatGPT, es igualmente mencionada como un campo a tener en cuenta por Martínez, que añade las 'deeptech', 'foodtech' y 'healthtech' como nichos a seguir. «La inteligencia artificial es un segmento que crecerá mucho en 2023, así como todo lo relacionado con la descarbonización y la energía, sin olvidar las soluciones Software como un Servicio (SaaS, por sus siglas en inglés) y el sector 'healthtech', que será muy activos», asegura Carlos Blanco, fundador de Nuclio y Encomenda.
En lo que llevamos de año, las operaciones más relevantes entre las startups españolas han sido la ronda de 101 millones de euros lograda por Fever, plataforma tecnológica de ocio y entretenimiento en vivo; los 83 millones de euros captados por Jeff, que trata de democratizar el emprendimiento con el apoyo de una herramienta de IA que ayuda a los empresarios a poner en marcha sus negocios; los 81 millones conseguidos por la plataforma de compraventa de segunda mano Wallapop; los 39 millones de StudentFinance, fintech que facilita el acceso a programas formativos que potencian las capacidades tecnológicas y los 30 millones recaudados por la fintech ID Finance.
El ejercicio pasado, la mayor inversión fue protagonizada por Seedtag, una startup de inteligencia artificial contextual aplicada al mundo de la publicidad que recibió 250 millones de financiación del fondo de capital riesgo estadounidense Advent International. Destacaron también los 200 millones recaudados por Paack, dedicada al transporte de paquetería procedente del comercio electrónico, en una ronda liderada por Softbank, o los 200 millones captados por Fever en una ronda liderada por Goldman Sachs Asset Management, que le permitieron alcanzar el estatus de unicornio.
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