Competencia alarga la opa de BBVA al Sabadell a fase dos y el Gobierno ya podrá intervenir en la oferta

La CNMC justifica su decisión en «las circunstancias de la operación y su afectación potencial al mantenimiento de la competencia efectiva», para lo que requiere realizar un análisis más en profundidad. Añade que se va a dar voz a las autonomías en el proceso de análisis por su afectación, algo que concierne especialmente a Cataluña: «Se solicitará un informe preceptivo a las comunidades autónomas en las que la concentración incida de forma significativa».

Este escenario era uno de los más contemplados en el Sabadell, que argumentaban desde hace meses que esta operación, de carácter hostil, es de tal complejidad y presenta tantos riesgos que requiere ser declarada compleja y pasar a esa fase dos. Además, sostenían que hay tantos actores ajenos a la operación que desean pronunciarse que hace necesario llevar el examen a fase dos. Fuentes de la entidad catalana muestran «su respeto por el trabajo del supervisor» y aseguran que «la decisión de la CNMC confirma la complejidad de la opa hostil lanzada por BBVA, que hace necesario un estudio más profundo de las consecuencias que tendría esta operación en la competencia del sistema financiero español».

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En BBVA, en cambio, confiaban en que pudiera aprobarse en fase uno imponiendo la CNMC algunas condiciones para la adquisición del banco catalán, pero finalmente Competencia ha optado por un escenario que le complica las cosas a la entidad vasca, que en ocasiones ha mencionado que alargar los plazos no le beneficia. Este paso, además, supone dar al traste por completo con los plazos que manejaba el banco vasco inicialmente, que hablaba de 6-8 meses para tener resuelta la opa. «BBVA continuará colaborando estrechamente con la CNMC para culminar cuanto antes el acuerdo de compromisos y la aprobación del expediente», afirman fuentes de BBVA.

Ahora el Gobierno podrá intervenir en la operación ya que una vez se concrete la resolución de Competencia en fase dos, el Consejo de Ministros puede optar por aumentar o reducir las condiciones que se impongan a BBVA. Esta es una potestad que tiene el Ejecutivo, informe mediante del ministro de Economía, Carlos Cuerpo. Una vez finalice la CNMC su análisis en fase dos, el ministro tendrá 15 días para decidir elevar el caso a Consejo de Ministros y este después dispondrá de otros 30 días para resolver.

Así las cosas, esto es relevante en el sentido de que la posición del Ejecutivo en contra de la opa es de sobra conocida. Con todo, es algo inusual que La Moncloa intervenga para modificar decisiones de la CNMC. «Nuestra posición es muy clara, hemos reflejado el rechazo a esta operación no solo en función de la forma o el instrumento concreto, sino también del fondo. Ese fondo nos preocupa sobre todo por el potencial impacto en términos de incremento de la concentración y de reducción de la competencia y el efecto que esto tiene en términos por supuesto de las condiciones para los clientes, pero también en otro tema muy importante como la inclusión financiera, más allá del elemento de cohesión territorial que es otra de las grandes preocupaciones», llegó a decir el ministro Cuerpo, aunque en ningún momento ha alcanzado a aclarar si su posición incluye llegar a vetar una posterior fusión o se queda en el mero rechazo.

A tener en cuenta también está que mientras que el análisis de la CNMC debe basarse en criterios de competencia y concentración del mercado, el que pueda hacer el Consejo de Ministros puede ir más allá, tal como establece la normativa. «El Consejo de Ministros podrá valorar las concentraciones económicas atendiendo a criterios de interés general distintos de la defensa de la competencia», indica la ley del ramo. Podrá tener en cuenta por ejemplo criterios de defensa y seguridad nacional, salud pública, libre circulación de bienes y servicios, etc.

Asimismo, tirando de hemeroteca, en fase dos se han dado operaciones de compra en las cuales las condiciones que ha impuesto Competencia han hecho descarrilar las adquisiciones por ser demasiado exigentes. BBVA, en este sentido, se pronunció hace escasas semanas con que si se fijan condiciones inasumibles, siempre tienen la posibilidad de desistir de la opa.

No solo el Ejecutivo tendría capacidad ya de intervenir en la opa sino también otras organizaciones. En la fase dos se permite la audiencia del propio Sabadell, de otros actores del sector, organizaciones empresariales, sindicales, asociaciones... un conjunto de instituciones que podrán dar su opinión a la CNMC. Eso puede suponer una traba para el BBVA ya que muchas voces se han pronunciado en contra de una operación como esta; desde patronales como la catalana o valenciana, a cámaras de comercio, asociaciones de consumidores e incluso partidos políticos. De hecho, este caso ha concitado por momentos los intereses de formaciones políticas como el PSOE, el PP, Sumar...

En cualquier caso, en el BBVA han insistido estos meses en comparar su operación con la absorción de Bankia por parte de Caixabank, con la salvedad de que la opa es hostil. El Sabadell, en cambio, niega que puedan compararse ambas operaciones.