La Comisión Europea anuncia que reaccionará a los aranceles al acero cuando EE.UU. informe «por escrito»

En un comunicado, el ejecutivo comunitario ha afirmado que protegerá «los intereses de las compañías europeas, trabajadores y consumidores frente a medias injustificadas». A partir de ahí, la Comisión no ha dado ningún detalle más. «No responderemos a anuncios generales sin detalles o aclaraciones por escrito», ha zanjado el gobierno europeo, fiel a su estilo menos locuaz que el del presidente estadounidense.

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J. ANSORENA | Corresponsal en Nueva York

Afectará a mercancías por valor de 30.000 millones de dólares canadienses (unos 20.600 millones de dólares)

Este anuncio llega unas horas después de que Francia pidiera una respuesta por boca de su ministro de Exteriores, Jean-Noël Barrot, que en declaraciones esta mañana a la cadena francesa TF1 ha pedido a la Comisión Europea que imponga tarifas de represalia de manera inmediata. Trump «ya impuso esos aranceles en 2018 y entonces replicamos. Ahora replicaremos de nuevo», ha aseverado Barrot.

El presidente estadounidense no indicó exactamente a qué países afectaría el arancel sobre las importaciones de acero, aunque señaló que aquellos con los que su país tenga acuerdos comerciales equilibrados quedarán exentos.

Más allá del anuncio de ayer, por el momento Trump aún no ha concretado ningún arancel general sobre las importaciones europeas, aunque los especialistas consultados por ABC apuntan a que, de darse, este podría estar entre el 10% y el 20%. Hasta ahora, la nueva administración ya ha anunciado tarifas del 10% a China, con carácter general, y del 25% a Canadá y México, aunque en esos casos quedaron en suspenso durante un mes después de que la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, y su homólogo canadiense, Justin Trudeau, se comprometieran a reforzar sus fronteras.

En el comunicado de esta mañana, Bruselas ha insistido en su argumentario habitual contrario a la guerra comercial y favorable al comercio libre, advirtiendo que la imposición de tarifas al acero «sería ilegal y económicamente contraproducente, especialmente dadas las cadenas de producción profundamente integradas que la UE y Estados Unidos establecieron a través del comercio y la inversión transatlánticos». Para la UE, si Trump sigue adelante con lo prometido «estaría gravando a sus propios ciudadanos, elevando los costes para las empresas y alimentando la inflación».