Italia y Alemania forman a sus altos funcionarios una vez han superado las oposiciones
Con la reforma propuesta por el Gobierno, España se desmarca de sus vecinos europeos y opta por otorgar la formación antes de obtener la plaza
En Alemania, jueces, registradores y notarios, sectores excluidos de la reforma en España, deben superar un segundo examen tras pasar dos años de prácticas
Los inspectores alertan de que el nuevo proceso de selección de funcionarios supondrá «mayor subjetividad y rebaja de criterios»
El canciller alemán, Friedrich Merz
El Gobierno ha anunciado hoy una reforma integral del sistema de acceso a los puestos de altos funcionarios, obligándolos a enfrentarse a dos exámenes, además de cursar dos años de posgrado, para optar a obtener una plaza. Sin embargo, los procesos para acceder al ... alto funcionariado en dos de los países más desarrollados de la Unión Europea, Italia y Alemania, son diferentes de la propuesta presentada por el Gobierno.
En el caso de Italia, el proceso es muy similar al que han realizado hasta ahora los funcionarios. Para convertirse en funcionario de alto rango (los grupos equivalentes a los A1/A2 españoles), es indispensable contar con una licenciatura (grado universitario de cinco años) en disciplinas afines. El siguiente escalón es el concorso pubblico, es decir, las oposiciones públicas, que son muy competitivas y se basan en pruebas escritas y orales. En ciertos casos, los aspirantes deben haber completado, tras la licenciatura, un máster específico o una formación postuniversitaria adicional antes de poder presentarse a algunos concursos.
Estos concursos son tremendamente competitivos y se basan en unas pruebas escritas y orales. En general, se trata de un recorrido largo, que implica varios años de estudios después de la universidad, a menudo en academias especializadas o recibiendo clases de profesionales o funcionarios de alto rango.
La objetividad en la evaluación de los conocimientos es el pilar central para aspirar a ser alto funcionario. La clave en Italia es que el acceso a la plaza depende directamente del resultado de estas pruebas. Es decir, no hay una escuela de uno o dos años post-examen donde se pueda quedar gente fuera después de haber superado un primer corte. Quienes aprueban el concurso y obtienen una buena clasificación, acceden a la plaza o a la formación específica (como la escuela para magistrados), pero la selección principal ya está hecha.
Se prioriza la preparación académica y la capacidad demostrada en los exámenes, lo que reduce la percepción de subjetividad. En resumen, el sistema italiano se basa en la tradición de las oposiciones rigurosas, donde la evaluación del mérito y el conocimiento a través de pruebas escritas y orales exhaustivas es el pilar fundamental. Es un modelo que, aunque exigente, busca garantizar que los altos funcionarios sean seleccionados por su competencia y preparación. De hecho, la administración pública italiana tiene fama de alta calidad. Esto se demuestra en que, a pesar de los frecuentes cambios de gobierno, la administración pública ha seguido funcionando gracias a la preparación de sus altos funcionarios.
El caso de Alemania es ligeramente distinto
Por otra parte, en Alemania, para convertirse en funcionario de la administración tributaria (Finanzverwaltung) como inspector se exige integrarse en el höherer Dienst (servicio superior), carecer de antecedentes penales y tener un historial fiscal limpio. Además del Bachelor y Master, se supera una oposición y se cursa después un estudio de dos años. Sólo se convocan y aprueban las plazas vacantes en el Land o el Ministerio cada año.
Para el caso de jueces, registradores y notarios, al igual que para ejercer la abogacía en un bufete, después de la carrera de Derecho es necesario aprobar dos Staatsexam, una especie de MIR. En toda Alemania, la media de aprobados en los tres últimos años disponibles se sitúa en el 73,8% el primero y en el 70,9 % el segundo, lo que significa que sólo alrededor de la mitad de los estudiantes de Derecho llegan a ejercer.
Sólo las notas más altas en estas dos pruebas acceden a Judicatura y Notaría a través del Vorbereitungsdienst, que dura dos años y durante el que se firma un contrato como Beamter auf Widerruf (funcionario en prácticas), con evaluaciones continuas. Al finalizar estos dos años, es necesario aprobar otro examen estatal escrito y oral: cuatro escritos de cinco horas de duración y una entrevista oral con presentación de casos. Fallar uno de los cuatro escritos o no alcanzar la media mínima (3,50 sobre 5,00) implica un suspenso directo y no acceder al puesto, a pesar de los aproximadamente diez años de estudios invertidos.