Uno de cada cuatro empleos están expuestos a la IA, según la ONU: contables, mecanógrafos y analistas financieros, los que corren más riesgo

Según la OIT, uno de cada cuatro empleos en el mundo está expuesto a la IA generativa, y aquí caben dos matices. El primero, que la IA generativa es aquella que no solo aprende con los datos obtenidos sino que es capaz de generar cosas nuevas, a diferencia de la tradicional; y el segundo, que un trabajo esté 'expuesto' no significa que vaya a desaparecer. El estudio de la OIT ordena los empleos en un 'gradiente de exposición' que empieza por empleos 'no expuestos' -por ejemplo, empleados de la construcción- y termina por los 'expuestos de gradiente 4'; es decir, aquellos puestos de trabajo que tienen un riesgo más alto de automatización. En este último grupo están los mecanógrafos, los analistas financieros o los administrativos que se dedican a elaborar nóminas; en total, el 3,3% de los empleos del mundo podrían ser substituidos ahora mismo por una IA generativa.

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Naturalmente, no todos los países se enfrentan a este problema en igual grado; podría decirse que esta es una polémica 'del primer mundo', aunque afecte a todo el globo. Como ya se ha avanzado, el 25 % del empleo mundial está expuesto a la IA generativa, pero ese porcentaje se eleva al 34% en los países de mayores ingresos. A su vez, hay diferencias entre las exposición de hombres y mujeres. Entre los países de altos ingresos, y eso incluye a España, los empleos con mayor riesgo de automatización representan el 9,6% del empleo femenino, en contraste con el 3,5% del empleo masculino.

Que los trabajos administrativos son los más expuestos no es ninguna novedad, dada la capacidad teórica de la IA generativa para automatizar muchas de sus tareas. Lo sorprendente del estudio de la OIT es que ha detectado un aumento de la exposición en ciertos empleos cognitivos y altamente digitalizados; por ejemplo, en sectores como los medios de comunicación, el software y las finanzas.

La buena noticia, quizá, es que el informe insiste en que la automatización completa se sigue limitando a pocos empleos, ya que muchas tareas, aunque puedan realizarse con mayor eficiencia gracias a las nuevas tecnologías, aún requieren intervención humana. Hay una curiosa relación divergente, pues las ocupaciones más acostumbradas a transformaciones digitales rápidas -como los desarrolladores de software- podrían sufrir menos cambios de los esperados, y las de escasa formación digital podrían tener que asumir un impacto de la IA mayor que el esperado.

Como ya se ha avanzado, el informe separa los trabajos por grupos en función de su nivel de exposición. Para elaborar ese listado, los analistas de la OIT tomaron cada empelo por separado, y dentro de este, cada una de las tareas que intervienen en la ejecución del mismo. Lo que se analizó, concretamente, es la exposición a la automatización de cada tarea, siendo 0 el equivalente de que la automatización no es posible y 1, el equivalente de que es perfectamente posible automatizar ese empleo. Hecho esto, la OIT tomó un valor medio para cada empleo, que es el que se usó para elaborar el ránking. Los más expuestos son los administrativos que se encargan de 'entrar datos', y los menos, los 'recolectores de agua y madera'.

ABC ha recopilado algunos de los empleos que incorpora el informe de la OIT. La distribución de los grupos puede parecer extraña, pero no hay que olvidar que el listado se ha elaborado analizando la capacidad de automatización de cada una de las tareas que forman un puesto de trabajo. Tómese de ejemplo el periodismo. No puede encomendarse a la IA totalmente, pero seguramente sí algunas de las tareas que forman parte del día a día de un redactor.