Competencia descarta que la baja remuneración de los depósitos se deba solo a la concentración bancaria

«La baja remuneración de los depósitos bancarios en España durante la subida de los tipos de interés del Banco Central Europeo, iniciada a mediados de 2022, se explica por factores que van más allá de la concentración bancaria, según el informe realizado a petición del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa», indica Competencia en un comunicado. Y añade: «Entre otros factores, los costes y problemas de información asociados a cambiar de banco (portabilidad entre entidades), la escasez de alternativas para contratar productos de ahorro distintos a los depósitos o la necesidad de profundizar en iniciativas de educación financiera son algunos de los elementos relevantes que condicionan esta situación».

La concentración bancaria es uno de los elementos sobre los que más se ha puesto foco en estos dos últimos años, cuando las entidades nacionales han pagado menos por el ahorro de sus clientes que las entidades de otros países europeos. La CNMC concluye que «los análisis econométricos indican que la concentración bancaria puede afectar negativamente a la remuneración de los depósitos», pero que esto tiene «un poder explicativo bajo en la determinación de los tipos de interés». Apunta, así, a otros factores con más peso.

Estos factores están relacionados con la estructura de la demanda y la presión competitiva de productos alternativos, según indica la organización dirigida por Cani Fernández. «Los costes asociados a cambiar de banco (efectos 'lock-in') pueden reducir la movilidad de los clientes en ciertos segmentos. A este fenómeno pueden contribuir las políticas de fidelización —como bonificar el interés de la hipoteca por domiciliar la nómina, contratar productos adicionales o mantener un nivel de saldo en cuenta—, los problemas asociados al proceso de búsqueda de alternativas —por falta de estandarización y comparabilidad de la información comercial de los productos de depósitos— y algunas dificultades prácticas en la portabilidad de cuentas entre bancos», indica la CNMC.

Otro de los factores de los que habla es que los productos de ahorro e inversión alternativos a los depósitos «ejercen poca presión competitiva». Se refiere, por ejemplo, a los fondos de inversión y la deuda pública, que aunque es algo que cada vez más ciudadanos eligen para ahorrar e invertir, todavía no es algo generalizado.

Asimismo, Competencia señala que «la educación financiera en España es inferior a la mayoría de los países de la eurozona. Ello puede limitar la capacidad de comparar ofertas y de contratar productos sustitutivos de los depósitos que son más complejos». En el lado positivo, la CNMC destaca a los nuevos bancos digitales, que suponen una presión extra a la banca tradicional para aumentar la remuneración de los depósitos.

Más allá de ello, los bancos se han excusado estos dos últimos años con que están inundados de liquidez para no tener la necesidad de aumentar la remuneración del pasivo. Esto también lo ha analizado la institución de Cani Fernández. «La alta liquidez de los sistemas bancarios podría haber influido en la menor traslación de las últimas subidas del BCE, especialmente en aquellos sistemas con más liquidez (como el español), pero este efecto parece pequeño en comparación con las grandes diferencias observadas entre países y entidades», concluye la CNMC. Compra, en parte, el argumento que tienen las entidades financieras.

Una vez realizado el diagnóstico, por encargo del Gobierno, Competencia también formula una serie de recomendaciones «para facilitar una oferta amplia de productos financieros a los hogares y empresas, mitigar problemas de información y facilitar la movilidad entre entidades».

Entre ellas incluye promover el acceso a una oferta amplia de depósitos y otros productos financieros sustitutivos; impulsar la asociación público-privada en las zonas en riesgo de exclusión financiera y facilitar el acceso directo de inversores minoristas a los mercados de capitales; mitigar los problemas de información de los clientes mediante acciones formativas y mayor transparencia; reforzar y coordinar mejor las iniciativas existentes de educación financiera y capacitación digital; mejorar la transparencia en las ofertas de depósitos; y reducir los costes de movilidad entre entidades, entre otras recomendaciones.