Esperar y ver, la estrategia del BCE antes de revisar los tipos
Los analistas coinciden en que el supervisor bancario europeo optará por mantener el precio del dinero ante una inflación que se situará en el entorno del 2% en el medio plazo
Presión máxima de la banca en Europa para aligerar la regulación y competir con EE.UU.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde
El euro ha logrado mantener su posición como la segunda moneda mundial más importante a través de la pandemia, a pesar de la guerra en Ucrania y de momento también a pesar de los aranceles de Trump. Y sin embargo, el ambiente en el ... consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), que vuelve a reunirse este jueves para revisar los tipos de interés, es de amenaza. La participación de la moneda común fue de casi el 20 por ciento, un valor que se ha mantenido estable desde febrero de 2022, pero la inestabilidad política en Francia y el nuevo paso de tensión entre Rusia y la OTAN, causado por la incursión de drones rusos armados en Polonia, la exponen a nuevos riesgos. Todos los analistas coinciden en que, en este contexto, el BCE optará por adoptar la estrategia de «esperar y ver», sin mover de momento los tipos, porque prevé que la inflación se sitúe en torno al 2 % a medio plazo.
Después de cuatro recortes de un total de 100 puntos básicos desde principios de año, la presidenta Christine Lagarde ha dejado claro recientemente que el ciclo de flexibilización para 2025 se ha completado por el momento. Por lo tanto, la orientación de la política monetaria sigue siendo claramente dependiente de los datos. «En nuestra opinión, la atención se centra ahora en las proyecciones de nuevos empleos y en nuevas pistas importantes sobre el rumbo futuro», dice Konrad Kleinfeld, de State Street Investment Management, que considera justificado que el BCE siga por ahora de cerca cómo afectan los conflictos comerciales y las tensiones geopolíticas a la inflación, la transmisión de la política monetaria y el crecimiento. «En nuestra opinión, los riesgos a la baja para la economía están aumentando notablemente. Si bien las medidas fiscales dentro de la eurozona tienen un efecto estabilizador, los vientos en contra externos, en particular los aranceles estadounidenses, podrían ralentizar el impulso económico y llevar al BCE a adoptar una postura más cautelosa», añade, «no esperamos un recorte de los tipos de interés, sino una clara apuesta por la táctica de esperar y ver, y que el BCE haga hincapié en su flexibilidad y en que se basará en los próximos datos antes de considerar nuevas medidas de política monetaria».
Si nos atenemos a los datos como base de las decisiones del BCE, cabe apuntar que los datos disponibles favorecen actualmente a los halcones. Los nuevos datos de precios del martes, por ejemplo, fortalecen las expectativas de una nueva pausa de las tasas de interés en la zona euro. Los estadísticos de Eurostat han publicaron que la tasa de inflación subió al 2,1 por ciento en agosto, cuando los economistas encuestados por la agencia de noticias Reuters esperaban previamente una tasa del 2,0 por ciento. Este ligero alejamiento del objetivo del dos por ciento, que el BCE persigue con su política monetaria, es señal a tener en cuenta, pero nadie espera que tenga consecuencias directas sobre el nivel de las tasas de interés al menos hasta fin de año.
Geoff Yu, de la gestora de activos BNY, tampoco cree que «el BCE mueva los tipos de interés clave» y señala que la valoración del euro sigue estando inflada, y por lo tanto no contribuye a la estabilidad de precios. Sin embargo, constata, a pesar de estas preocupaciones, la mayoría de los miembros del BCE no ven ningún riesgo en esto. «Las últimas cifras sobre los pedidos industriales alemanes podrían servir como una señal de advertencia para el BCE de que la demanda externa supondrá un desafío para el resto del año, pero la presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha atestiguado recientemente una 'posición cómoda' para la política monetaria europea y estamos de acuerdo en que no hay razón para ajustar la política monetaria en este momento. La inflación está en el objetivo, el crecimiento está cerca de la tendencia y la tasa de depósito está justo en el medio del rango neutral», añade Konstantin Veit, de la gestora de activos Pimco.
«El panorama internacional de los tipos de interés está en marcha de nuevo. Si bien la Reserva Federal de EE. UU. ha abierto la puerta de par en par a los recortes de tasas de interés en otoño, el BCE parece tener poco interés en nuevos recortes de tasas de interés. Esto significa que es probable que las tasas de interés del mercado de capitales alemán también continúen aumentando mientras no haya una nueva desgracia macroeconómica», sugiere Carsten Brzeski, de ING. Luke Bartholomew, de la gestora de activos Aberdeen Investments, apunta por su parte que «la atención de los inversores se centra principalmente en las señales de lagarde sobre la futura política de tipos de interés y en cómo podría interactuar con la situación política en Francia». «El BCE ha llegado al final de los recortes de tasas de interés. Los rendimientos de los bonos del gobierno alemán y, por lo tanto, las tasas de interés hipotecarias deberían moverse en gran medida hacia los lados en los próximos meses en vista de que las tasas de interés clave del BCE no cambian», anotan los expertos de Commerzbank, para los que, sin embargo, a largo plazo, los rendimientos más altos podrían verse amenazados por la política de deuda pública o los problemas de inflación no resueltos.