El Banco de España advierte de los riesgos de reducir la jornada laboral de forma generalizada

Lo ha advertido este viernes el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, que subrayó que las horas trabajadas por empleado son, precisamente, uno de los escasos elementos del PIB per cápita en los que España se sitúa por encima de la media y que, por un puro efecto estadístico, una reducción generalizada de las horas trabajadas ensancharía la distancia de 13 puntos que nos separa de la media europea en este indicador, que se tiene como uno de los principales termómetros para medir la riqueza de los países y en el que España lleva 20 años sin avanzar.

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«Una reducción generalizada de la jornada laboral llevaría a aumentar la brecha del PIB per cápita, salvo que hubiera un aumento de la productividad», observó este viernes el analista jefe del Banco de España, que abogó por un enfoque más quirúrgico para cualquier medida que afecte a la jornada laboral para evitar que se convierta en un problema para algunos sectores productivos.

El Banco de España continúa detectando rigideces en el marco laboral doméstico y advierte que de no resolverse pueden convertirse en un problema para el adecuado despliegue de los fondos europeos.

«En un contexto en el que las inversiones de los fondos europeos pueden desencadenar un intenso proceso de reasignación sectorial, hacia sectores de mayor valor añadido, es clave que se reduzcan las rigideces del mercado laboral que pueden limitar la capacidad de las empresas para cubrir sus vacantes», alertó ayer Ángel Gavilán. Según las proyecciones del Banco de España, las dificultades de las empresas para cubrir vacantes podrían restar hasta cuatro décimas al crecimiento, siendo especialmente dañinas en ámbitos como la construcción, el sector tecnológico y la educación.

El asunto no es menor, ya que el impacto de los fondos europeos dependerán de su potencial de despliegue. En el mejor de los escenarios una adecuada ejecución de los fondos podría duplicar el potencial de crecimiento español hasta el 1,9%, pero las barreras a su despliegue pueden limitarlo.