El despegue de los robots en la industria textil tiene mucha tela que cortar

«Podría hablarse de personalización masiva, limitación de desperdicios, prototipado más rápido, más flexibilidad en la producción y producción más localizada –estima Carmen Silla, directora de Marketing de Jeanologia, compañía especializada en robótica–. Pero creo que aún estamos en fases incipientes de adopción del robots parecidos al del MIT; además, tampoco debemos olvidar que la moda tiene el factor glamour, exclusividad y creatividad».

El proceso de la industria textil incluye desde la manufactura de la tela, al corte, la confección y la logística. En esa cadena de valor, la gran mayoría de los robots se encuentra al final, en la manutención, logística, almacenaje y distribución. Es un sector cuya actividad comercial ha generado 19.800 millones de euros a la economía española durante 2023, lo que significa el 1,6% del Producto Interior Bruto (PIB), según cifras de un estudio presentado esta semana por la Asociación Textil Retail España (ARTE) realizado por la consultora AFI.

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Entre las compañías de robótica destaca Kuka Iberia, filial de la matriz alemana, que se sitúa entre los tres principales fabricantes del planeta. No es el textil el ámbito de mayor robotización, explica el CEO en España Fernando Sánchez: «Donde hay más robots es en el sector del automóvil y de sus componentes».

Dos son los tipos de autómatas que se utilizan en el sector textil, detalla Sánchez: «Para las primeras fases se usan robots de cargas ligeras, pero para los procesos de apilado, de paletizado, con palés de dos metros de altura, se requieren robots con la capacidad de apilar cajas de más de dos metros y de carga entre 100 y 200 kilos. Realmente son unos robots articulados muy grandes. Son los robots más adecuados para conseguir a alta velocidad una pila de cajas de gran altura y peso». «Después, para poder trasladar dentro de la propia fábrica el material confeccionado se utilizan los AMR ('autonomous mobile robotics'), que están automatizados», añade.

Considera el CEO de Kuka Iberia que la automatización del sector textil «es una oportunidad para los países de la UE porque nos va a permitir pelear en igualdad de condiciones con otras naciones».

Jeanologia desarrolla herramientas innovadoras para el sector textil, como la tecnología Handman, que consta de dos láseres y una cabina robot. El trabajo conjunto de un humano y el propio robot logra producir de manera escalable, ágil, sostenible y eficiente. Dos humanos colaborando con dos robots y ocho láseres pueden producir 10.000 jeans vintage en 24 horas sin generar residuos. Las consecuencias de la revolución robótica son positivas, destaca Enrique Silla, CEO de Jeanologia: «La automatizacion es el futuro de nuestra industria, donde los robots y los humanos colaboran juntos; solo así conseguiremos una fabricación limpia y totalmente escalable, lo que conlleva una reducción de costes, mayor agilidad y mejor estética del producto. Quizá sea el momento de volver a los orígenes de la industria». «La producción huyó de España y el resto de Europa, y se marchó a países de mano de obra barata –dice Carmen Silla–. Hoy tenemos una oportunidad de nuevo traer parte de la producción a España».

La tecnología de Jeanologia permite que dos humanos colaborando con dos robots y ocho láseres produzcan 10.000 vaqueros vintage en 24 horas sin generar residuos

Sobre el despliegue de la robótica, la directora de Marketing de Jeanologia señala que «España no está en la cima de la adopción global, hay un progreso significativo, especialmente en industrias como el automóvil, pero todavía quedan áreas que podrían beneficiarse de una mayor inversión y desarrollo en tecnología robótica». «En comparación con países líderes en robótica como Alemania, Japón y Corea del Sur, España va con retraso en algunos aspectos. Estos países han integrado la robótica en una amplia gama de industrias de manera más extensiva y rápida», apunta.

Mónica Olmos, secretaria general de Texfor (Confederación de la Industria Textil), explica que en la parte industrial, en el comienzo del proceso textil, «no hay robotización prácticamente, aunque sí existe automatización, la digitalización en todas sus extensiones». «En la parte de la industria apostamos por la digitalización y la automatización de procesos, donde se incluye también la visión artificial para, por ejemplo, detectar fallos en el proceso de producción», aclara.

«Valerse de un brazo robótico en este momento inicial de la producción resulta complicado, aunque tiene aplicación en procesos como el reciclaje», comenta Olmos. A partir de enero de 2025 será obligatorio recoger selectivamente la fracción textil y no es tarea fácil en algunos casos, afirma: «Hay ciertas piezas, sobre todo las técnicas, que tienen muchas capas de textiles. Y esto es muy difícil de reciclar luego. En Texfor estamos en un proyecto donde se está utilizando la robotización con el fin de separar las diferentes capas del textil para poder reciclar este tipo de producto». Los trajes de los bomberos son un ejemplo, pues necesitan ciertas capas técnicas e ignífugas para evitar las quemaduras.