Boadilla, Majadahonda, Arrecife, Las Rozas y Mijas, los municipios de España en que se pagan menos impuestos

Los resultados subrayan de alguna manera la diferencia de modelos que ya se percibe en la fiscalidad autonómica. Los municipios con menor presión fiscal se concentran en la Comunidad de Madrid, en tanto que los de mayor presión lo hacen en Cataluña y la Comunidad Valenciana. En el listado de municipios que cobran menos impuestos a sus ciudadanos a Boadilla le siguen Majadahonda, el municipio canario de Arrecife, Las Rozas, el municipio malagueño de Mijas, el valenciano de Sagunto, Dos Hermanas, Alcobendas, Orense y Getafe.

Por el contrario, según la metodología aplicada por el IEE, que evalúa los tipos impositivos fijados en las ordenanzas municipales para los principales impuestos locales, el IBI, el IAE, el de instalaciones y obras (ICIO), el de circulación, la Plusvalía urbana y las tasas municipales, el listado de 'infiernos fiscales' lo encabeza Reus, seguido de Gerona, Sanlúcar de Barrameda, Lérida, Tarragona, Gandía, La Línea de la Concepción, Elda, Alcoy y Granollers. Hay cinco municipios madrileños entre los diez que presentan menor presión fiscal y hay cinco municipios catalanes entre los diez que la tienen más alta.

Por comunidades autónomas, en Andalucía los municipios de más de 50.000 habitantes con menor presión fiscal son Mijas, Dos Hermanas y Fuengirola; en Aragón, las capitales de provincia; en Canarias, Arrecife, Arona y Santa Cruz de Tenerife; en Cantabria, Santander y Torrelavega; en Castilla-La Mancha, Talavera, Albacete y Toledo; en Castilla y León, Burgos, Zamora y Segovia; en Cataluña, Castelldefels, Torrent y Sabadell; en la Comunidad de Madrid, Boadilla, Majadahonda y Las Rozas; en la Comunidad Valenciana, Sagunto, Torrevieja y Paterna; en Extremadura, Mérida, Badajoz y Cáceres, por este orden; en Galicia, Orense, Santiago y La Coruña; en Asturias, Gijón, Oviedo y Siero; en la Región de Murcia, Cartagena, Murcia y Molina de Segura; y en La Rioja y Baleares, las capitales.

«En general los municipios en España presentan una presión fiscal alta», ha explicado este jueves el director general del IEE, Gregorio Izquierdo. «Salvo en el caso del IBI apenas aprovechan su margen de maniobra para disponer de incentivos fiscales y cuando lo hacen es siempre para rebajar la carga fiscal de los particulares en el IBI, casi nunca para establecer incentivos a la actividad empresarial», subraya.

La competencia fiscal que tanto se ha dado en los últimos años en las comunidades autónomas y que tantos ríos de tinta ha hecho correr por las supuestas ventajas competitivas que ha aportado a la Comunidad de Madrid como centro de atracción de capitales no han operado del mismo modo entre los ayuntamientos, que curiosamente sí tienen en su caja de herramientas fiscal figuras que afectan de forma directa a la actividad empresarial, como el IBI, el IAE o las tasas sobre los negocios.

El IEE, que funciona como una especie de laboratorio de ideas de CEOE, ha lamentado este jueves la inacción de las corporaciones municipales en este ámbito. "No debemos olvidar que los impuestos municipales recaudan cada año 25.000 millones de euros, prácticamente lo que recauda cada año el Impuesto de Sociedades", ha subrayado el presidente del IEE, Íñigo Fernández de Mesa. "La mayoría de los ayuntamiento deja operar los impuestos en su banda más alta", ha cuestionado Gregorio Izquierdo.

Su propuesta es que los municipios aprovechen más las herramientas fiscales que tienen a su disposición para configurar un marco fiscal más amigable para las empresas. Entre sus propuestas que se exima a las empresas en pérdidas del pago del IBI y del IAE, que suponen más del 70% de los ingresos municipales; que haya exenciones puntuales de ambos impuestos para los nuevos negocios, como una forma de apoyo; o que se supriman las tasas por el aprovechamiento del espacio público que se cobran a aparcamientos públicos (por el uso del espacio público de sus entradas y salidas) o a las compañías energéticas y de telecomunicaciones por sus tendidos de fibra óptica o canalizaciones de red.