El BCE se resiste todavía a bajar los tipos
La presidenta del supervisor bancario, Christine Lagarde, ha reiterado en dos ocasiones en público que «en abril tendremos datos, pero en junio tendremos más»
El BCE mantiene los tipos en el 4,5% y sugiere junio como inicio del ciclo de las bajadas
Christine Lagarde, presidenta del BCE
La inflación europea está ya en el 2,2%, rozando el objetivo Banco Central Europeo (BCE). Sería lógico reducir pronto los tipos de interés. Sin embargo, el BCE se lo tiene que pensar muy bien, porque la decisión podría resultar ahora prematura.
Aunque el camino se ve despejado a primera vista, «existe el peligro de que este sea sólo un punto bajo temporal y que la inflación pronto vuelva a subir, podría producirse una evolución inusual en el mundo de los tipos de interés en los próximos meses», advierte Michael Heise, economista jefe de la gestora de activos HQ Trust.
Por otra parte, el BCE no está sólo en el mundo y las expectativas crecen en el mercado de capitales acerca de la posibilidad de que Europa comience a bajar los tipos de interés antes que la Reserva Federal estadounidense. Así lo ha sugerido el presidente del banco central austriaco y miembro del Consejo de Gobierno del emisor europeo, Robert Holzmann. En una entrevista con el periódico 'Kronen Zeitung', ha recordado que «la economía está creciendo más lentamente en Europa que en Estados Unidos y esto podría provocar que nuestra evolución de precios se debilite aún más».
Pero lo cierto es que la presidenta del BCE, Christine Lagarde, que insiste en que la decisión depende de los datos, ha reiterado en dos ocasiones en público que «en abril tendremos datos, pero en junio tendremos más datos» y que cabe esperar el inicio del ciclo de bajadas «a principios de verano». Todo indica que, de momento, sólo quiere ganar tiempo.
«No esperamos ninguna medida concreta para la reunión de política monetaria del 11 de abril. La ansiada bajada de tipos tendrá que esperar y, probablemente, en esta reunión se prepare el terreno para empezar a bajar en junio. Independientemente de esto, se reiterará en el comunicado la importancia de los datos que se vayan conociendo», avanza Germán García Mellado, gestor de renta fija de A&G, que señala como el escenario más probable un comienzo con 25 puntos básicos en la reunión del 6 de junio. En junio volverán a actualizarse las proyecciones macro para los próximos años y el BCE podrá tomar decisiones en base a estimaciones más actualizadas. El mercado descuenta bajadas entre 75 y 100 puntos básicos hasta final de 2024.
Por el momento, los miembros del Consejo de Gobierno podrán regodearse en los datos de inflación que ya están sobre la mesa. Después de tantos sinsabores, suponen un merecido descanso. Los precios de la energía en marzo fueron un 2,7% más bajos que hace un año, a pesar de los frenos de precios de los productos energéticos que expiraron en enero y del aumento del precio del CO₂ que también se produjo en enero. Los datos del sector alimentario son aún más sorprendentes: aquí los precios cayeron un 0,7% en marzo, la primera caída desde febrero de 2015.
Timo Wollmershäuser, jefe de actividad económica del Instituto Ifo de Munich, cree además que la inflación general caerá por debajo del 2% en el verano. Los últimos datos recopilados por su instituto contribuyen a esa valoración. El índice Ifo de expectativas de precios ha caído a su valor más bajo desde marzo de 2021. En marzo de 2024 era de 14,3 puntos, tras los 15 puntos de febrero, mientras que en 2022 todavía se mantenía muy por encima de los 50 puntos.
Este indicador muestra en qué medida la proporción de empresas que quieren aumentar los precios supera la proporción de empresas que quieren reducirlos. Está claro que las expectativas de precios están cayendo, especialmente en el sector de la construcción. En el sector manufacturero, por el contrario, la proporción de empresas que quieren aumentar los precios ha aumentado ligeramente, y en muchos sectores de servicios, como la restauración, los que suben los precios siguen siendo una gran mayoría. La inflación subyacente en la zona euro cayó al 3,1% en marzo, aunque sólo ligeramente, pero el BCE sigue preocupado por los efectos que tendrán a medio plazo sobre los precios las subidas de los salarios, que proliferan por Europa, por lo que esperará a tener este dato en junio. «Si no se producen caídas inesperadas en los precios del petróleo y el gas en el mercado mundial, es probable que el índice general de precios al consumo aumente al menos ligeramente hasta el 2,5% en los próximos meses», insiste Heise.
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Esta espera beneficia a Alemania, que va más rezagada con los objetivos, pero impacienta a países como España o Italia, más aventajados. En Italia, por ejemplo, la inflación ha estado muy por debajo del 2% desde noviembre; en marzo fue sólo del 1,3%. Y su inflación subyacente ya está cerca del objetivo del 2,3%. En España, tanto la inflación general como la subyacente fueron del 3,2% en marzo. Y tanto los hipitecados como las empresas están soportando una presión monetaria que lastra el desarrollo de la economía.