Bruselas lanza un plan para reducir la burocracia y elevar la competitividad

Cuando Draghi presentó su informe en septiembre pasado dijo a los que le escuchaban en una sala de prensa abarrotada que Europa tenía que seguir sus recomendaciones «o resignarse a vivir en una lenta agonía». Lejos de olvidar esta admonición, Von der Leyen ha hecho caso a todos los que le pedían que no dejase este informe en un cajón y lo ha puesto en el centro de su programa de Gobierno. En la documentación que se ha conocido hasta ahora, no aparece sin embargo el asunto más peliagudo, que es de dónde saldrán las ingentes cantidades que apuntaba Draghi y que cifraba entre 750.000 y 800.000 millones de euros adicionales al año, lo que equivale al 4,7% del PIB.

La «brújula» que pretende poner en marcha Von der Leyen contiene un amplio abanico de propuestas para reducir los requisitos burocráticos que se exigen a las empresas, especialmente a las consideradas intermedias, es decir que no se benefician de la simplificación que sí se concede a los autónomos y a las pymes. También se prevén medidas para suavizar la legislación sobre ayudas públicas, un campo en el que históricamente la UE ha querido ser intransigente para evitar la competencia entre los distintos países pero que ha acabado por poner a su economía en desventaja respecto a China. De hecho, en su informe Draghi ya dejó dicho que si la UE quiere sobrevivir deberá «reorientar profundamente sus esfuerzos colectivos para cerrar la brecha de innovación con Estados Unidos y China, especialmente en las tecnologías avanzadas».

Por ahora, Von der Leyen propone, al menos, que el próximo paquete presupuestario plurianual (previsto para 2027) ya se diseñe con medidas para simplificar el acceso de las empresas a la financiación europea. Entre otras cosas, se propone reducir en un 25% la cantidad de informes para las empresas. También se acelerará la tramitación de los Proyectos Importantes de Interés Común Europeo (PIICE). Además pretende establecer una nueva definición de las empresas de mediana capitalización de modo que se calcula que hasta 31.000 empresas se beneficiarán de una simplificación regulatoria que les acerque a la misma consideración que las pymes.

Para evitar duplicidades, la Comisión propondrá coordinar las políticas de la UE y las de los Estados miembros en algunas áreas concretas como las infraestructuras energéticas, redes eléctricas, megabaterías, o en inteligencia artificial.

Von der Leyen no se ha olvidado de la transición energética, que fue uno de los elementos centrales de la legislatura pasada. Para evitar cuellos de botella, planea la aprobación de una ley de 'Aceleración de la Descarbonización', que servirá para agilizar los permisos de energías renovables.

El documento que se conoce hasta ahora solo explica de forma general el objetivo de profundizar en el desarrollo del mercado interior, que también era una de las claves del informe Draghi. Por ahora, el obstáculo más duro de superar sigue siendo completar la unión bancaria, para permitir que los bancos operen más allá de las fronteras nacionales y también para permitir el desarrollo transfronterizo de las operaciones de capital riesgo, para que las iniciativas empresariales innovadoras encuentren financiación en la UE y no acaben trasladando su sede a Estados Unidos.