Hacia otra edad de oro de las oposiciones: el Estado tendrá que cubrir 100.000 vacantes en los próximos diez años

El Gobierno ya avanzó que a lo largo de la próxima década solo la Administración del Estado tendrá que incorporar más de 100.000 nuevos efectivos para cubrir las bajas que se prevén por jubilaciones de funcionarios. En concreto, la estimación gubernamental apunta a que en ese periodo dejarán su puesto en la Administración 107.754 personas, de las cuales 84.533 ostentan la condición de funcionario y 23.221 son laborales.

Un escenario que según la consultora Adams, la firma líder en la formación de opositores en España, pronostica una recuperación del interés por las oposiciones. «El volumen de plazas, la regularidad de convocatorias y la estupenda salida profesional para aquellas personas que buscan empleo o quieren mejorar su actual situación laboral» son los principales atractivos para alentar esta situación, según afirma la directora de Empleo Público de la consultora, Gloria Ontiveros, en un comunidad difundido este miércoles.

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El Gobierno ha decidido preparar el terreno para esta situación. No solo ha convocado ofertas de empleo público récord en los últimos dos años, con 20.840 plazas de acceso libre el año pasado, sino que ha abordado una controvertida reforma de las pruebas de acceso a la Administración, aligerando los temarios, reduciendo las pruebas y, según la plataforma que representa a los principales cuerpos superiores de la Administración del Estado, rebajando el listón de exigencia para acceder a estos cuerpos, con el objetivo de acabar con la plaga de plazas desiertas de los últimos años y facilitar el acceso a la condición de funcionario de los opositores.

En opinión, de la consultora las medidas planteadas por el Ejecutivo «agilizando los procesos, acortando los tiempos entre los exámenes y concentrando los exámenes en el mismo día» para conseguir, como dijo en su día el entonces ministro de Función Pública, José Luis Escrivá, reducir a no más de un año el plazo entre que un opositor se presenta a la prueba y su incorporación a la plantilla de la Administración, serán un incentivo más para que los opositores vuelvan a recuperar el interés por acceder a la Función Pública, pero también plantean nuevos desafíos en su fase de formación.

La consultora Adams considera que este nuevo sistema más ligero de oposiciones podría afectar al tiempo que los opositores emplean su preparación. Según sus datos, en la actualidad una tercera parte de los opositores emplean entre cuatro y seis meses en prepararse, mientras que cerca de un 30% reconocen dedicar más de nueve meses a formarse.

Las oposiciones de nueva generación que prepara el Gobierno, que aspiran a valorar no solo los conocimientos adquiridos sino también otros elementos menos memorísticos relacionados con competencias, y la mayor disponibilidad de herramientas tecnológicas disponibles no solo podrían acortar esos tiempos de preparación sino flexibilizar el modo de prepararlas, por la mayor facilidad de emplear sistemas híbridos entre lo presencia y lo no presencial. Los formadores ponen cada vez más énfasis en los aspectos relacionados con el cuidado de la salud y la salud mental de los aspirantes. «El descanso y el sueño juegan un papel fundamental en ese proceso de preparación», advierten desde Adams.

La principal motivación de los opositores es la búsqueda de estabilidad laboral. Según un estudio realizado por Than Research para Adams, la búsqueda de estabilidad es lo que motiva a un 43% de los opositores por delante de la sensación de que encontrarán mejores condiciones laborales y salarios más estables, un 34%, y de las mayores posibilidades de conciliar la vida personal y laboral.

De hecho, según este mismo estudio, cerca de la mitad de las personas que opositan son trabajadores del sector privado que buscan mejorar sus condiciones laborales en la Administración, por una quinta parte que ya son funcionarios y buscan progresar en la escala laboral del Estado; un 16% son estudiantes, un 6%, personas en situación de desempleo, el 5% autónomos y solo un 4% interinos, que ya trabajan en la Administración pero que no tienen un plaza fija.