La economía alemana registró su segundo año consecutivo de recesión en 2024, con una caída del 0,2%
El Bundesbank apunta a la persistente crisis del modelo industrial y exportador y sitúa el proteccionismo de Trump como un factor que genera incertidumbre
Los conservadores alemanes prevén un crecimiento económico del 2% con su reforma fiscal
Corresponsal en Berín
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Iniciar sesión«Sólo nos quedan unos meses de vida», reconocía recientemente Anne-Marie Großmann, socia directora de GMH Gruppe, en un evento de la Asociación de Periodistas de Negocios en Düsseldorf. Con sus 6.000 empleados, GMH Gruppe, con la acería de Georgsmarienhütte, en Baja Sajonia, ... es una de las mayores empresas siderúrgicas alemanas después de Thyssenkrupp y Salzgitter. En 2023, generó unas ventas de 2.300 millones de euros. En el año que acaba de terminar, ha perdido más de un 10%. «Si nada cambia en las condiciones de inversión y competitividad, la alternativa es salir de aquí con un susto y tratar de buscar una perspectiva en el extranjero«, lamentaba, y anotaba uno de los datos más perjudiciales para la compañía: en 2019, Georgsmarienhütte tuvo unos costes energéticos de 37 millones de euros, ahora son de 84 millones de euros.
Este retrato es perfectamente reconocible para la mayoría de grandes y pequeñas empresas alemanas. La situación se refleja en los datos macroeconómicos, que muestran la misma fotografía de parálisis. La economía alemana volvió a caer en recesión en 2024, con un negativo del -0,2% del PIB en comparación con el año anterior. El dato publicado este miércoles por la Oficina Federal de Estadística de Wiesbaden se suma al negativo del -0,3% de 2023, en términos ajustados por precios en comparación con el año anterior. «Las cargas económicas y estructurales se interpusieron en el camino de un mejor desarrollo económico en 2024», explica Ruth Brand, responsable de la estadística, «las principales causas son la creciente competencia que encuentra la industria de exportación alemana en importantes mercados de ventas, los altos costes de energía, un nivel de tasas de interés aún elevado y las perspectivas económicas inciertas».
La debilidad de la industria tuvo un impacto particular. En este apartado el valor agregado bruto se contrajo en un 3%. Sectores importantes como la ingeniería mecánica y la fabricación de automóviles produjeron significativamente menos, mientras que la producción de las industrias química y metalúrgica, de alto consumo energético, se mantuvo en un nivel bajo. Las inversiones en equipos como maquinaria, equipos y vehículos cayeron bruscamente un 5,5% y el sector de la construcción se vio afectado por la crisis de la construcción residencial. El comercio exterior también se debilitó, de manera que las exportaciones de bienes y servicios se contrajeron un 0,8%, debido en parte a las menores exportaciones de maquinaria y automóviles.
La confianza empresarial alemana, en el punto más bajo de su historia
Rosalía Sánchez | corresponsal en BerlínLa mayoría de las patronales califican la situación actual como peor que hace un año
Alemania entra en el nuevo año a la espera de elecciones anticipadas, que tardarán meses en dar lugar a un gobierno solvente, y sin viento a favor. En el cuarto trimestre de 2024, se calcula que la mayor economía de Europa se ha contraído un 0,1% en comparación con el trimestre anterior sobre una base ajustada de precios, estacionales y de calendario. Y lo peor es que los datos no permiten vislumbrar un repunte significativo. La mayor parte de los economistas solo esperan un estancamiento en 2025, mientras crece el déficit presupuestario y disminuye la capacidad de intervención de un Estado endeudado. El año pasado, las autoridades fiscales alemanas volvieron a gastar más dinero del que ganaban. Según los datos preliminares, el déficit conjunto del Gobierno federal, los estados, los municipios y los fondos de la seguridad social ascendió a 113.000 millones de euros, frente a los 107.500 millones del año anterior. Al hacerlo, Alemania cumplió con la regla de la deuda europea, ya que e relación con la producción económica total, el déficit fue del 2,6%, pero las necesarias inversiones en infraestructuras y digitalización permanecen pendientes.
En 2024, el consumo de los hogares, actualmente la mayor esperanza de la economía alemana, no cobró realmente impulso. A diferencia del gasto público, el gasto de los consumidores privados aumentó sólo un 0,3%. Muchos alemanes están ahorrando frente a precios significativamente más altos y debido a las nuevas preocupaciones sobre sus empleos. A pesar de que los salarios reales han aumentado y los consumidores tienen más dinero en sus bolsillos, la ola de inflación tras la guerra de Ucrania ha remitido y la tasa cayó a un promedio de 2,2%, desde el 5,9% de 2023. Los alemanes consideran que no es buen momento para gastos extraordinarios y prescinden de consumo y de vacaciones. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) espera que la mayor economía de Europa crezca más lentamente que cualquier otra nación industrializada en 2025.
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