Consumo investiga posibles falsas rebajas durante el Black Friday y amenaza con sancionar a los establecimientos

Como rebajas engañosas, según el ministerio, se entiende el hecho de que un operador suba el precio de diversos productos antes del Black Friday, para luego rebajarlos de nuevo a su precio original. Por tanto no se produce ninguna rebaja efectiva, pero se engaña al consumidor al pensar que sí.

Estas prácticas comerciales se consideran desleales con las personas consumidoras, en virtud de un incumplimiento del Artículo 47 de la Ley General para la Defensa de Consumidores y Usuarios. Bajo las directrices de esta norma, este tipo de prácticas pueden llegar a calificarse como infracciones graves, acarreando multas de hasta 100.000 euros. Esta cantidad se puede sobrepasar, no obstante, hasta alcanzar entre cuatro y seis veces el beneficio ilícito obtenido.

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En relación a los antecedentes en estas prácticas, Consumo ya ha sancionado por valor de 90.000 euros a dos operadores de comercio electrónico por llevar a cabo rebajas fraudulentas durante el último Black Friday. Del mismo modo, mantiene abiertos expedientes a otros seis grandes operadores por esta misma práctica durante el año pasado.

En cuanto a la fundamentación jurídica del asunto, el artículo 20 de la Ley de Ordenación del Comercio Minorista indica que siempre que se oferten artículos con reducción de precio, deberá figurar con claridad el precio anterior, con el fin de llevar a cabo una correcta comparación. La ley indica a su vez que el precio anterior debe ser el precio menor aplicado sobre productos idénticos en los treinta días precedentes.

Por su parte, la Dirección General de Consumo se encuentra recabando información relacionada con este tipo de prácticas, en el marco de una investigación exhaustiva puesta en marcha al considerar indicios de que se están produciendo rebajas engañosas durante este Black Friday. A través de la herramienta «Price Reduction Tool», de la Comisión Europea, los servicios técnicos del ministerio se encuentran monitorizando a los establecimientos para detectar posibles indicios de prácticas fraudulentas.

En cuanto a los productos investigados, estos son los relativos a compras realizadas por Internet, en una amplia gama que incluye deportes, electrónica o cosmética. En esta misma investigación durante el pasado año, el ministerio concluyó que más de un 20% de los productos analizados presentaron incumplimientos, y que un 60% de las empresas cometieron esta práctica fraudulenta.