El caos ferroviario no cesa pese a las destituciones del ministro Óscar Puente en Renfe y Adif

Desde el Ministerio de Transportes se aseguró ayer que la Guardia Civil y las patrullas de Adif están trabajando «desde el primer momento» en la investigación del suceso y que los servicios jurídicos del gestor ferroviario se encuentran redactando la pertinente denuncia por la sustracción del cable, que afectó a los sistemas de señalización de la vía.

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Antonio Ramírez Cerezo

El suceso se produjo ayer a las 21.30 cuando ya se producían grandes retrasos por el robo de 150 metros de cable en la línea de alta velocidad Madrid-Sevilla

Puente, que ayer se desplazo a Manzaneque (Toledo) para conocer de cerca el incidente, cree que la acción ha sido premeditada porque los 150 metros de cable robados, -«óptimo para privar de servicio a toda la línea»- en cinco puntos distintos de la provincia de Toledo (entre Mora y Urda) tienen un valor «mínimo frente al enorme daño que se causa», de apenas 300 euros. Desde Transportes defendieron además que en este tipo de actos, «como mínimo» se contempla la hipótesis de bloquear la vía. «Se ha cortado un cable de seguridad, que sensoriza las vías y permite saber dónde está el tren. Si se sustrae deja a ciegas la vía», detallaron, a la vez que lamentaron los «terribles» daños desde el punto de vista de la comodidad para los viajeros, los desplazamientos y costes para las compañías.

«El cable que se roba nos permite saber si hay un tren o no lo hay en la vía. La circulación necesita contar con un espacio limpio por delante de bastantes kilómetros y para que esa seguridad esté garantizada está el cableado en vía que manda una señal y garantiza que no hay obstáculos delante. Eso provoca que en la zona la velocidad máxima es que sea a 40km/hora», añadieron a la anterior explicación.

El nuevo capítulo del caos ferroviario volvió a dejar ayer imágenes que ya resultan familiares: de pasajeros varados en trenes en mitad de la nada y de estaciones a rebosar de gente, además de los cientos de quejas de usuarios en redes sociales por la falta de información y de suministros a bordo de los trenes afectados, pese a que el presidente de Renfe, Álvaro Fernández Heredia, aseguraba el domingo que se estaba reforzando la información y repartiendo comida y bebida. Todavía a primera hora de la mañana, los trenes seguían sin poder circular en la línea Madrid-Andalucía (Málaga, Sevilla y Granada) mientras se acometían los trabajos de reposición del cableado y la catenaria. No fue hasta las 9.40 horas cuando pudo salir el primer tren a Málaga desde Atocha. Por su parte, la circulación entre Madrid y Toledo se reanudó a las 9.00 horas, pero no fue hasta entrada la tarde cuando se recobró la total normalidad en todas las líneas.

Iryo, mientras tanto, defendía ayer no ser el responsable de la parálisis de la circulación en la línea Madrid-Andalucía en contra de lo que señaló el presidente de Renfe, quien dijo que el tren había arrastrado la catenaria tras un enganchón. Como ayer adelantó este periódico, desde Iryo aseguraron que, cuando se produjo el suceso, el tren estaba parado por la ralentización del tráfico que provocó el robo de los cables, y fue cuando reanudó la marcha cuando se detectó la falta de tensión en la catenaria, desmintiendo la tesis del líder del operador público.

Se trata, en todo caso, del enésimo suceso en la red de alta velocidad ferroviaria en menos de un año y en el entorno del Ministerio de Transportes ya temen a que se vuelva a repetir un verano como el del año pasado, cuando las incesantes incidencias incluso llevaron al ministro Puente a comparecer -a petición del PP- en el Congreso y el Senado para rendir cuentas. El vallisoletano insistió en ambas ocasiones en que España vivía «el mejor momento del ferrocarril de su historia», pero a las pocas semanas destituyó a Ángel Contreras de la presidencia de Adif para nombrar a Luis Pedro Marco de la Peña y el pasado mes de enero cesó a Raül Blanco como presidente de Renfe para situar a Álvaro Fernández Heredia, afín al pucelano.

Con todo, los robos de cable en la red ferroviaria española son muchos más frecuentes de lo que se piensa. Según los últimos datos disponibles de Adif, en 2023 se produjeron 606 sucesos catalogados como delitos con incidencia en la actividad, de los cuales 116 fueron por daños ocasionados en la infraestructura, 121 por sustracciones de material ferroviario, 102 por obstáculos colocados con dolo en la vía y 267 por incidencias por sustracción de conductores eléctricos. como el que se produjo el domingo. Se trata de un tema que preocupa y mucho a Adif y por el que ya se propuso hace dos años reducir un 3 % el número de delitos con incidencia en la actividad como consecuencia de los actos anteriormente enumerados.

Además de eso, el gestor de las infraestructuras ferroviarias dijo sufrir durante ese año 12 ataques «deliberados» contra « infraestructuras críticas», cuatro veces más que en 2022, como pudieron ser alarmas por amenaza de bomba y avisos por paquetes o equipajes sospechosos.