La eclosión del negocio de los centros de datos se topa con sus límites
Los cuellos de botella para acceder a la red eléctrica, la incertidumbre institucional, las trabas burocráticas y la sombra de la sobrerregulación amenazan con frenar el potencial inversor de esta actividad
La nube no encuentra enchufe en Andalucía: la falta de red eléctrica ahuyenta inversiones millonarias en centros de datos
Madrid
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónSon la columna vertebral de prácticamente cualquier actividad de nuestro día a día: los centros de datos almacenan, procesan y distribuyen el ingente volumen de información que generamos, desde correos electrónicos hasta streaming de vídeos, transacciones de comercio electrónico o servicios de inteligencia artificial. El ... crecimiento en el uso de internet ha disparado la demanda de potencia de cómputo, haciendo de estas instalaciones unas infraestructuras críticas para la era digital actual. España, gracias a factores como su posición geográfica estratégica, se ha convertido en un destino importante dentro de Europa para albergar estos espacios, aunque se enfrenta a inconvenientes que podrían dinamitar la captación de nuevas inversiones, como la saturación de la red eléctrica (afecta porque los centros de datos son grandes consumidores de energía) o la creciente presión regulatoria que se cierne sobre el sector por su impacto medioambiental.
El panorama en el Viejo Continente está marcado por la prominencia de los conocidos como FLAP-D (Fráncfort, Londres, Ámsterdam, París y Dublín), ciudades que atraen a las principales empresas tecnológicas, a las que siguen muy de cerca los mercados emergentes de segundo nivel, entre los que se incluye Madrid, según recoge el informe 'European Data Center Overview', de octubre de 2024. Pedro Castelló, socio de Transacciones de Deloitte, señala que esa posición se apoya en diversos factores, como la conectividad internacional, los costes más competitivos, la disponibilidad de suelo y una creciente demanda local. «Mientras otros lugares alcanzan niveles de saturación –indica–, España ofrece un entorno en expansión que atrae tanto a operadores consolidados como a nuevos actores».
Desde Adam, que se enfoca en dar servicio al sector empresarial, su CEO, Jose Mejías, percibe que «en general hay muy buena acogida y apoyo para este tipo de actividad en la mayoría de los territorios, en algunos de ellos especialmente, ya que han visto la oportunidad de desarrollo que puede suponer». Reconoce, eso sí, que «el impacto en cuanto a utilización de las redes eléctricas es muy alto y debería establecerse un sistema que permita el reparto correcto de la capacidad existente, priorizando proyectos viables». Igualmente, recalca que es importante que los trámites urbanísticos tengan en consideración las peculiaridades del sector para poder promover desarrollos de manera más ágil.
Los 'data centers' buscan una conexión sostenible para dejar de ser devoradores de energía
Laura Montero CarreteroMejorar la eficiencia de estos centros neurálgicos de la economía digital, que ya acaparan el 1% del consumo global de electricidad, se ha convertido en una prioridad
En el ranking nacional, la capital se sitúa a la cabeza, con 45 infraestructuras y el 54,8% del total de la capacidad instalada en España, por delante de Aragón (30%) y Cataluña (12%). De acuerdo con la patronal Spain DC, hay margen de crecimiento en territorio nacional. En un buen escenario, prevé que el sector movilice 58.000 millones de euros en inversiones hasta 2030, lo que multiplicaría por siete su capacidad actual en solo cinco años, pero también planean incertidumbres que podrían ralentizar la evolución y hacer que España quede rezagada frente a países como Portugal, que vienen apostando fuerte por esta industria estratégica.
Cara y cruz
Roberto Knop, director del Programa de especialización en Real Estate del IEB, describe una situación mixta en cuanto a la capacidad de España para atraer inversión en centros de datos, combinando fortalezas significativas con desafíos estructurales y políticos que ponen en riesgo su competitividad. En el lado positivo, explica que posee un alto potencial geoestratégico, sirviendo como punto de conexión entre Europa, África y América Latina. «Este factor, junto con una red creciente de cables submarinos y su acceso a energía renovable competitiva, refuerzan su atractivo como destino para centros de datos sostenibles. Además, la estabilidad jurídica y la pertenencia a la Unión Europea proporcionan seguridad a los grandes fondos internacionales que buscan mercados regulatoriamente sólidos», completa.
Asimismo, considera que el impulso tecnológico de ciudades como Madrid, Barcelona y Bilbao «ha fomentado un ecosistema digital dinámico, con operadores internacionales, startups y fondos especializados en infraestructura», lo que deja a España «bien posicionada para captar parte del capital global destinado a infraestructuras de IA, estimado en más de 3 billones de dólares hasta 2029».
Sin embargo, varios obstáculos amenazan la materialización de ese potencial. «El cuello de botella energético es uno de los más relevantes. Los retrasos en el acceso a la red eléctrica pueden demorar proyectos de centros de datos hasta cuatro años, un plazo que resulta inasumible en un mercado que crece al 15-20% anual», concreta.
