Eduardo Schwartz: «Cuando el mercado no puede predecir el éxito valora todo más alto»
RETOS PARA UN MUNDO NUEVO
Este experto en derivados es capaz de calcular lo que parece imposible: el coste del cambio climático, por ejemplo. Sobre la IA, piensa que es muy difícil predecir quien tendrá éxito y quien no, y eso infla las valoraciones
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Iniciar sesiónFue pionero en la investigación de los derivados financieros y es uno de los mayores expertos del mundo en futuros y valoraciones de opciones reales. Eduardo Schwartz (Santiago de Chile, 1940) es profesor en la Universidad Simon Fraser de Vancouver y antes lo fue ... en la de British Columbia, UCLA, y profesor visitante en la London Business School, la Universidad de California, Berkeley y la Universidad Carlos III de Madrid. Ahora ha enfocado sus conocimientos y experiencia a elaborar modelos matemáticos aplicables a la sobreexplotación pesquera, a la sostenibilidad medioambiental y ha creado un modelo para calcular el precio que la Humanidad debería pagar para frenar el cambio climático.
— ¿Cuáles son las claves para la valoración de un activo?
— Las claves para valorar cualquier activo, sea financiero o real, es poder estimar cuáles son los flujos de caja que van a provenir en el futuro de ese activo y después poder descontar esos flujos de caja al presente y eso te da el valor del activo hoy día. Eso parece muy sencillo pero los flujos de caja del futuro son inciertos, por lo tanto en vez de los flujos de caja actuales hay que utilizar los flujos de caja esperados.
— ¿Cómo va a impactar la inteligencia artificial (IA) en la valoración de activos?
— Creo que la IA va a ayudar a que este proceso se haga más rápido, pero creo que va a ser imposible prescindir de la mano humana.
— ¿Está sobrevalorada la IA?
— Como ocurre con toda nueva tecnología, aún no se sabe bien cuál va a ser su valor. Todos los pronósticos indican que va a ser muy grande, porque va a influir en todos los aspectos de la vida y hay algunas áreas en que no hay sustituto para la IA. Por ejemplo, en medicina, un doctor tiene una experiencia de su vida, pero si tú usas IA, ésta puede leer todos los artículos que han existido y documentarse sobre todas las experiencias, así que el diagnóstico puede ser mucho más rico. Casi todo el mundo está de acuerdo en que representa una revolución y por lo tanto los valores que están asignando a las empresas que se dedican a esto es muy alto. ¿Demasiado alto? No sé, no estoy seguro, es posible.
— Si miramos lo que pasó con la introducción de internet, me refiero a la 'burbuja puntocom', ¿diría que en ese momento la valoración fue justa, se quedó corta o acertó?
— Esto es algo que estudié bastante bien y he escrito varios artículos sobre la valoración de compañías de internet. Con un alumno hicimos un modelo que tenía varias variables estocásticas (aleatorias) y una de ellas era la tasa de crecimiento y en esa época sostuvimos que ésta debería ser tan alta para poder justificar las cotizaciones alcanzadas por las empresas que seguramente no eran verídicas. Pero, había otras firmas, por ejemplo recuerdo a Amazon, donde también pensábamos que la tasa debería ser muy grande ¡y fue muy grande! Es verdad que muchas se arruinaron, pero otras surgieron. Cuando el mercado no puede determinar de antemano cuáles van a ser las que van a tener éxito y cuáles no, valora todo más altamente.
— ¿El mundo de la valoración de activos es el mundo del precio justo?
— (Sonríe) No sé si se puede aplicar la palabra 'justo' a la valoración de un activo. Puede ser que esté sobrevaluado o subvaluado. Es muy difícil saber cuál es el precio correcto –prefiero este término–, porque el valor de un activo muchas veces depende de quién lo maneje. Así que si yo quiero comprar tu banco, puede ser que yo esté dispuesto a pagar más de lo que tú crees que vale porque yo sé que lo puedo manejar mejor. En el caso contrario, si yo te digo un precio que tú crees que es bajo y que es mejor seguir funcionando por tu cuenta, entonces rechazas la oferta. O sea, el valor de algo es más o menos objetivo, el valor de una acción te lo dice el mercado, pero cuando se trata de activos reales, como es un banco, una empresa o un proyecto, depende también de cómo va a ser manejado.
¿El precio justo?
«El valor de un activo muchas veces depende de quien es la persona que lo maneja»
— En España tuvimos una burbuja inmobiliaria, ¿por qué pasan estas cosas?
— Las burbujas inmobiliarias tienen varias razones: primero, tal vez las tasas de interés son muy bajas, entonces la gente empieza a especular, puede comprar una casa y venderla, etcétera.
— Siempre ha hecho investigaciones muy originales. Está trabajando en modelos que tienen que ver con la naturaleza, el cambio climático, los recursos pesqueros...
— Hace más de 20 años un banquero de inversión se me acercó y me dijo: 'Mire, yo tengo que evaluar el derecho a pescar en una zona de Nueva Zelanda y me gustaría darle un valor porque alguien quiere hacer una transacción, y como tú eres experto en opciones reales ¿por qué no lo analizas?'. Entonces yo hice un modelo que tenía como variables estocásticas la cantidad de pescado en la zona y cómo crecía o decrecía con la pesca y el precio del pescado. Se lo entregué, me lo pagó y nunca más escuché hablar de ese modelo, pero siempre me quedó en la mente que ese era un problema muy interesante que estudiar. Hace unos cinco años atrás le planteé el problema a un alumno de doctorado y trabajamos juntos para llegar a un modelo mucho más complejo que el que yo había hecho y lo publicamos en una revista especializada. Ahí me metí en el mundo de los recursos naturales.
— ¿Y la sostenibilidad?
—Estaba un día en Madrid escuchando a un consultor que contó que estaban estudiando cuál es la gestión óptima de una reserva de agua que produce electricidad, es decir, querían determinar cuál era la cantidad óptima de agua que hay que meter en una turbina para producir electricidad. Y yo pensé: la cantidad de agua en la reserva es análoga a los pescados en el mar, el precio de electricidad equivale al precio de los pescados… Entonces hicimos un primer estudio para optimizar la operación de una central hidroeléctrica que publicamos hace tiempo y un segundo trabajo que presenté (en mayo pasado) en Madrid que valora no solamente la electricidad, sino también el agua que se puede vender. Entonces ahí empecé a entrar en estos temas de sostenibilidad y economía medioambiental.
—¿Cómo juega la sostenibilidad ahí?
— En el asunto de la pesca, tú quieres determinar cuál es la cantidad óptima de pescado que quieres extraer para maximizar su valor. Si sacas mucho, se agota el recurso y al año siguiente no tienes. Entonces la cantidad óptima es la cantidad sostenible. La gente entiende que tiene que dejar que crezcan los peces para poder sacarlos nuevamente el próximo año.
— También ha hecho estudios sobre cambio climático.
—Tengo dos estudios sobre cambio climático y reducción de las emisiones de carbono. Me plantee cuánto debería gastar la sociedad en mitigar el cambio climático.
— ¿Y cuánto es?
—Este es un modelo que creamos porque vino un visitante de Alemania y me pidió que le propusiera un tema en el qué trabajar. Yo le dije: 'Hace muchos años que estoy pensando en la aplicación de opciones reales al problema del cambio climático' y empezamos a trabajar en un modelo de equilibrio sobre cuánto debería gastar la sociedad en mitigar las emisiones de carbono. Era un problema muy complejo porque teníamos un modelo de cuánto carbono hay en la atmósfera, cuánto carbono produce la economía, cómo afecta el carbono la temperatura y cómo la temperatura afecta a la producción y lo que queríamos ver es cuánto debería aportar la sociedad en reducirlo para maximizar una preferencia social.
—¿Vamos a ser capaces de mitigar el cambio climático o debemos pensar en otras soluciones?
— Tal como estamos avanzando ahora no podemos ser muy optimistas, porque vamos muy lento en la transición hacia una economía descarbonizada. Pero las condiciones están empeorando rápidamente: se están produciendo muchos estragos por el cambio climático en todos los aspectos de la vida. Entonces es posible que las sociedades se den cuenta de que, si no hacemos algo rápido, no vamos a poder superar esta crisis. Y la tasa de crecimiento del carbono en la atmósfera está empezando a decaer. Es decir, crece más lentamente y muchas de las tecnologías que antes eran muy caras para producir electricidad, como la solar o la eólica, hoy son más baratas en ciertos lugares que usar gas o petróleo. Entonces eso indica que el sector privado va a empezar a preferirlas y la economía funcionará mucho mejor. Tengo confianza en la tecnología y en el futuro.
—En el colegio aprendíamos que la energía ni se crea ni se destruye solo se transforma. Esto me hace pensar que dado que la energía que recibimos del Sol está ahí, una vez que se amortiza el factor tecnológico, su precio debería tender a cero. ¿No es así?
— La cantidad de energía que necesita la Tierra para subsistir es muy chiquita con respecto a toda la energía que hay en el universo. Efectivamente lo que dice es correcto en el universo —es la segunda ley de la termodinámica—, pero son cosas cósmicas, no aplicables para la Tierra.
— Lo que quiero decir es que la gente que invierte en las energías renovables en realidad está en un negocio cuyo precio tiende a cero.
—No, porque requiere inversiones, requiere mantenimiento…
— Por eso decía una vez amortizada la tecnología.
— Usted lo dice porque es muy abundante, claro, porque está ahí, sí. Pero hay que trasladarla, hay que transformarla. Si hay mucha renovable en ciertas horas, en ese caso habría que transformarla, guardarla en baterías o gastarla en bombear agua de abajo hacia arriba para almacenarla en forma de agua.
— Sí, un pantano es la mejor pila natural que existe. Pero insisto, si despejamos la tecnología de la ecuación, incluso la que aún no existe, el precio debería tender a cero.
—Bueno, si la demanda es suficientemente grande, a pesar de que el costo sea muy bajo el precio va a ser cuando la demanda y la oferta se crucen, así que yo creo que estamos muy lejos de que el problema del mundo sea que la energía es muy barata.
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