La biomasa gana protagonismo en el engranaje energético del sector industrial
Las fábricas españolas empiezan a apostar por una tecnología que permite revalorizar sus residuos y es eficiente y estable en su rendimiento y costes
Las plantas de cogeneración comienzan a vislumbrar la luz al final del túnel

Las posibilidades de la biomasa como fuente energética están cambiando los procesos industriales. Normalmente se utiliza biomasa sólida, astilla generalmente forestal, para producir energía térmica y eléctrica. Algunas empresas están usando sus propios residuos. Por ejemplo, en la producción de café se emplean los ... marros, que son los restos de los granos molidos tras preparar la bebida. Se queman junto con otros elementos para producir principalmente biomasa térmica.
Javier Díaz, presidente de la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom), explica que la ventaja de la biomasa en comparación con otras renovables es su «capacidad de gestión». «Podemos apagar y encender la caldera según nuestras las necesidades. Así como la energía eólica, fotovoltaica o térmica solar van a funcionar cuando hay viento o sol, se puede disponer de almacén de biomasa y tener la caldera en operación cuando realmente hay consumo», añade.
Viento a favor
La eficiencia energética, el ahorro económico, los beneficios medioambientales y la buena imagen que representa para la empresa marcan una tendencia en distintos sectores, como el agroalimentario (cerveceras) o el químico. «La estabilidad en los precios que normalmente no tienen ni la energía eléctrica ni térmica producida por los combustibles fósiles o los avatares geopolíticos provocan una importante fluctuación de los costes del gas o la electricidad. La biomasa ofrece unos precios mucho más estables a lo largo del tiempo», señala Díaz.
El uso de biomasa supone un ahorro, según el presidente de Avebiom, «del 30%, algo que consigue que el producto sea más competitivo». Asistimos a un momento importante en el desarrollo de esta tecnología. «En los últimos cinco años —dice— se está implantando el uso de biomasa. Tradicionalmente se utilizaba de forma mayoritaria en todas las industrias del sector forestal que realizan transformaciones de la madera. Pero ha dado el salto a otros ámbitos». Nestlé, Acor, Don Simón, Solvay, Estrella de Galicia, Mahou o Heineken son algunas de las empresas que se benefician de las bondades del empleo de la biomasa.
Entre las investigaciones, Díaz destaca que se está trabajando en la gasificación de las distintas biomasas: «Hay proyectos en Andalucía de gasificación de los restos del olivar y otros para aprovechar los propios residuos de la producción industrial».
Para hacer cerveza
Sagrario Sáez, directora de Sostenibilidad de Heineken España, expone que «la planta de Jaén comenzó a funcionar en marzo del 2021, convirtiéndose en la primera cervecera en España, y la más grande de Europa, en elaborar cervezas solo con distintas energías renovables». La biomasa utilizada evita la emisión de más de 2.500 toneladas CO2e al año. Además, se aprovechan residuos agrícolas fomentando la economía circular y previniendo incendios al retirar estos restos del campo. En diferentes etapas han utilizado poda de olivo, astilla de pino y cáscara de almendra. Estos restos se transportan desde el almacén hasta la cámara de combustión mediante un sistema de alimentación, que asegura que la cantidad de combustible que entra sea la adecuada para mantener una combustión eficiente.

¿Pero cómo funciona una caldera de biomasa? Sáez comenta los componentes clave: «Primero, un almacén donde se guarda la biomasa. Luego, un sistema de alimentación se encarga de llevar este combustible de manera controlada a la cámara de combustión, que es donde realmente ocurre la magia. Dentro de la cámara, la biomasa se quema a temperaturas muy altas, liberando una gran cantidad de calor. Este calor se transfiere al agua que circula por un intercambiador de calor, convirtiéndola en vapor. Este vapor, a su vez, puede utilizarse para accionar turbinas que generan electricidad, o simplemente para proporcionar calor en procesos industriales». Finalmente, un sistema de limpieza se encarga de eliminar las cenizas y otros residuos que se producen durante la combustión. Además de generar energía, las calderas de biomasa utilizan recursos renovables y ayudan a reducir las emisiones contaminantes.
La estrategia global de la compañía, 'Brindando un Mundo Mejor', ha logrado que el 55% de la energía usada en sus fábricas sea renovable, parte de ella biomasa. «Esta apuesta por las energías renovables y la implementación de tecnologías innovadoras —menciona— nos han permitido reducir las emisiones de CO2e en producción a la mitad desde 2018. Nuestra ambición es reducir las emisiones en toda la cadena de valor, del campo al consumidor, y ya hemos reducido un 26% la huella de carbono de alcance 1, 2 y 3 respecto a 2018. Nuestro objetivo es llegar al 30% a finales de este año y ser net zero en toda la cadena de valor en 2040».
Nuevo papel
Alier se dedica a valorizar residuos mediante el reciclaje sostenible de papel. «Nuestro propósito es generar valor empresarial medible, generando un impacto positivo en los entornos donde operamos y traccionando la cadena de valor en esta dirección. Nos especializamos en la fabricación de papel 100% reciclado, destinado principalmente a la industria de la construcción. En este contexto, la biomasa se posiciona como una herramienta clave para la descarbonización de nuestra industria, que es altamente calorintensiva», indican fuentes del equipo de Alier.
En la industria papelera, la energía resulta fundamental para diversos procesos de producción, especialmente el uso de vapor como fuente primaria de calor. En Alier, este vapor se genera a través de una caldera de biomasa que funciona de manera eficiente y ecológica, aprovechando recursos renovables.
El año pasado la compañía inauguró su planta de biomasa en las instalaciones de Roselló (Lérida), relatan desde el equipo de Alier: «El proyecto lo llevamos a cabo junto a ENGIE, compañía que ofrece soluciones sostenibles y eficientes para ayudar a las empresas a disminuir su huella de carbono».
«Esta planta representa claramente nuestro compromiso con la descarbonización industrial. Gracias a esta alianza, hemos desarrollado una instalación con 36 MWht de capacidad instalada, capaz de producir 50 toneladas de vapor por hora. Este vapor es esencial en la industria papelera, especialmente para el secado del papel, una etapa crítica en su fabricación», apuntan.
La planta, con la caldera de biomasa más grande de Cataluña, también incluye una turbina de 2.2 MWhe, que convierte parte del vapor en energía eléctrica, lo que optimiza el uso de los recursos y garantiza la eficiencia del sistema, contribuyendo así a la autosuficiencia energética de la planta.
Sobre los beneficios, detallan que uno de los principales es la previsibilidad de los costes: «Esta estabilidad es una ventaja operativa y económica para la planta, ya que permite planificar con mayor precisión los costos a largo plazo». En el plano de la lucha contra el cambio climático también se notan los efectos, afirma el equipo de Alier: «Este proyecto nos ha permitido descarbonizar en un 98% las emisiones de alcance 1».
Una de las oportunidades que investiga Alier es la captura del CO2 biogénico generado en el proceso de combustión de la biomasa. «Al capturar este CO2, evitaremos su liberación a la atmósfera y abrimos nuevas vías para la creación de productos valiosos como biocombustibles o materias primas para otras industrias», concluyen.
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