Riesgo reputacional
A esta circunstancia técnica se suma una controversia política: «El plan eléctrico del Gobierno hasta 2030 ha sido criticado por dejar fuera nuevas inversiones en infraestructuras clave para la Comunidad de Madrid, lo que afectaría tanto al suministro de 95.000 viviendas previstas como a proyectos industriales y de hidrógeno verde. Esta falta de coordinación genera un riesgo reputacional ante los inversores extranjeros, que perciben incertidumbre institucional y falta de planificación energética». En un sector donde la disponibilidad inmediata de potencia eléctrica es el principal factor de localización, «la ausencia de un plan claro puede desviar inversiones hacia mercados más ágiles como Portugal, Irlanda o los países nórdicos».
Por todo ello, el experto entiende que España debería priorizar una estrategia nacional de infraestructura digital y energética integrada, que contemple la expansión simultánea de la red eléctrica, la simplificación de licencias y la capacitación técnica. «Es esencial garantizar suministro estable, rápido y verde, alineado con los objetivos de neutralidad climática y con la demanda creciente de los centros de datos basados en IA», ahonda.
Además, cree que el país necesita agilizar la tramitación administrativa, establecer incentivos fiscales y energéticos para proyectos tecnológicos sostenibles y fortalecer la cooperación entre el Gobierno central y las comunidades autónomas, especialmente regiones estratégicas como Madrid: «Solo mediante una planificación coherente y estable, que combine la política energética con la agenda digital, España podrá consolidarse como destino preferente para la inversión global en data centers y evitar que la falta de previsión energética limite su competitividad en la nueva economía digital».
Retrasos en proyectos
Desde la patronal Spain DC tienen claro que el principal riesgo ahora es el cuello de botella en el acceso a la energía. «España produce energía limpia y renovable en abundancia, ahí no reside ningún problema, pero la red de transporte y distribución no crece al ritmo que la economía digital. Esto retrasa proyectos y puede desviar inversiones a países con redes mejor dimensionadas», advierten. ¿La solución? «Una planificación a largo plazo, inversión acelerada en nudos críticos y una alianza público-privada que priorice proyectos reales».
Quedarse de brazos cruzados no es una opción porque el auge de arquitecturas multicloud, la adopción masiva de la inteligencia artificial, el crecimiento de dispositivos IoT o el 5G de velocidad ultra rápida y baja latencia precisarán de estos centros. En concreto, la demanda de datos en España casi se doblará de 2024 a 2028, pasando de 1.589 Exabytes a 3.028. Jose Mejías, el CEO de Adam, hace hincapié en la importancia de «una buena planificación de la red de distribución que permita el desarrollo de estos activos que se esperan tan importantes para el desarrollo económico». Recuerda que no hablamos solo de IA, sino de la digitalización de compañías, algo «fundamental para la mejora de productividad en España».
Ante las proyecciones al alza, Spain DC lanza tres peticiones al Gobierno porque entienden que España aún está a tiempo de liderar esta revolución digital e industrializar el país en un sector esencial. Las medidas que reclaman comprenden «un plan serio y de país con horizonte 2035 de capacidad eléctrica que tenga en cuenta la demanda digital; un marco regulatorio alineado con la Unión Europea que no sobrerregule por encima de las directivas comunitarias para no perder competitividad respecto a nuestros vecinos más cercanos, y una tramitación ágil, sencilla, previsible y homogénea entre Administraciones (lo que se denomina ventanilla única)».
Falta de agilidad
En la eficiencia administrativa y la celeridad en la gestión incide Ana Sánchez Palacios, socia responsable de TMT de Deloitte, para quien el reto principal está en la «lentitud y complejidad del acceso a la red eléctrica, tanto en los procesos de conexión como en la tramitación de capacidad». A ello se suman «los largos plazos para obtener permisos urbanísticos y medioambientales, así como la limitada capacidad de la red eléctrica en algunas zonas clave». En el apartado del 'debe', a su juicio, se incluye también una cierta «incertidumbre regulatoria y reticencia local ligada al consumo de recursos», factores que cree que es conveniente abordar para mantener la competitividad del mercado español en estos espacios críticos, que actúan como motor silencioso de la economía moderna.
Hay consenso entre los expertos en que estas instalaciones, que operan 24/7 y que están preparadas para resistir los peores imprevistos, como demostraron en la prueba de fuego del gran apagón, han de incorporar medidas para minimizar el Talón de Aquiles de su intensa huella medioambiental, pero sin que las exigencias ecológicas terminen por ahogar la innovación.
El pasado agosto, un mes que a muchos efectos legislativos se considera inhábil, el Ministerio para la Transición Ecológica lanzó a audiencia e información pública el proyecto de real decreto por el que se regula la eficiencia energética y la sostenibilidad para los centros de datos, que obliga a que reporten indicadores como la superficie ocupada, el consumo de energía y su procedencia, el consumo de agua o el tipo de refrigerantes usados. El objetivo es orientar el despliegue de estas instalaciones hacia proyectos que maximicen los impactos positivos en el territorio, a la vez que minimicen las externalidades negativas asociadas. El fin que persigue la propuesta está fuera de debate, pero sí existen discrepancias respecto a la idoneidad de ciertas disposiciones.
