La cara y cruz de las lluvias en el campo: alivian al secano y llenan pantanos pero causan destrozos en Murcia y Andalucía

Sea como fuere, la mejor noticia llega de los embalses. Según el Boletín Hidrológico del Ministerio para la Transición Ecológica, actualmente los embalses de uso consuntivo -para uso humano y agrícola- están al 60,8% de su capacidad, un muy buen dato si se compara con el del año anterior (45,3%) e incluso con las medias de los últimos cinco y diez años: 47,7% y 53,3% respectivamente. Lo importante, sin embargo, y así lo destaca la organización agraria Coag en un informe en el que hace balance de las lluvias de las últimas cuatro semanas, es que los pantanos del sur y este peninsular, que nutren a zonas claves para el regadío, se han visto muy beneficiados por las borrascas que han atravesado nuestro país.

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En estas regiones las reservas hídricas han experimentado un incremento de hasta el 14%. Exactamente, se lee en el informe de Coag, las cuencas que más han mejorado sus niveles durante este período son la del Tajo: que ha pasado del 54,4% en diciembre de 2024 al 75,0% en marzo de 2025; el Duero, del 62,9% al 75,9%; el Guadalquivir, del 35,2% al 50,3%; y las cuencas internas de Cataluña (excluye el Ebro), que han pasado del 34,0% al 45,2%.

Todo esto, claro está, solo afecta a los regadíos. En el caso del secano, el análisis de Coag arroja un buen balance especialmente en Castilla y León, Castilla-La Mancha, Aragón, Galicia y la Comunidad de Madrid. Fundamentalmente se trata de cultivos de cereales, viñedo y olivar a los que la lluvia ha sorprendido en pleno inicio del ciclo vegetativo; es decir, cuando la planta está creciendo. Asimismo, desde Coag señalan que los pastos han mejorado de forma notable, especialmente en Galicia y la cornisa cantábrica, lo que supone un alivio para la ganadería extensiva, que venía de padecer un invierno más seco de lo habitual.

Por lo general el análisis de la organización agraria es favorable, aunque -como ya se ha avanzado- señala que hay zonas en las que el agua ha causado destrozos importantes. Ha sido el caso en la Región de Murcia, donde las inundaciones han afectado a más de 5.000 hectáreas de lechuga, brócoli y coliflor, con pérdidas estimadas en 10 millones de euros. En Andalucía, a su vez, las lluvias del mes de marzo y en concreto las de la última semana han ocasionado daños especialmente en hortícolas y cereales de algunas provincias y de forma generalizada en caminos rurales de toda la comunidad.

Añádase a esto la amenaza de pestes por la acumulación de agua, extremo que se ha dado en Sevilla con los cereales de invierno o en regiones del Bajo Guadalquivir con los guisantes, que han experimentado enfermedades radiculares que pudren las raíces. Luego está la imposibilidad de que máquinas y jornaleros accedan a las fincas por el exceso de agua, caso que se ha dado también en el Bajo Guadalquivir con cultivos de coliflor, brócoli, repollo o grelo que ya deberían estar recolectándose y corren el riesgo de echarse a perder.

En la provincia de Huelva el exceso de humedad está afectando a las fresas, con el añadido de que el fuerte viento ha provocado daños en más de 200 hectáreas de invernaderos. En la provincia de Almería, por su parte, se han registrado destrozos en cultivos hortícolas tanto al aire libre como en invernadero (brócoli, pepino, pimiento o sandía y melón). También en este caso, Coag señala las pestes por la humedad como principal problema, con proliferación de plagas como la botrytis o el mildiu. Por la misma razón, en Almería preocupan los cultivos de melón, que por encontrarse en plena fase de polinización son vulnerables a episodios de humedad.