«A mí me han despedido por seguir la huelga, pero todos están agobiados en Ryanair»

«Me notificaron el día antes de los paros del día 30 de junio que mi vuelo había sido incluido entre los servicios mínimos a cubrir. Pero era mi día libre y no miré el correo», explica Alcarria, de 22 años. Al día siguiente secundó los paros y la empresa le citó a una reunión para el día 21 de julio.

La cita se sustituyó la semana pasada por una carta donde se le notificaba al tripulante de cabina que estaba despedido. Al estar de prueba, la empresa no necesitaba justificar el despido. «Pero aún así especificaron que me habían despedido por estar de huelga. Creo que querían lanzar un mensaje al resto de la plantilla», explica el ya extripulante de Ryanair.

Ahora Alcarria prepara medidas legales contra la compañía para obtener o bien una indemnización o la readmisión en su puesto de trabajo. Pese a todo, él prefiere la segunda opción. «Me costó mucho encontrar un trabajo y tuve que gastarme mucho dinero para mudarme a Santiago. No puedo quedarme sin empleo», explica el tripulante.

Según sus palabras, antes de que estallase la huelga ya había quejas por los bandazos en la planificación y la negativa de la aerolínea a dar comida y bebida a sus tripulantes. «Cambian los horarios sin motivo y, además, solo te pagan las horas que te pasas volando. Me acogieron muy bien al principio, pero luego vas descubriendo por qué la gente se queja tanto».

«Ahora todo el personal está agobiado porque la aerolínea notifica con muy poca antelación los servicios mínimos para la huelga de tripulantes», abunda el malagueño. Unos servicios mínimos que, según los sindicatos, Ryanair ha colocado en el 100% pese a que Transportes estableció un máximo del 81% y solo en algunos aeropuertos.

USO y Sitcpla retomarán hoy la huelga, que se extenderá los días 13, 14, 15, 18, 19, 20, 21, 25, 26, 27 y 28 de julio en las diez bases en las que tiene actividad la firma irlandesa. Unos paros que coincidirán con otra huelga de tripulantes de EasyJet (los días 15, 16, 17, 29, 30 y 31 de julio en Málaga, Barcelona y Palma de Mallorca) y que amenazan llevar a España el caos aéreo que ya se vive en media Europa -sobre todo en Reino Unido y Centroeuropa- por las movilizaciones y la escasez de personal. En las últimas semanas, a los retrasos habituales de esta época del año se han sumado miles de cancelaciones.