Como actor que forma parte de la industria, desde Adam aseguran que están «muy concienciados con todo lo relacionado con la eficiencia y sostenibilidad» de sus data centers, en palabras de su CEO, «aplicando todas las soluciones a nuestro alcance para cumplir con los criterios más exigentes en este terreno». Defiende que «el que se proponga una regulación desde el Ministerio puede ayudar, siempre y cuando (y esto es fundamental) se tenga en cuenta la viabilidad de este tipo de infraestructuras y se aplique una lógica de cumplimiento razonable».
La normativa trata de minimizar el impacto negativo de estas instalaciones sobre el medioambiente
Ana Sánchez Palacios, de Deloitte, señala como las novedades más reseñables el reporte anual de indicadores, la evaluación del aprovechamiento del calor residual y la aplicación del Código de Conducta Europeo, al tiempo que identifica un planteamiento que podría llegar a perjudicar a la industria de nuestro país. «La condición que limita el acceso a la red eléctrica solo a centros que se sitúen entre el 15% de mejores instalaciones en consumo energético y de agua podría tener un efecto disuasorio en la inversión, especialmente si se percibe como una exigencia más estricta que la normativa europea y reduce la previsibilidad para nuevos proyectos», justifica.
Desde la patronal Spain DC están de acuerdo con el propósito final de la norma, aunque cuestionan determinadas medidas. «Apoyamos los objetivos del Real Decreto; de hecho, consideramos que estandarizar la medición de indicadores energéticos y ambientales contribuye a combatir la leyenda negra del consumo, porque somos un sector eficiente por definición», comienzan por aclarar.
Sin embargo, consideran que puede mejorarse en el aspecto de la sobrerregulación. «El Real Decreto añade una burocracia que no tiene que ver con la eficiencia (tráfico de datos, por ejemplo) y añade parámetros que Europa ni menciona. Por eso, hemos propuesto ceñirnos al marco europeo y publicar los datos de manera agregada; fomentar la reutilización del calor con criterios claros e incentivos, no como obligación». En definitiva, defienden más sostenibilidad, pero sin perder competitividad.
La Comunidad de Madrid, en un comunicado, apuntaba al artículo 7 como uno de los más controvertidos porque condiciona el acceso y conexión de los centros de datos a la red eléctrica al cumplimiento previo de unos compromisos ambientales que no existen en ningún otro país de la Unión Europea. Unos requisitos que para el Ejecutivo autonómico son desproporcionados y que situarían al país en clara desventaja frente a otros destinos europeos más ágiles y con menos imposiciones burocráticas.
Ansiado equilibrio
Alberto Jáñez, Director del Programa Ejecutivo en Gestión de Centros de Datos de la Universidad Pontificia Comillas y Director de Ingeniería en Conurma Ingenieros, reflexiona sobre la paradoja que se da en nuestros días y sobre el desafío de alcanzar un equilibrio que permita avanzar en eficiencia energética sin mermar la innovación. «Enviar emails, disfrutar de plataformas de streaming, hacer videollamadas, la domótica de nuestras viviendas o preguntar a ChatGPT llevan aparejada una alta demanda energética. Tratamos, por un lado, de fomentar el uso de todas estas tecnologías y, al mismo tiempo, el acceso a la red de energía eléctrica y las exigencias ambientales son retos limitantes para la implantación de nuevos centros de datos», desliza en ese sentido.
Las consecuencias las acabarán pagando los usuarios, advierte: «Llegará un momento en el que se producirá tal desequilibrio que los servicios que hoy son gratuitos o asequibles dispararán su precio para poder dar cumplimiento a todas las exigencias en cuanto a eficiencia energética y sostenibilidad». Por este motivo, aboga porque las autoridades adopten un enfoque en el que traten de que las infraestructuras nuevas sean sostenibles, pero aplicando de forma razonable las normativas que se imponen desde la Administración.
+Entre las preocupaciones de la industria, la sempiterna lucha por el talento, un reto transversal en el mundo tecnológico. «El fuerte crecimiento del sector en los últimos años ha hecho que sin duda el acceso a talento especializado sea una dificultad», confiesa el CEO de Adam, que se enorgullece de que ser una empresa con más de veinte años de experiencia en el diseño, construcción y gestión de centros de datos «con un equipo experto muy estable y comprometido con la formación de nuevo talento».
Jáñez, por su parte, constata que existe una demanda importante de profesionales. Precisamente, para responder a esas necesidades de contratación, Spain DC y la School of Executive & Continuing Education (Comillas ONEXED) de la Universidad Pontificia Comillas han sido pioneros al poner en marcha la primera edición del Programa Ejecutivo en Gestión de Centros de Datos, que proporciona una formación integral en gestión, operación y desarrollo de infraestructuras digitales críticas. «Sería conveniente que ingenieros especialistas en otro tipo de infraestructuras críticas, como las aeroportuarias u hospitalarias, amplíen su horizonte al diseño, construcción y gestión de los centros de datos», comenta.
Estas autopistas digitales del siglo XXI luchan por encajar en la obligada descarbonización y armarse de talento especializado para sostener el tráfico de datos del mañana.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete