Los consumidores afrontarán subidas de la energía de más del 20% en 2024

Este organismo basa sus estimaciones en las subidas de las cotizaciones internacionales del petróleo y del gas, lo que conlleva en nuestro país el encarecimiento de los carburantes y de la electricidad, una situación que afecta a todos los consumidores, tanto particulares como industrias, y que provoca el encarecimiento de los productos y una pérdida de competitividad de las empresas. Hay que recordar que numerosas compañías pararon sus fábricas el año pasado en nuestro país por los altísimos costes de la electricidad y del gas.

«Las previsiones del Banco de España indican claramente que en 2023 va a haber una ralentización de la actividad económica, ya que se habla del 2,3% de crecimiento y ha revisado también a la baja el crecimiento económico en 2024 hasta un 1,8%. Por el contrario, revisa al alza la inflación media hasta el entorno del 3,6-3,5% este año y superior al 4% el próximo», afirma José Manuel Corrales, profesor y experto de Economía y Empresa de la Universidad Europea.

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Susana Alcelay

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«Realmente, esto indica que seguimos con una pérdida de poder de compra de las familias que, en gran medida, se han buscado vías alternativas a través del acuerdo por el empleo y la negociación colectiva que ha permitido mejorar un poco los salarios para que esa pérdida de poder adquisitivo sea menor pero, a pesar de eso, es evidente que los carburantes, que el petróleo y los productos energéticos en general, se están encareciendo de nuevo», explica a ABC.

Y subraya que «hay un repunte de la inflación, de la carestía de la vida. Tenemos serios problemas de futuro y la impresión es que el Gobierno considera que va a ser muy difícil controlar la inflación hasta niveles inferiores al 3% hasta el año 2025. Su prioridad es, en este momento, reducir el paro y apostar por la transición ecológica».

A finales de este año y comienzos del próximo podría darse la tormenta perfecta para los ciudadanos, ya que coincidirían el incremento de los precios del crudo, gas, electricidad y carburantes con la previsible eliminación de las rebajas fiscales del Ejecutivo al gas y la electricidad, cuyas facturas soportan un IVA de sólo el 5% frente al 21% habitual.

La primera de esas rebajas se produjo en junio de 2021, cuando el IVA de los recibos de la luz bajó del 21 al 10%. En aquellas fechas, el precio medio de la electricidad era de unos 90 euros el MWh, nivel nunca visto hasta entonces. Ayer fue de 110 euros el MWh y la media mensual supera los 100 euros.

Un año después, en junio de 2022, el Gobierno volvió a bajar el IVA hasta el 5% porque los precios se dispararon por encima de los 200 euros por la guerra en Ucrania.

Mientras tanto, los consumidores de gas tuvieron que esperar hasta octubre del año pasado para disfrutar de la misma rebaja del IVA hasta el 5%. En estos momentos, los precios del gas están por debajo de 40 euros el MWh, y en aquellas fechas habían alcanzado los 300 euros.

Aunque el precio medio del gas este año es de unos 35 euros el MWh, las previsiones apuntan a los 50 euros en 2024.

El encarecimiento del gas tiene un impacto muy importante en el sector eléctrico español, ya que la generación eléctrica con aquella energía es una de las más importantes del mix de producción. De ahí que el Gobierno diseñara el mecanismo denominado la excepción ibérica, que limita el coste del gas que se utiliza para generar electricidad. Se puso en marcha en junio de 2022 y desde el 26 de febrero no se tiene que utilizar por la caída de los precios del gas. El Ejecutivo mantiene que los consumidores se han ahorrado unos 5.000 millones de euros con este sistema que también se aplica en Portugal.

Las primeras dudas sobre la marcha de la economía española a corto y medio plazo han aparecido con la subida del petróleo, que en tres meses ha pasado, en el caso del tipo Brent, de 74 a 94 dólares el barril, un 27% más. Los expertos creen que el crudo acabará este año por encima de los 100 dólares el barril, cuando su precio medio hasta hoy es de 81 dólares.

Este incremento, debido a los recortes de producción de Arabia Saudí y de Rusia, ha provocado un fuerte incremento de los precios de los carburantes en nuestro país, que acumulan doce semanas al alza. En ese periodo la gasolina se ha encarecido un 10% y el gasóleo otro 16%. Esto supone que llenar el depósito de un vehículo es unos 10 euros más caro que en junio.

Aunque los precios medios actuales (1,752 euros el litro de gasolina y 1,668 euros el de gasóleo) están un poco lejos aún de los que había en abril de 2022 cuando el Gobierno aprobó los descuentos de 20 céntimos por litro (superaban los 1,8 euros el litro), fuentes del sector no descartan que alcancen de nuevo los 2 euros el litro antes de que acabe este año, precios que ya registraron en junio del año pasado.

El mencionado descuento se aplicó de forma universal hasta el 31 de diciembre pasado y, desde entonces, solo se pueden beneficiar de él determinados grupos de profesionales.

El encarecimiento de los carburantes está poniendo en aprietos una vez más a todos los conductores particulares y si se suprimen los descuentos a los profesionales, tanto los autónomos como el transporte por carretera –tanto de pasajeros como de mercancías– sufrirán un importante mazazo.

El nuevo gobierno que se formará en las próximas semanas tendrá que decidir si prorroga a partir del próximo 1 de enero las ayudas y rebajas fiscales en energía, transporte y alimentación que, solo en 2023, suponen un gasto de 10.000 millones de euros.

En su decisión pesará, por un lado, la opinión de la UE y de distintos organismos nacionales e internacionales para que los gobiernos supriman las subvenciones y rebajas fiscales o que se mantengan solo para colectivos vulnerables; y por otro lado, la subida de los precios energéticos que, unida al previsible aumento de la inflación y de los tipos de interés, supondrán un calvario para los ciudadanos.

Tampoco se puede descartar que el probable nuevo Ejecutivo de Pedro Sánchez mantenga alguna de las rebajas fiscales para compensar el malestar social que pudiera provocar una amnistía. No hay que olvidar que la primera rebaja del IVA de la electricidad coincidió con la aprobación de los indultos a los condenados por el 'procés'.