Correos pierde 15 millones de usuarios en solo tres años

El balance de la firma del Estado es solo la consecuencia de una gestión a la que no le salen los números. Los último datos del Panel de Hogares de la CNMC sobre el sector postal refleja el descalabro de Correos. Los datos del supervisor evidencian que en los últimos cuatro años el número de ciudadanos que ha depositado un paquete postal en una oficina se ha desplomado un 16,3%, lo que ocurre en un momento en el que circulan más paquetes que nunca.

Correos ha perdido 15 millones de ciudadanos desde 2019, año en el que la cifra fue de 103 millones y que contrasta con los 88 millones de visitas de 2022, según reconoce la propia compañía, y sigue tirando a la baja, ya que en el primer semestre de este ejercicio el número de usuarios que ha visitado una oficina ha caído un 8%, según el Panel de Hogares de la CNMC. La encuesta solo mejora en el número de ciudadanos que han presentado una reclamación a Correos en los últimos seis meses, que se sitúa en el 1,8% frente al 2,2% de 2019. En este escenario de declive, firmas mucho más pequeñas están ganado terreno. La compañía que preside Serrano se distancia de la competencia y pierde cuatro puntos en el último año en el negocio de paquetería frente a los más de cinco que gana Seur. En el último semestre de 2019, el 70% de los usuarios encuestados había usado la postal pública para realizar un envío de paquetería. Ese porcentaje desciende al 54%. Dentro de la oferta de paquetería de Correos, es significativo el descenso frente a 2019 del paquete Azul, en casi un 8%, y del paquete económico, en un 3,3%.

Este escenario ha encendido las alarmas dentro y fuera de la compañía. Como ya informó ABC, el principal partido de la oposición ha pedido la comparecencia de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y de la presidenta de la SEPI, Belén Gualda, para que expliquen la «nefasta» gestión en Correos y las medidas de piensan acometer para «salvar» la compañía. Desde dentro de la firma los sindicatos siguen pidiendo explicaciones a la directiva del operador postal ante «la caída constante y en picado de Correos».

En un comunicado interno al que ha tenido acceso este diario, UGT y CC.OO. denuncian que «desde que Serrano asumió la presidencia de Correos, los informes, encuestas y estudios del sector postal realizados por diversas entidades y organismos, como la Unión Postal Universal, la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia, y el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, así como los informes anuales publicados por Correos, revelan un constante descenso de los indicadores clave sobre la evolución de la compañía postal pública».

Las centrales citan la cuenta de resultados, la cifra de negocios, la cuota de mercado, el patrimonio, la actividad y el empleo y recuerdan que «han experimentado un declive progresivo, evidenciando un fracaso absoluto de la gestión en la mayor empresa pública en implantación territorial del país». La firma es la mayor empresa del Estado por número de trabajadores, más de 53.000. «Cuando todos los organismos e instituciones, además de los consumidores, coinciden en la debacle de Correos, el nuevo Gobierno de coalición que se ha conformado, con la ministra de Hacienda a la cabeza y la SEPI, debe tomar medidas para reforzar e impulsar el servicio postal público», dicen UGT y CC.OO. Añaden que «si hay alguna medida que destaca sobre todas las que hay que abordar, es la necesidad de un liderazgo y gobernanza, que permita acometer una discusión sosegada y rigurosa sobre el futuro del correo público en nuestro país».

Correos pierde la confianza de millones de clientes paradójicamente cuando los usuarios envían el mayor número de paquetes de la historia. Según el sondeo de la CNMC, el 20,8% de los encuestados en el último Panel de Hogares envió algún bulto durante la primera mitad del año, la cifra más alta en la serie de este indicador.

El rejonazo llega en los productos de paquetería más populares, en buena parte por la política de subidas de tarifas implantadas por la empresa, como vienen denunciando los trabajadores de la postal pública en los últimos tiempos. Ocurre además en un momento donde las empresas de la competencia aprietan más que nunca para captar más clientes al calor del auge del comercio online.

Y no solo está Seur detrás del desplome de Correos. El esplendor que vive el sector postal, atrae cada día a multitud de nuevos operadores que luchan por hacerse un hueco en el mercado. El informe anual del sector postal 2022 elaborado por el propio supervisor señala que el número de operadores postales inscritos en el registro postal se ha incrementado en un 32,9% en el año 2022 respecto de 2021, o lo que es lo mismo, en 717 operadores, hasta alcanzar un total de 2.894. En ese mismo documento, la CNMC señala que mientras la cifra de negocio del sector postal aumentó el año pasado en cerca del 10%, la del operador público se desplomó un 6,7% hasta los 1.567,1 millones de euros. «El peor dato de Correos desde que se tienen registros», apunta Competencia.

Mientras tanto, el equipo de Juan Manuel Serrano sigue apostando por la diversificación del negocio de Correos para reflotar a la empresa pública. Sonados han sido negocios ruinosos como la aventura de Correos Cargo, la apuesta por el servicio de transporte aéreo de mercancías que en tan solo un año dejó pérdidas por valor de 25 millones de euros. La cúpula de la empresa pública alinea estas inversiones con las que están realizando sus homónimos europeos. Pero nada más lejos de la realidad, la mayoría de las postales estatales europeas gozan de un balance positivo y muchas de ellas sitúan su cifra de negocio en récord histórico, como ya contó este periódico.

El futuro para Correos se dibuja con muchas incertidumbres. Las pérdidas en 2023 rebasarán los 250 millones -el segundo peor ejercicio de su historia tras la pérdida de 269 millones en 2020 por la pandemia- y para 2024 se espera que se eleven a los 315 millones de euros. De continuar en esta senda, la postal del Estado podría entrar en causa de disolución durante el próximo trienio.