El Banco de España advierte de que la política de ayudas del Gobierno prolongará la inflación hasta 2025
Retrasa un año su previsión de normalización de los precios bajo la certeza de que el Gobierno prorrogará durante 2023 buena parte de las medidas aprobadas para contener los precios
Ajusta del 5,6% al 4,9% su expectativa de IPC para 2023 pero dispara del 1,9% al 3,6% la de 2024
Recorta una décima su previsión de crecimiento para el año que viene que se queda en el 1,3%
Madrid
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Iniciar sesiónUtilizar el presupuesto público ahora para contener la inflación pasará factura más adelante. Ese es el mensaje que el Banco de España quiso dejar este martes encima de la mesa a una semana vista de que el Gobierno comunique su decisión sobre qué medidas ... de las aprobadas para aliviar el impacto de las subidas de precios sobre hogares y empresas va a prorrogar y cuáles va a retirar en todo o en parte.
En juego, alrededor de 15.000 millones de euros de recursos públicos en rebajas fiscales, bonificaciones y ayudas directas, que durante este año 2022 han servido para rebajar dos puntos la tasa media de inflación, según los cálculos de los analistas del Banco de España, pero que también han añadido más presión a las ya deficitarias arcas del Estado.
El Banco de España actualiza sus proyecciones
sobre la economía española
Subida porcentual interanual
Abril
Junio
Septiembre
Diciembre
Crecimiento
4,6%
4,5%
4,5%
4,1%
2,9%
2,9%
2,8%
2,7%
2,6%
2,5%
1,4%
1,3%
0
2022
2023
2024
Inflación
8,7%
8,4%
7,5%
7,0%
5,6%
4,9%
3,6%
2,6%
2,0%
1,9%
1,8%
1,6%
0
2022
2023
2024
Fuente: Banco de España / ABC
El Banco de España actualiza
sus proyecciones sobre
la economía española
Subida porcentual interanual
Abril
Junio
Septiembre
Diciembre
Crecimiento
4,6
4,5
4,5
4,1
2,9
2,9
2,8
2,7
2,6
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2022
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Inflación
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Fuente: Banco de España / ABC
La institución ha estimado que en el caso de que el Gobierno opte por prorrogar la mayor parte de esas medidas –de las que quita la bonificación de 20 céntimos al combustible cuya retirada parece a día de hoy el escenario más probable– la inflación del año que viene se situará en el entorno del 4,9%, muy por debajo del 5,6% que la institución estimó en octubre, pero en 2024 se alejará del objetivo del 2% que hasta ahora constituía el escenario central del Banco de España y se irá hasta el 3,6%. Es decir, que el mantenimiento de ese escudo regulatorio durante el año que viene servirá para hacer bajar la inflación el próximo año, un ejercicio singular por la doble convocatoria electoral que se avecina, pero también hará que el episodio inflacionista se prolongue durante un año más en España y que la normalización de los precios hacia ese nivel del 2% no llegue hasta 2025.
Torpedear la política monetaria del BCE
El director general de Economía y Estadística del supervisor, Ángel Gavilán, no ocultó los riesgos que observa en la extensión con carácter general esas ayudas. "Desplegar unas medidas que tienen un coste fiscal muy elevado y que solo contienen la evolución de la inflación durante un periodo de tiempo corto, para luego devolvértela cuando se retiran es algo que se tiene que valorar".
El directivo reiteró el ya conocido llamamiento de la institución a intensificar la focalización de las medidas. Lo que dicen sus datos es que solo una cuarta parte del esfuerzo presupuestario realizado por el Gobierno se dirige a colectivos concretos y que prevalecen las medidas de impacto general, como la controvertida bonificación de 20 céntimos al combustible o la rebaja del IVA al gas y la electricidad que además se ha demostrado que benefician más a las rentas más altas.
De telón de fondo, la preocupación por el impacto de las medidas sobre las cuentas públicas. De momento, el Banco de España ya descarta que el déficit público vaya a bajar del 3,7% en los próximos años. Lejos de asumir el escenario del Gobierno, que prevé que en 2025 el desequilibrio de las cuentas públicas bajen del 3%, la institución cree que ese año el déficit repuntará hasta el 4,5%, como consecuencia de los sobrecostes que generarán las pensiones y de la retirada de los gravámenes temporales que estarán vigentes durante 2023 y 2024.
El otro flanco de preocupación es la política monetaria. El Banco de España reiteró ayer el mensaje del BCE sobre la necesidad de acompasar la política fiscal a la política monetaria, de forma que la acción fiscal de los gobiernos no aliente la inflación en un momento en que el BCE está tratando de dominarla a golpe de subidas de tipos. Ángel Gavilán advirtió ayer del perfil inflacionista que tienen medidas no focalizadas, como las rebajas de IVA al gas y la electricidad, y de su incidencia indirecta en el incremento de la presión sobre el BCE para que eleve los tipos de interés.
Un acicate al crecimiento
El Banco de España expuso todas estas contraindicaciones, pero es probable que en el ánimo del Gobierno hayan pesado más las ventajas de mantener las medidas ya aprobadas. La más evidente de ellas es el estímulo que prestan a la actividad económica. La actualización de previsiones del Banco de España retoca levemente a la baja el crecimiento para 2023, que pasa del 1,4% que se anticipó en octubre al 1,3% (siempre por debajo del 2,1% que estima el Gobierno), pero es que en el caso de una eventual retirada de las medidas el crecimiento de 2023 perdería hasta cuatro décimas y se quedaría por debajo del 1%.
El resumen que se desprende del informe de previsiones del Banco de España es que prorrogar las medidas reducirá la inflación y mejorará el crecimiento de 2023 a cambio de elevar la inflación y moderar el crecimiento en 2024, el año después del 'rally electoral'.
Cerrando el foco al corto plazo el Banco de España reconoció que los indicadores adelantados del cuarto trimestre revelan un desempeño económico mejor al inicialmente esperado, en el que el riesgo de que la economía española cayera en lo que se denomina una recesión técnica –dos trimestres consecutivos de decrecimiento– se tenía como posible.
El paso de las semanas parece haber disipado algunos de los riesgos que se observaban en octubre y según explicó ayer el director de Economía de la institución el riesgo de una recesión técnica es ahora despreciable. Eso no significa que la economía española vaya a esquivar el estancamiento. El Banco de España espera un crecimiento mínimo de una décima, sino un estancamiento total, en el cuarto trimestre del año, que se prolongará también durante el primer trimestre de 2023 hasta empezar a repuntar en primavera.
Ese es el escenario central que, sin embargo, está rodeado de un buen puñado de incertidumbres, que de concretarse tendrán en su mayoría efectos negativos sobre el crecimiento. La institución enumeró la guerra en Ucrania, el impacto económico del endurecimiento de la política monetaria, la evolución de los precios en los mercados energéticos o la vulnerabilidad financiera de familias y empresas o la recesión global, entre otros.
MÁS INFORMACIÓN
La orientación de las políticas del Gobierno no es el único factor que está tirando de la inflación. El Banco de España ha explicado este martes que los datos que manejan les indican que aún quedan empresas que no han trasladado sus costes a precios y que prevén hacerlo en los próximos meses, lo que podría ser un elemento más de presión sobre los precios, que apuntala su escenario de una prolongación mayor en el tiempo de las tensiones inflacionistas en España.
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