Antonio Cabrales renuncia como consejero del Banco de España horas después de su nombramiento: «No quiero tensar más al país»

Como avanzó el lunes ABC, Cabrales, junto a Judith Arnal, exjefa de gabinete de la vicepresidenta Nadia Calviño, propuesta por tanto por el PSOE, iban a ser los sustitutos de Fernando Eguidazu y Carmen Alonso, que habían finalizado su mandato en la institución. La renovación del consejo de gobierno del instituto supervisor fue aprobada ayer mismo en Consejo de Ministros, tal y como se había pactado con el principal partido de la oposición, y después de intensas negociaciones, jalonadas por varios desencuentros en las dos últimas semanas, entre la vicepresidenta económica Nadia Calviño y los representantes del PP.

Fuentes conocedoras del proceso aseguraron que el propio gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, había pedido expresamente que el proceso de sustitución de los dos consejeros no se convirtiera en un campo de batalla entre los dos grandes partidos. Calviño, con la ayuda de presidencia, con Félix Bolaños a la cabeza, y Cuca Gamarra, por el PP, cerraron el acuerdo el jueves pasado.

Además, Cabrales contaba con el apoyo del propio gobernador que incluso iba a proponerle como miembro de la Comisión Ejecutiva de la institución, el órgano de decisión más importante donde se tratan los asuntos más sensibles y relevantes. Para muchos visto como la única manera de lograr mantener el equilibro entre las partes, dado que prevalecerían los tutelados -cuatro- por los socialistas.

Ahora bien, tras la dimisión de Cabrales se abre de nuevo un periodo de incertidumbre, ya que corresponde al Gobierno aprobar un sustituto la semana que viene, si bien no es seguro que sea un nuevo candidato pactado con el PP.

En cualquier caso se había roto ya la norma histórica no escrita por la que el partido en el poder cuenta con la designación de tres consejeros, dos para el principal partido en la oposicion y uno para la cuota catalana. Por lo que el PP debería haber tutelado las dos nuevas nominaciones ya que el PSOE cuenta con tres representantes que le otorgan mayoría dentro del consejo de gobierno.

Fuentes de su entorno han asegurado que ha dado marcha atrás por la inesperada exposición mediática y política, unido, según ha publicado The Objective, a que durante el proceso de selección no reveló sus simpatías a políticos independentistas, como Clara Ponsatí o Andreu Mas-Colell.