Boeing, una de las marcas más genuinamente estadounidenses es todo menos 'made in USA'

De hecho, es una realidad de la que ya se hacían eco los medios estadounidenses desde mediados de 2010. Según la CNN, hay más de 40 grandes empresas involucradas en la construcción de los componentes principales (el fuselaje, el motor, la estructura del avión, el mamparo y los neumáticos). «Pero cuando se tienen en cuenta los subcontratistas que suministran tuercas y tornillos, componentes electrónicos y software para los aviones, el número total de proveedores podría superar los cien», estimaba el que era analista de aviación y vicepresidente de Teal Group Corp., Richard Aboulafia. Italia, Francia, Japón, Australia, Reino o incluso China juegan una parte importante en este rompecabezas internacional.

Y esa es una realidad que también afecta a otra marca propiamente americana como es Apple. El giroscopio viene de Europa, pero la pantalla proviene de Japón y Corea del Sur y se ensambla en fábricas de China e India. Tim Cook, CEO de la compañía, ya explicaba que cuando elige a mercados como China para su producción no es solo por una cuestión de costes. También depende de una capacidad técnica y laboral más integrada con la realidad.

Cook , en 2017, señalaba que hay una falta de ingenieros calificados en EE.UU. lo que es un obstáculo para la producción local del iPhone de Apple. Y apuntó que la concentración de trabajadores que tienen habilidades avanzadas para manejar maquinaria en Asia era la razón de que la producción del iPhone se mantuviera fuera del país.

'Business Insider' señalaba que el 787 Dreamliner Boeing podría ser un buen ejemplo de dependencia con el resto del mundo. Es tan complejo que tiene aproximadamente 2,3 millones de piezas. La fabricación de este modelo es inevitable que sea un esfuerzo global.

En esa sinergia la industria japonesa ha sido clave, con una participación del 35% en el trabajo. Así las alas de este Boeing están fabricadas por empresas japonesas en Nagoya, como Mitsubishi Heavy Industries. Los estabilizadores horizontales son fabricados en Italia. Mientras que las puertas vienen de Francia, y las puertas de carga, acceso y escape de la tripulación son fabricadas por la empresa Saab de Suecia.

En suma, el sueño de Trump de fabricar todo en suelo americano está lejos de ser práctico o eficiente. Al fin y al cabo, las compañías que eligieron otros países como proveedores lo hicieron, entre otras cosas, porque los costes de producción resultan más baratos. Y pese a que el referente de Trump es William McKinley, conocido como el 'Napoleón de los aranceles', lo cierto es que la lección que dejó su historia no está exenta de moraleja.

«McKinley, cuando era congresista por Ohio, era un republicano proteccionista que creía que los aranceles eran esenciales para el desarrollo de la industria nacional», dijo a BBC el historiador Iwan Morgan, profesor emérito de estudios sobre Estados Unidos en University College London. Estableció unos de los aranceles más altos en la historia de EEUU en el siglo XIX. Una decisión que generó muchas críticas.

Sin embargo, ya como presidente, McKinley terminó oponiéndose a los aranceles y proponiendo una política de mayor libre comercio, «un día antes de que le dispararan y lo mataran«, destaca la CNN. Un dato que Trump parece desconocer y con el que no estaría especialmente contento.