El Banco de España advierte de que el envejecimiento lastra el dinamismo y la movilidad en el mercado laboral

La institución señala que esto puede dificultar la cobertura de los nuevos empleos ligados a la transformación digital y energética

El peso del empleo joven ha pasado de suponer el 46,3% en 2005 hasta el 28,6% en 2022

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El envejecimiento de la población española es una realidad. Y eso tiene también un impacto relevante en los flujos de entrada y salida, además de en la rotación entre empleos, del mercado laboral. El Banco de España ha analizado esto en un reciente ... informe y llega a una conclusión muy clara: el envejecimiento de la población supone un problema para el dinamismo y la movilidad en el mercado laboral y para poder cubrir los puestos de trabajo de la nueva economía.

«La población española se encuentra inmersa en un acusado proceso de envejecimiento que se intensificará en las próximas décadas. Como se ha puesto de manifiesto en diversos informes del Banco de España, dicho proceso podría tener un impacto muy significativo sobre el funcionamiento del mercado de trabajo en nuestro país», indica la institución, para añadir que en las últimas décadas el envejecimiento poblacional «habría contribuido de forma notable a reducir el dinamismo de las tasas de entrada y salida del empleo, así como de los movimientos directos empleo-empleo».

El Banco de España realiza un ejercicio bajo el supuesto de que la distribución de trabajadores por grupos de edad se hubiera mantenido constante en su situación del año 2005. Las conclusiones en este caso es que «el proceso de envejecimiento ha contribuido de forma notable a reducir el dinamismo de estos flujos laborales en las últimas décadas» y que «la tasa de movimientos empleo-empleo habría sido superior en ausencia del envejecimiento de la población trabajadora». Así, sostiene que el envejecimiento de la población trabajadora entre 2005 y 2022 habría reducido el dinamismo de los flujos laborales agregados en nuestro mercado de trabajo entre 0,5 y 0,8 puntos porcentuales en 2022. Por ejemplo, la movilidad habría sido medio punto mayor de no ser por el envejecimiento, lo que equivale, en promedio, a unos 82.000 movimientos empleo-empleo en un mes.

La consecuencia de esto puede no dejarse ver de manera inmediata sino más a futuro, una vez se culmine la transición hacia esa llamada nueva economía relacionada con la transformación digital y energética. ¿De qué manera? Dificultando que se puedan cubrir estos nuevos puestos de trabajo, algo de lo que ya se quejan en ocasiones las propias empresas.

«De cara a las próximas décadas, el envejecimiento de la población trabajadora en España se acentuará —según todas las proyecciones disponibles—, lo que contribuirá, previsiblemente, a reducir aún más el dinamismo de los flujos laborales en nuestro mercado de trabajo. Si bien el grado de incertidumbre es muy elevado, este envejecimiento previsto podría dificultar, en ausencia de medidas correctoras —tanto en el ámbito puramente demográfico, como en términos de políticas de empleo y formativas—, los procesos de reasignación sectorial y ocupacional de los trabajadores necesarios para las transiciones digital y energética y para el crecimiento de la productividad», indica el Banco de España.

La demografía, así, tiene un impacto importante no solo para poder cubrir los nuevos empleos sino también para mejorar en productividad, un indicador en el que España está a la cola de la Unión Europea y que es una tarea pendiente de todos los gobierno. Asimismo, es habitual escuchar críticas de los empresarios a que la demanda de trabajadores no casa con la oferta, en parte por un problema en la formación.

Cada vez menos jóvenes

El informe destaca que la población joven es la que tiene un mayor dinamismo en el mercado laboral, pero este grupo de edad cada vez es más estrecho. El peso del empleo joven, de hasta 35 años, ha pasado de suponer el 46,3% en 2005 hasta el 28,6% en 2022, según el informe. Por contra, los grupos de más edad (de 45-54 años y de 55 y más años) han incrementado su peso de manera gradual hasta suponer un 45% del empleo en 2022, es decir, 18,6 puntos porcentuales más de lo que representaban en 2005. A menor peso de la población joven, el mercado laboral reduce su dinamismo.

El Banco de España señala que los grupos de edad más jóvenes (de 16-24 años y de 25-34 años) son los que presentan un mayor dinamismo desde el no empleo al empleo, con tasas de entrada sustancialmente superiores a las de los grupos de mayor edad, y también de un empleo a otro sin pasar por el paro. «La movilidad va decayendo gradualmente conforme avanza la edad de los trabajadores», sostiene el documento.

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