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El brindis aún pendiente del sector del vino con la tecnología 'blockchain'

Cierta mentalidad conservadora y la inversión necesaria frenan el despliegue de la 'cadena de bloques' como gran garante de la trazabilidad de los caldos

Foro Vino ABC: Orgullo del saber y sabor a «calidad»

Aunque en países como Italia el uso del 'blockchain' se ha hecho muy popular, en España el sector aún se resiste ABC

Almudena Santos

La tecnología 'blockchain' va mucho más allá del mundo cripto, y está llamada a marcar un antes y un después en numerosas industrias, no solo la financiera. Un ejemplo es el sector agroalimentario, donde esta 'cadena de bloques' permite ofrecer una información completa, segura y no manipulable sobre los productos, desde su origen y proceso de producción al de ventas y distribución. De la misma manera que ya es habitual tras la pandemia abrir la cámara del móvil y escanear el código QR de un restaurante para ver el menú, ahora también es posible para el consumidor conocer la trazabilidad de un alimento con el mismo sencillo gesto.

Esta visión de toda la cadena de valor de los productos agroalimentarios ya acumula varias propuestas de éxito, pero esa buena cosecha aún no se ha consolidado en el sector del vino, donde el 'blockchain' podría marcar diferencias permitiendo no solo certificar cada detalle de una botella (por ejemplo el origen de las uvas o su denominación de origen), sino que también pondría coto a las falsificaciones, un problema cada vez más extendido.

Pero aunque en países como Italia el uso del 'blockchain' se ha hecho muy popular, en España el sector aún se resiste. Las razones son dos: el conservadurismo y el alto coste económico. Tendrían que apartar los libros de bodega tradicionales, invertir en un nuevo sistema y cambiar el etiquetado de las botellas por otro inteligente donde entra en juego el código QR.

Con todo, algunos proyectos intentan abrir camino. Pionera fue por ejemplo la convocatoria que la bodega Emilio Moro lanzó con el objetivo de mejorar la trazabilidad de sus botellas. Airtrace fue la empresa seleccionada, y creó Block&Wine , una aplicación móvil a través de la cual se guarda la información desde que los viticultores recogen las uvas hasta que llega a las bodegas. «Digitalizamos la trazabilidad aplicando 'blockchain' en toda la cadena de valor, desde la recogida de la uva hasta la entrega en la tolva», explica Jesús Caicedo, cofundador de la compañía.

El 'blockchain' «evita falsificaciones de botellas de vino», explica Caicedo. Este tipo de tecnología descentralizada permite guardar la información de una manera más segura y difícil de alterar. «Eliminar el factor humano en algunos procesos facilitaría la tarea», asegura el cofundador de Airtrace. La aplicación que desarrolló esta compañía especializada en 'blockchain' permitía, a través de una cámara, identificar distintos y muy diversos, aspectos del vino, como su peso.

Sin embargo, Block&Wine nunca llegó a ponerse en el mercado y a completar su desarrollo. Según Caicedo, uno de los principales motivos fue la mentalidad conservadora de los viticultores. «Muchos de ellos ni siquiera tienen teléfonos inteligentes», explica el cofundador de Airtrace. Sin embargo, otros subsectores agrícolas sí que han conseguido dar este paso adelante, con la industria del tomate o la cárnica.

Lo cierto es que el despliegue del 'blockchain' supondría toda una revolución para el sector vitivinícola, comenzando con el punto final para el tradicional libro de bodega, que es un cuadernillo en el que se reflejan datos como la marca, bodeguero, tipo de vino, denominación de origen, varietal, precio de cada vino, fecha de entrada o el plazo límite de consumo. Lo que se pretende lograr con la tecnología 'blockchain' es digitalizar todo el proceso para que haya una mayor seguridad. «El objetivo es romper la inercia de los eslabones de la cadena, sobre todo con los viticultores y las bodegas, que están acostumbrados a llevar un libro en papel y que, lógicamente, esta tecnología deja al margen», explica Francisco Martínez Arroyo, consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural en Castilla-La Mancha.

Tal y como exige la normativa, se anotan «en ese libro las declaraciones de todos los viticultores», indica Martínez Arroyo. Sin embargo, a través de este sistema tecnológico descentralizado se podría obtener una mayor transparencia del proceso. «Es una auténtica garantía de trazabilidad sobre el producto que se ofrece a los consumidores», añade.

Desde la consejería han comenzado un proyecto junto a la Universidad de Castilla-La Mancha en esta materia. «Pretendemos que se pueda identificar el producto final, que es el vino, con la uva, la cepa y el viñedo del que parte», asegura Martínez Arroyo. «Con un único código vamos a poder reconocer la trazabilidad del producto, desde el origen hasta el destino», añade el consejero de Agricultura. De esta manera, los consumidores podrán saber qué producto están consumiendo y tener toda la información sobre la variedad, el paraje, la finca o la bodega de la que salen las botellas.

El proyecto cuenta con una inversión de 2,6 millones de euros para conseguir «un sistema contable a través de códigos QR donde se puedan registrar todos los movimientos que tiene la uva desde que entra en la bodega hasta su comercialización». Si todo va según lo previsto, pretenden poner en marcha esta tecnología dentro de alguna bodega a partir del próximo mes de marzo.

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