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CIudad abierta

El cine y la ciudad

Marcos Sánchez Foncueva, gerente de la Junta de Compensación de Los Cerros, analiza cómo el séptimo arte puede convertirse en un instrumento esencial para la significación y resignificación de las ciudades

Los proyectos urbanos como impulsores de una nueva y más eficaz relación entre lo público y lo privado

Charlton Heston y Sofía Loren a su llegada a Madrid para rodar 'El Cid'

Marcos Sánchez Foncueva

Hemos celebrado el pasado domingo el Día Mundial del Patrimonio Audiovisual. Ocasión perfecta para reivindicar, en esta Ciudad Abierta, al cine como una de las más poderosas herramientas en la creación y recreación de los imaginarios urbanos contemporáneos. El cine y la ciudad están ... íntimamente conectados. Su estrecha vinculación se remonta a los mismos orígenes del séptimo arte. Desde su inicio el cine ha comprendido a la ciudad, la ha figurado y configurado, representado, reflexionado, percibido, fantaseado, ideado. Jean-Luc Godard, uno de los grandes referentes del séptimo arte y representante de lo mejor de la nouvelle vague lo expresaba de forma reveladora: el cine es una forma que piensa y un pensamiento que forma. Y así es, también, la ciudad. Piensa y hace pensar, genera imaginarios colectivos, inventa simbologías e iconos, construye identidad y vínculo, le da forma y vida a sus calles y corporeidad a los sentidos, incluso a los sentimientos, del ciudadano que la vive. El cine recoge, aúna y magnifica sus virtudes y contextualiza y destaca sus defectos.

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