El BCE pide a los bancos «cautela» en los dividendos

Desde el punto de vista de los supervisores, la resistencia de las instituciones financieras a los shocks externos ha aumentado: «En promedio, los bancos tienen una sólida posición de capital y liquidez que estaba muy por encima de los requisitos regulatorios«, un aposición que no se había alcanzado desde hacía más de una década. Sin embargo, fue el rápido aumento de los tipos de interés el que contribuyó en gran medida a ello.

Muchas instituciones financieras se benefician del hecho de que el BCE haya subido los tipos de interés oficiales en la zona del euro diez veces seguidas desde julio de 2022, porque ganan con tipos de interés de préstamos más altos y vuelven a recibir intereses cuando depositan dinero en el BCE.

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Rosalía Sánchez

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«Este efecto disminuirá a medida que trasladen las tasas de interés más altas a los depositantes», señala el informe del proceso «SREP» («Proceso de Revisión y Evaluación Supervisora»), que evalúa periódicamente, entre otras cosas, la viabilidad del modelo de negocio y la idoneidad de la gestión de riesgos de los bancos. Como resultado, las autoridades fijan recargos de capital individuales para los bancos y determinan, entre otras cosas, cuánto dinero pueden las instituciones pagar a sus accionistas en concepto de dividendos.

En este caso, los requisitos y recomendaciones de capital del PRES para 2023, en términos de capital total, aumentaron ligeramente del 15,1% al 15,5% en comparación con el año anterior, pero el cambio es tan sutil que se puede decir que los requisitos serán más o menos los mismos, pero sigue pidiendo a los bancos que refuercen la capacidad de resistencia ante perturbaciones macrofinancieras y geopolíticas inmediatas.

En términos del capital ordinario de máxima calidad (CET1), la suma de los requerimientos de capital y la recomendación del Pilar 2 (P2G, una exigencia de capital específica para cada banco según sus riesgos) ha aumentado desde el 10,7 % hasta el 11,1 %, debido al impacto de las políticas macroprudenciales.

Tras la evaluación, el requerimiento del Pilar 2 de capital ordinario de máxima calidad de cada entidad se ha incrementado ligeramente, en promedio, desde el 1,1 % hasta en torno al 1,2 % de los activos ponderados por riesgo. El P2R incluye recargos por financiación apalancada de riesgo para ocho entidades, y por exposiciones dudosas para otras veinte. El BCE, por cierto, ha aplicado por primera vez un requerimiento de ratio de apalancamiento de Pilar 2 a seis entidades con un riesgo de apalancamiento excesivo particularmente alto.

Este requerimiento obligatorio específico para cada entidad se situó en un promedio de 10 puntos básicos, y es adicional al requerimiento mínimo de una ratio de apalancamiento del 3 % vinculante para todas las entidades. El BCE también aplicó recomendaciones de Pilar 2 respecto a la ratio de apalancamiento (P2G-LR) a siete entidades. Asimismo, el BCE impuso medidas de liquidez cuantitativas a tres entidades, requiriéndoles períodos de supervivencia mínimos y colchones de liquidez para divisas específicas.

El BCE ha explicado además que ha reorientado ligeramente sus prioridades supervisoras para los próximos tres años. Así, para reforzar la capacidad de resistencia de las entidades ante perturbaciones macrofinancieras y geopolíticas inmediatas, el BCE pedirá a las entidades que subsanen las deficiencias en sus marcos de activos y pasivos, y en su gestión del riesgo de crédito y de contraparte. Las entidades también deben acelerar la corrección efectiva de las deficiencias en el gobierno interno y en la gestión de los riesgos relacionados con el clima y medioambientales.

Por último, deben seguir avanzando en su transformación digital y en la elaboración de marcos sólidos de resiliencia operativa. Enria ha insistido en que las débiles perspectivas macroeconómicas y el endurecimiento de las condiciones de financiación siguen siendo «una fuente de riesgo». Las turbulencias registradas en los mercados en marzo de 2023 pusieron de manifiesto la importancia para el sector bancario de gestionar efectivamente el riesgo de tipo de interés.