Coto total al alquiler turístico, los 'party boats' y los nuevos albergues en Palma

El consistorio balear busca reducir la presión sobre el mercado de la vivienda, mejorar la convivencia en los barrios y proteger la imagen de la capital balear como destino urbano y cultural

Sólo el 42% de los residentes de Baleares aprueba el turismo: la percepción positiva se hunde desde 2018

Turistas con maletas en el centro de Palma efe

Andrés Lasaga

Palma

El alcalde de Palma, Jaime Martínez, ha anunciado este martes una batería de medidas de impacto inmediato con el objetivo de «seguir avanzando en el modelo de contención turística y en mejorar la convivencia entre residentes y visitantes hacia un modelo inclusivo y de mayor calidad ... ». El plan, que supone un nuevo paso en la política turística de la capital balear, establece la prohibición total del alquiler turístico en cualquier modalidad, la moratoria indefinida para nuevos albergues juveniles y la eliminación de los «party boats» del Paseo Marítimo a partir de la próxima temporada.

La medida más contundente afecta al alquiler turístico, una cuestión que en los últimos años ha generado un intenso debate en la ciudad. Martínez precisó que, a partir de la entrada en vigor de la nueva normativa, no se permitirá ningún tipo de alquiler vacacional, ni en viviendas plurifamiliares ni unifamiliares, ni en habitaciones, algo que hasta ahora era posible a través de plataformas como Airbnb.

«En Palma solo existen 639 licencias legales de vivienda de alquiler turístico. Esas seguirán vigentes mientras sus titulares mantengan la actividad, pero si alguna se da de baja, no se autorizarán nuevas plazas en su sustitución», explicó el primer edil. De esta forma, el parque de alojamientos turísticos quedará congelado y tenderá a reducirse progresivamente.

Martínez fue especialmente crítico con la gestión de los anteriores gobiernos municipales, a los que acusó de haber «mirado hacia otro lado» ante la proliferación de pisos turísticos ilegales. «En los últimos años con la izquierda se crearon más de 100.000 plazas turísticas y no se perseguía la oferta ilegal. Según datos de Exceltur, en los dos últimos años Palma ha reducido en un 18% la oferta de pisos turísticos ilegales, frente al 3,7% de media en el conjunto de 25 ciudades españolas», subrayó.

El regidor recordó que el alquiler turístico en edificios plurifamiliares ya estaba prohibido en Palma desde 2018, aunque la falta de control efectivo permitió que la norma se incumpliera de manera generalizada. «Lo que hacemos ahora es cerrar definitivamente la puerta a cualquier intento de expansión de esta modalidad de alojamiento que distorsiona el mercado residencial», añadió.

El paquete de medidas incluye también un veto a la creación de nuevos albergues juveniles en toda la ciudad. Según explicó el alcalde, la intención del consistorio es fomentar la reconversión de los actuales establecimientos de este tipo en hoteles o viviendas, ante el convencimiento de que una parte de esta oferta «de bajo nivel» ha contribuido a degradar determinadas zonas urbanas.

Por otro lado, el Ayuntamiento ha decidido prohibir de forma completa los «party boats» —embarcaciones dedicadas a fiestas con música y consumo de alcohol— en el Paseo Marítimo, una actividad que había suscitado un gran número de quejas vecinales en los últimos veranos. El alcalde avanzó que el Consistorio ya trabaja junto con la Autoritat Portuària de Balears (APB) en la redacción del marco normativo que permita aplicar la restricción a partir de la próxima temporada estival.

Durante su comparecencia, Martínez defendió que estas decisiones se enmarcan en una estrategia más amplia para «reconducir el modelo turístico hacia la calidad, la sostenibilidad y la convivencia ciudadana». En este sentido, destacó los primeros resultados de la temporada turística de 2025: «Estamos observando un cambio de tendencia y una reducción de la estacionalidad. Esta temporada ha bajado un 2% respecto a 2024 y un 5% si la comparamos con 2019, antes de la pandemia», señaló.

El alcalde atribuyó esta evolución a un mayor gasto medio por visitante, que se ha incrementado «más de un 15% en 2025 con respecto a 2023». «Vienen menos turistas, pero con más poder adquisitivo. Eso significa que el modelo de calidad que perseguimos está dando sus frutos», aseguró.

Con estas medidas, el Ayuntamiento de Palma busca consolidar una nueva etapa en la gestión turística, centrada en reducir la presión sobre el mercado de la vivienda, mejorar la convivencia en los barrios y proteger la imagen de la capital balear como destino urbano y cultural de primer nivel.

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