La crisis de inflación fuerza una subida masiva de los seguros

La inflación comenzó a desbocarse en la última parte de 2021. Todavía sin la guerra en Ucrania, el dato ya se ubicaba en el último trimestre por encima del 6%. Con el paso de los meses fue 'in crescendo' hasta que estalló el conflicto desatado por Rusia. En marzo se alcanzó un incremento de precios del 9,8% y ahí se ha mantenido estos últimos meses.

En junio, julio y agosto, el IPC superó el 10% en España. Un verano con los precios ahogando a las familias, para moderarse luego en septiembre, octubre y noviembre. Aunque la estadística permanece aún en niveles anormalmente elevados (6,8% en el undécimo mes del año).

Bajo este escenario, la presión para las aseguradoras ha sido enorme desde hace un año. Como publicó ABC en el mes de marzo, las compañías del gremio entonces ya monitorizaban muy de cerca la evolución de la inflación y empezaban a hacer sus cálculos sobre si podían asumir, y cuánto tiempo, el incremento de los precios. Esa situación ha derivado en que las empresas no han podido aguantar la presión de costes y están trasladando la inflación a las primas de seguros.

¿Por qué las aseguradoras incrementan el precio de sus productos? Porque sus desembolsos en las reparaciones también han crecido. Cuando un cliente reporta un siniestro, la maquinaria de la aseguradora se pone en marcha de cara a la reparación del mismo. Igual que ha aumentado la cesta de la compra, los materiales y la mano de obra también se han incrementado sobremanera con el IPC. Eso se traduce en que cada siniestro le cuesta más a la compañía solucionarlo, y llegan momentos en que la rentabilidad se convierte en valores negativa.

Si los costes superan a los ingresos, la aseguradora no obtiene ningún rédito económico y trabaja a pérdidas. Esto se mide con la llamada ratio combinada, que mide la rentabilidad de las empresas del sector. Si esa ratio es menor de 100%, significa que el negocio asegurador está siendo técnicamente rentable; si supera el 100% es que se trabaja a pérdidas.

Así las cosas, las ratios combinadas de cada compañía han crecido en los últimos trimestres, estrechando la rentabilidad. Eso es lo que obliga a las aseguradoras a tener que trasladar el incremento de costes que soportan por la inflación a sus clientes.

Las empresas del sector ya están repercutiendo el IPC en las nuevas pólizas que se firman y también en las renovaciones anuales de las que ya había en vigor. Pero no todas las compañías actúan de la misma manera, depende de su margen de actuación, la competencia y la fidelidad de sus usuarios.

La ratio combinada es fundamental en este incremento de precios. Aquellas compañías que tengan la cifra más cercana a 100 tendrán que trasladar una mayor subida al usuario, y viceversa. Antonio Huertas, presidente de Mapfre, señaló un problema que ya se está produciendo en el ramo de auto, uno de los más afectados por el encarecimiento de los siniestros. «Las compañías ya estamos en perdidas técnicas en algunos ramos, como el del automóvil», afirmó en el encuentro financiero de KPMG y 'Expansión'.

Mapfre, una de las mayores firmas del gremio, reconoce que se ve obligada a trasladar costes al cliente. Y Mutua Madrileña, otra de las grandes en España, va por el mismo camino, aunque con matices. Ignacio Garralda, su presidente, dijo en el mismo foro que también tendrán que aplicar subidas de las primas, pero que serán «los últimos en hacerlo» e intentarán que sea de manera contenida, ya que su modelo de mutualistas es algo distinto al del resto y al no ser cotizadas no están atados en garantizar beneficio a sus accionistas.

Asimismo, la fidelidad del cliente juega un papel clave en todo esto. Fuentes financieras aseguran que en el sector hay una rotación de en torno al 20% de los asegurados. Dos de cada diez clientes cambian de compañía en busca de mejores coberturas o precios más bajos. En ese sentido, la competencia puede ser fundamental en la rotación de clientes.

Más allá de ello, el Gobierno también ha tomado cartas en el asunto. O al menos lo ha intentado. La Dirección General de Seguros, dependiente del Ministerio de Asuntos Económicos de Nadia Calviño, ha pedido en reiteradas ocasiones al sector que no traslade el IPC a las primas de seguros.

Lo ha hecho en público varias veces, una de ellas en el XXIX Encuentro del Sector Asegurador, impulsado por Deloitte, Mapfre y ABC. Sin embargo, las compañías no han atendido a esas peticiones ya que la crisis de inflación les ha obligado a lo contrario estos meses.

De hecho, en el sector no ha sentado nada bien que la Dirección General de Seguros se meta en la política comercial de las entidades y desde la patronal Unespa se ha reclamado que se deje actuar a las compañías bajo un esquema de libre competencia como es el que disfruta España.