CUPRA, una nueva marca global española

El resultado de tamaña osadía ha sido la formación de una tribu global, porque CUPRA ha logrado conquistar nuevos clientes que evitan entrar en el segmento del lujo pero que desean sentirse especiales. La corta pero intensa historia de crecimiento de CUPRA ha sido coronada este año con su llegada a Australia, donde la flamante marca española inauguró este verano en Sidney un CUPRA City Garage, la primera pica en las antípodas a la que seguirá la apertura de catorce nuevos puntos de venta en ese continente hasta finales de 2023.

El entorno actual no es sencillo para la industria del automóvil por el impacto de la pandemia, la falta de semiconductores, la guerra en Ucrania y el aumento de los precios de la energía y de las materias primas. Pero Griffiths sostiene que «ahora es el momento de arriesgarse, de poner en marcha proyectos innovadores que nos hagan más fuertes». Méritos no le faltan a este británico con nacionalidad alemana que vino por primera vez a España hace 31 años y se siente un español más, aunque siga con su acento mitad inglés, mitad alemán. En 2018 fue el encargado de desafiar el 'statu quo' automovilístico al alumbrar la primera marca que nace en el seno del grupo Volkswagen. En solo cuatro años, CUPRA ha entregado ya más de 250.000 coches con una pandemia de por medio, mientras se fija como objetivo a medio plazo lograr unas ventas de 500.000 vehículos anuales.

Algunos decían que estaba loco. Ahora, Griffiths reconoce culminada «nuestra ambición de crear una marca disruptiva que destacara por sus valores contemporáneos, una marca de coches emocionales, con un gran diseño y rendimiento y, sin duda, nada aburrida». «Porque con CUPRA -añade- queremos demostrar que el coche eléctrico no tiene por qué ser aburrido y solo racional, porque puede ser sexy, cool, deportivo y emocional». La nueva marca española ha logrado atraer a nuevas generaciones globales de 'car lovers' o amantes de los coches. Se trata de una tribu internacional que busca algo único, diferente a lo que conducían sus padres o sus abuelos, ocupando el hueco entre las marcas de volumen y las marcas 'premium' clásicas y reinterpretando la deportividad a través de la electrificación. El resultado de ese éxito lo reflejan las ventas, al pasar de 430 millones facturados en 2018 a 2.200 solo tres años después.

En el primer semestre de 2022, y a pesar de que las entregas de vehículos de la compañía disminuyeron un 27,4% por la falta de semiconductores, SEAT alcanzó un resultado operativo antes de gastos extraordinarios de 147 millones positivos frente al mismo periodo de 2021 en el que hubo 26 millones negativos. Lo que quiere decir que este año SEAT es rentable con un 30% menos de volumen. CUPRA es un factor clave para explicar esta rentabilidad, junto con la reducción de costes fijos y la mejora del mix de producto. Gracias, entre otras cosas, al Formentor, un vehículo 'made in Martorell' y el modelo más vendido de la compañía. El CUPRA Formentor aporta un 40% más horas de producción que un SEAT Ibiza y una mayor rentabilidad, lo que también se traduce en un incremento de la remuneración de los empleados, ya que parte de sus emolumentos se vincula al resultado financiero de SEAT.

Otro de los desafíos que lidera SEAT es la electrificación de nuestro país. Treinta años después de que el mundo mejorara su percepción sobre España gracias al éxito de los Juegos Olímpicos en Barcelona y de la Expo en Sevilla, nos encontramos de nuevo en otro momento clave, ahora de transformación industrial. Además de haber tomado impulso con la creación de la exitosa y electrificada marca CUPRA, la compañía también acelera para no perder la oportunidad de convertir a España en el 'hub' del vehículo eléctrico en Europa. De la mano de Volkswagen, quiere protagonizar la mayor inversión industrial de la historia de nuestro país, con la movilización de 10.000 millones de euros para impulsar la electrificación española.

La inversión, que será una de las más importantes del grupo Volkswagen fuera de Alemania, supondrá la fabricación de coches sostenibles y eléctricos 'made in Spain' tras la resolución final del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) del Vehículo Eléctrico y Conectado, en el que destaca la construcción de la primera gigafactoría de baterías del país en Sagunto. Una gran oportunidad para toda la industria española del automóvil, sector estratégico de nuestra economía que genera el 10% del PIB y dos millones de empleos.

Con esta apuesta para que España se electrifique, el país podría mantenerse en el pódium como segundo fabricante europeo, pero aún tendría asignaturas pendientes. Porque sigue en la cola de Europa en el desarrollo de la infraestructura de recarga y en ventas de vehículos electrificados, con solo un 9% de cuota de mercado este año, cuando Portugal la dobla y ya ha alcanzado la media europea del 20% de coches eléctricos vendidos. Otro ejemplo del camino por recorrer en España son las ventas del Born, el primer vehículo cien por cien eléctrico de CUPRA, puesto que las compras en Austria cuadriplican las de España, pese a que es un país con solo 9 millones de habitantes.