Las centrales nucleares paran su actividad en España por los altos impuestos
Los propietarios de las plantas aseguran desde hace tiempo que la carga tributaria hace el negocio inviable
En las próximas semanas habrá reuniones esenciales para decidir el futuro de todo el parque nuclear
El debate sobre el futuro de la energía nuclear, que tendrá algunos momentos clave el próximo mes de mayo, vive estos días de Semana Santa una escenificación –con varias centrales paradas– de lo que será el nudo gordiano de cualquier negociación: los altos ... impuestos que soporta el sector.
Ayer, de los 7,1 gigavatios (GW) que tiene de capacidad el parque nuclear español, solo estuvieron en funcionamiento 2,7 GW. Después de unos días de bajada de potencia, debido a la entrada masiva de renovables en el sistema, sumado a la parada de la central de Trillo por una recarga de combustible, el momento de menor uso de esta energía para generar electricidad llegó con el apagón total de Almaraz.
Así lo comunicó el pasado martes el CNAT, que es la sociedad que aúna los intereses de Almaraz y Trillo. En una nota muy escueta pero concisa, precisaban que «las dos unidades de la central nuclear de Almaraz pararán de forma programada a partir del 16 de abril al no resultar casadas en el mercado eléctrico».
Con el objetivo de no generar ningún tipo de alarma, desde la central explican que «ambas unidades se encuentran en perfectas condiciones técnicas y de seguridad y la operación de parada entra dentro de la normalidad de la planta y se realizará con arreglo a sus procedimientos internos establecidos». El motivo de la parada se debe a la falta de rentabilidad que puede generar con unos precios de la electricidad hundidos –algo que es un problema de prolongarse en el tiempo–, por debajo de los 20 euros el megavatio, sumado a una alta fiscalidad.
En concreto, el comunicado señala que «la central nuclear de Almaraz tiene unos costes operativos muy competitivos, sin embargo su viabilidad económica está seriamente comprometida por la inasumible carga impositiva, que supone más del 75% de sus costes variables. La actual situación de mercado genera una ineficiencia en el sistema eléctrico, fruto de la cual y debido a su alta fiscalidad en ocasiones como la presente (de elevada generación renovable originada por la sucesión de borrascas) las nucleares quedan fuera del mercado eléctrico».
Un momento clave
Esta situación se produce en un momento esencial para el futuro del parque nuclear español. En principio, está previsto que Iberdrola, el principal socio de CNAT –siendo máximo accionista en Almaraz y Trillo– lleve a la próxima reunión con los otros dueños de las centrales, Endesa, Naturgy y EDP, una propuesta que, posteriormente, presentarán al Gobierno para pedir una prórroga y continuar operando las centrales.
No obstante, cualquier tipo de negociación estará condicionada, precisamente, a la alta fiscalidad que soporta el sector, motivo por el que ha tenido que parar Almaraz. Según los informes de PwC que están manejando desde el sector, los impuestos que soportan el parque nuclear se ha incrementado más de un 70% en los últimos cinco años, y entre 2025 y 2035 supondrá más de un 40% de sus costes totales.
El documento argumenta, además, que varias de estas cargas fiscales son redundantes y su fin no está justificado, incrementando los costes en 9,7 €/MWh. Asimismo, «la subida de la 'Tasa Enresa' –con la que se paga la gestión de los residuos– en 2024 de un 30%, deriva de una falta de consenso político y social no imputable al parque nuclear y de los cambios introducidos en el 7º Plan General de Residuos Radiactivos, añade una presión fiscal de otros 2,4 €/MWh», según consta en el informe.
Un debate de futuro
El problema con el que se va a enfrentar el sector nuclear en la negociación con el Gobierno, si finalmente existe, es la justificación de que sería un problema quedarse sin varios reactores nucleares en 2030 y que eso, por consiguiente, supondría una subida de precios.
Es cierto que solo se ha dado, por ahora, un día completo sin más de la mitad de las nucleares en funcionamiento, pero el precio ha estado en los 20 €/MWh, las renovables han soportado casi todo el peso –sin mucha necesidad de gas– y el sistema no ha tenido ningún percance. No obstante, la situación es muy concreta, puesto que estamos en mitad de la Semana Santa, por lo que la industria no se encuentra a pleno rendimiento; y en estos momentos hay gran cantidad de recursos hidráulicos para ser empleados.
Además, la climatología es neutra, sin frío ni calor, lo que hace que el consumo eléctrico no sea elevado. La situación real para saber cómo sería el funcionamiento con menos de 3 GW de nucleares debería darse en otro contexto. Por eso, las negociaciones que deberían arrancar en mayo serán un tira y afloja con posiciones –en principio– encontradas.
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