El Banco de España intensificará el control a la política económica por miedo a la deuda

La institución anunció ayer una revisión de las líneas de actuación de sus trabajos de investigación económica para adaptarlas durante los próximos trimestres a «la evolución del entorno económico», que estará marcado según el diagnóstico del Banco de España por cinco grandes vectores: la evolución de la inflación tras el endurecimiento de la política monetaria, la adecuación de los niveles de solvencia de las entidades financieras a este contexto, la dinámicas en el mercado residencial, la evolución del mercado laboral y los factores que determinan su comportamiento futuro y el tono de la política fiscal.

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Bajo el paraguas de estas nuevas líneas de actuación, la entidad que gobierna Pablo Hernández de Cos anunció ayer que fiscalizará la adecuación del tono de la política fiscal española al objetivo de conseguir la sostenibilidad de la deuda a medio plazo, lo que incluye el análisis de la credibilidad de los planes presupuestarios.

El servicio de análisis del Banco de España también pondrá bajo el microscopio de su servicio de estudios las principales reformas estructurales impulsadas por el Gobierno con el objetivo de ver cómo han influido sobre la productividad y si han cumplido o no los objetivos de política económica con los que se aprobaron.

Los analistas de la institución explotarán las bases de datos administrativas disponibles y los microdatos recientemente abiertos para su uso por la Seguridad Social para analizar el impacto de dos de las reformas más emblemáticas y de las que más presume el Gobierno Sánchez: la reforma laboral y la de las pensiones, evaluando su capacidad para impulsar el crecimiento potencial de la economía a medio y largo plazo.

La institución diseccionará las políticas activas de empleo, evaluará la eficacia de los proyectos pilotos de itinerarios de inserción desarrollados en el ámbito del Ingreso Mínimo Vital y analizará experiencias de éxito en otros países para trasladar qué está funcionando en este ámbito, en el que España arrastra un déficit endémico.

Respecto a la vivienda, entre las prioridades también estará analizar la dinámica del mercado de la vivienda residencial en España, poniendo el foco en el acceso a la misma tanto desde el punto de vista de la propiedad como del alquiler.

Más allá de ello, el Banco de España realizará estudios sobre «la interacción entre la política fiscal y la política monetaria en el contexto de un nuevo marco de gobernanza fiscal en la Unión Económica y Monetaria». En este caso, se trata de una materia controvertida en el seno tanto del Banco de España como del Banco Central Europeo (BCE). Ambas instituciones llevan meses reclamando eliminar y/o limitar las ayudas fiscales puestas en marcha desde la pandemia y que se ampliaron con la crisis energética. La razón: que los supervisores financieros temen que el impulso vía política fiscal haga ineficaz la política monetaria y la inflación vuelva a subir. De ahí que el Banco de España vaya a analizar esa interacción entre ambas políticas.

También llama la atención la inclusión de la solvencia de la banca como uno de los puntos prioritarios en los análisis de la institución dirigida por Hernández de Cos. En concreto, la organización habla de estudiar «la adecuación de los niveles de solvencia bancaria en España, teniendo en cuenta las características del sistema bancario español, de la economía del país y su situación con respecto a la de otros sistemas financieros europeos».

En este sentido, se estudiará la solvencia de la banca pese a que el propio Banco de España avala en sus intervenciones los niveles de ratios de capital del sector. En el último informe de estabilidad financiera la institución destacó que la ratio de capital CET1 estaba en junio en el 13,1%, en niveles holgados.