La cumbre de Toronto termina con más de seiscientos arrestos
PEDRO RODRÍGUEZ
El fin de semana de violencia callejera en Toronto, al hilo de la cumbre del G-20, se ha saldado con más de seiscientos arrestos. Por primera vez en la historia de esta plácida ciudad canadiense, las fuerzas policiales se han visto obligadas a utilizar ... gases lacrimógenos contra los intentos de unos 10.000 manifestantes de romper el formidable perímetro de seguridad levantado en torno al centro de convenciones donde se han reunido los líderes de las mayores economías del mundo.
El intento de invadir la llamada “Zona Amarilla”, rodeada por una valla de 3,3 kilómetros de largo y 3 metros de altura, ha resultado inútil ante un despliegue de 20.000 agentes y militares de Canadá. Algunos extremistas intentaron sin éxito colarse por las alcantarillas. Al final, cuatro coches policiales fueron incendiados y se llegaron a bloquear algunos desplazamientos oficiales, como la ruta de llegada prevista para la comitiva del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. Además de registrase cuantiosos daños contra sucursales bancaria y comercios, entre quejas de los afectados por los pocos resultados obtenidos pese a un presupuesto para la seguridad de la cumbre que ronda los mil millones de dólares.
El peso de la violencia ha corrido a cargo de jóvenes anarquistas, vestidos de negro, encapuchados y con notoria fama de infiltrar su violencia en mitad de manifestaciones pacíficas. El alcalde de Toronto, David Miller, ha calificado a los militantes del llamado Bloque Negro como “matones y criminales” que se aprovechan del legítimo derecho a protestar.
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