El BCE amenaza con nuevos aumentos de tipos y advierte contra subidas de impuestos a los bancos

Los expertos apuntan un primer incremento en julio de 2024, aunque algunos aseguran la presión de las economías de la zona empujarán a los tipos al alza mucho antes

Algunos miembros de la autoridad monetaria prometen la tendencia contraria si la situación se descontrola

Lagarde advierte de que esta crisis todavía no ha terminado

Sede del Banco Central Europeo efe

Rosalía Sánchez

Corresponsal en Berlín

Con la inflación en vías de retorno al ansiado nivel del 2%, los inversores están haciendo ya cálculos sobre el momento en el que el Banco Central Europeo (BCE) comenzará a bajar los tipos de interés. Los más prudentes apuestan por una primera bajada en ... julio de 2024, pero otros están seguros de que la presidenta de la autoridad monetaria europea, Christine Lagarde, no podrá soportar tanto tiempo la presión de las economías del euro al borde de la recesión, si es que no entran de lleno en el crecimiento negativo, así que apuestan por bajadas de los tipos ya en abril.

Los mercados están de hecho descontando ya ese primer movimiento primaveral y flexibilizando criterios de financiación, lo que dificulta mucho más si cabe la transmisión de la política monetaria del BCE. Por ello, en Fráncfort están dispuestos a impedirlo a cómo dé lugar porque consideran que se trata de un mensaje erróneo con impacto negativo sobre las expectativas de inflación, sobre el mercado de crédito y sobre los precios.

Pierre Wunsch, jefe del banco nacional belga y un reconocido halcón (se conoce como ‘halcones’ a los miembros del BCE que promueven políticas monetarias estrictas y conservadoras, con el objetivo de controlar la inflación y mantener la estabilidad del valor de la moneda), ha advertido de que quizá haya que aumentar nuevamente los costes de endeudamiento si las apuestas de los inversores socavan la postura política de la institución.

Admite también Wunsch que, en principio, los tipos de interés no deberían subir en diciembre ni en enero, a la vista de los datos de inflación, pero amenaza seriamente a los mercados: «las apuestas corren el riesgo de provocar subidas», a lo que añadió que su percepción es «que los mercados hoy son relativamente optimistas y excluyen la posibilidad de que tengamos que hacer más o de que tengamos que permanecer en el 4% por más tiempo».

La misma amenaza ha proferido el jefe del Banco Nacional de Austria, Robert Holzmann, que no descarta una nueva subida de tipos: «Estamos preparados», dijo este lunes. Ahora bien, ya hace una semana, el propio Holzmann saltaba a la palestra al asegurar que el BCE no recortará los tipos de interés en el segundo trimestre de 2024, explicando que las expectativas del mercado de una rebaja son prematuras. «Es posible que el BCE aún no haya llegado al final de su campaña de subidas de tipos, ya que las perspectivas de inflación conllevan incertidumbres relacionadas con la dinámica salarial y los precios de los alimentos, dijo ante periodistas en Viena.

Algo más comedido, pero en la misma línea, es el presidente del Bundesbank alemán, Joachim Nagel, que había ya adelantado una posición de este tipo. «Los costes de financiación tendrán que mantenerse en un nivel elevado por un periodo de tiempo considerable», dijo Nagel la semana pasada, «aunque no es posible pronosticar con precisión cuánto tiempo va a durar ese periodo, es altamente improbable que acabe en breve».

Joachim Nagel dejó claro que las apuestas por movimientos en abril van descarriladas e incluso recalcó que ni siquiera está claro del todo si el BCE ha alcanzado el nivel máximo de tipos de interés, ya que el incremento de los precios al consumo, en la actualidad en el 2,9%, puede verse todavía perjudicado por nuevas perturbaciones geopolíticas. Cuanto más tarde el BCE en bajar los tipos, más perjudicados se verán los gobiernos más endeudados del euro, que pagan mayores primas por sus bonos y tendrán más difícil financiarse en los mercados. En definitiva, una vez más, se traslada el enfrentamiento que hay en el seno del BCE, divididos entre los miembros que quieren acabar lo antes posible con la inflación a toda costa, y los que apuestan por un mayor crecimiento de la economía a costa de dejar con ‘vida’ a la inflación. El riesgo de los primeros, los halcones, es que sus políticas conduzcan a la economía a una recesión grave. El riesgo que se asume si se imponen los conocidos como las ‘palomas’, es que la inflación vuelva con fuerza en los próximos trimestres.

Y es que el BCE ha tenido que subir la tasa de depósito hasta el 4%, sin embargo, los tipos de interés clave del mercado, como el euríbor, han comenzado a cotizar escenarios futuros, anticipando recortes de tipos en la Eurozona. De hecho, el euríbor a doce meses, al que están referenciadas la mayoría de las hipotecas a tipo variable, se situa hoy al 4,015%, por lo que repunta respecto al viernes pasado, cuando bajó de la barrera del 4% para situarse en 3,991%, confirmando la tendencia bajista que se inició a principio de mes.

Otro aviso a los inversores, en la presentación preliminar del Informe sobre Estabilidad Financiera, se refiere al bajo valor en Bolsa de los bancos de la zona del euro, debido a las primas de riesgo que los accionistas exigen para comprar sus participaciones y a los impuestos que van a aplicar algunos países a sus beneficios. España es uno de los países que ha anunciado una política de este tipo y destinataria del mensaje del BCE, que calcula que entre marzo y diciembre de 2022, el precio de las acciones de los bancos de la zona del euro aumentó un 18 % desde los mínimos a los que cayeron después del inicio de la guerra de Rusia contra Ucrania.

El motivo es que se habían recuperado las expectativas de ganancias del impacto. «El impacto negativo de las tasas libres de riesgo más elevadas en el valor presente neto de los futuros dividendos que pagan los bancos fue compensado por la caída de la incertidumbre sobre las perspectivas del sector, medida por la prima de riesgo de acciones», explica el informe de estabilidad del BCE. Pero la prima de riesgo de las acciones aumentó abruptamente en marzo de 2023, durante las tensiones bancarias en EE.UU. y Suiza, y siguió aumentando a pesar de que las tensiones disminuyeron.

incertidumbre en la banca

Ahora, el valor en Bolsa de los bancos de la zona del euro no supera mucho el valor anterior a la pandemia de coronavirus y, teniendo en cuenta que los bancos han aumentado su rentabilidad, la situación indica un aumento de la incertidumbre sobre la sostenibilidad de sus beneficios a largo plazo. Y eso tiene consecuencias. Para empezar, son presas más fáciles de posibles operaciones hostiles.

Además, el bajo valor de las acciones y el coste de capital aumenta el coste del préstamo a la economía real y hace más difícil a los bancos aumentar capital, en un momento en el que tanto la fluidez del crédito a empresas y familias como la provisión de reservas son líneas de gestión prioritarias.

Al BCE le preocupa además que la incertidumbre sobre las perspectivas de los beneficios de los bancos y la calidad de sus activos y dividendos, después de que algunos países hayan anunciado impuestos a los bancos más elevados, debiliten el sistema financiero europeo, lo que «a largo plazo, puede afectar adversamente la estabilidad financiera» porque impedirá a los bancos las ampliaciones de capital.

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