Según la entidad, «es probable que la economía japonesa siga creciendo a un ritmo superior a su tasa de crecimiento potencial», mientras que se espera que la inflación subyacente aumente gradualmente ante una creciente sensación de escasez de mano de obra, con un ciclo virtuoso entre salarios y precios que continúa intensificándose.
En cuanto a los riesgos para las perspectivas, el Banco de Japón considera que persiste una gran incertidumbre en torno a la actividad económica y los precios, incluyendo la evolución de la situación en materia de comercio, de la actividad económica y los precios en el extranjero en dicha situación, así como de los precios de las materias primas y el comportamiento de las empresas nacionales en la fijación de salarios y precios.
En estas circunstancias, la institución considera necesario prestar la debida atención a la evolución de los mercados financieros y cambiarios y a su impacto en la actividad económica y los precios de Japón.
«Dado que el Banco de Japón se muestra algo más preocupado por los riesgos a la baja para la actividad derivados de los aranceles estadounidenses que por los riesgos al alza para la inflación, retrasamos nuestra previsión para la próxima subida de tipos de interés de mayo a julio», ha señalado Marcel Thieliant, responsable para Asia-Pacífico de Capital Economics.
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