Del azúcar al queso: los precios que más se disparan en la cesta de la compra

Para muestra, los últimos datos de NIQ (antigua Nielsen IQ). El mes pasado, entre los productos más inflacionistas de los supermercados españoles se situaron el azúcar, que continúa siendo el que más sube su precio respecto a un año antes, con un incremento del 33,4%; el mencionado aceite, con un 27,9%; las verduras congeladas y el arroz, con incrementos del 22,2%; los alimentos infantiles, con un 19,6% de aumento; el queso tradicional, con una subida del 15,7%; las conservas vegetales, que cuestan un 14,2% más; y los helados y los cereales para desayuno, ambos con un incremento del 14,2%.

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Nerea San Esteban

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Para arrojar estas conclusiones, NIQ utiliza los datos del llamado panel de detallistas, que utiliza la información procedente de la lectura del escáner de salida de cajas de los establecimientos de hipermercados, supermercados y especialistas de perfumería, complementada con la herramienta manual en los establecimientos de despacho tradicional. Es decir, tiene en cuenta el precio que pagan los clientes al pasar por caja con su compra.

La explicación de la continua subida de precios de cada uno de los alimentos señalados no es la misma para todos. «Azúcar y arroz dependen mucho del contexto internacional, porque aquí somos grandes productores», cuentan fuentes de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) consultadas por ABC, que explican el incremento del precio del queso tradicional por el encarecimiento también de la leche. «En la mayoría de los casos, la explicación es multifactorial, y tiene relación con la subida de costes de producción en el campo, la menor producción por factores climáticos (como la sequía) o la reducción de cabezas de ganado ante el aumento de los gastos de alimentación animal», apuntan.

También señalan desde COAG a las estrategias comerciales de las cadenas de distribución, «que trasladan antes o después, en función de su política de precios, las subidas a los consumidores». En esta línea, la Coordinadora considera que las caídas de los precios en el campo no se están trasladando aún a los consumidores: «Por ejemplo, ha empezado la campaña de hortícolas en invernadero en el sudeste español con fuertes caídas en el campo de calabacín y pepino pero no tiene reflejo a consumidor».

Con todo, y según las cifras de la consultora, los precios medios siguen registrando variaciones al alza frente a un año antes y así, desglosado por grandes secciones, la alimentación incrementó su precio en un 9,3%, mientras que las bebidas lo hicieron en un 7,4% y droguería y perfumería fueron un 7,3% superiores respecto a agosto de 2022. La moderación en el alza de precios se va notando en productos como los frutos secos, que suben un 2,7%; los vinos, con un incremento del 2,6%; el maquillaje, con un 2,5% más; los productos dietéticos, con un 2,2%; o los detergentes para la ropa y el queso fundido, con subidas del 2,1% y del 1,7%, respectivamente.

«Los consumidores, no solo de España, sino de todo el mundo se enfrentan a otro fin de año obstaculizado por el alto coste de la vida. Aunque el ritmo de la inflación de productos de gran consumo esté desacelerando ligeramente, esto no se traduce en cestas más baratas, al menos no todavía, ya que el crecimiento de precios sigue siendo elevado», explicaba ayer la directora general de NIQ para el Sur de Europa, Patricia Daimiel.

Como avanzaba la experta de la consultora, el aumento de los precios de los alimentos y de la energía «son las dos principales preocupaciones para los próximos meses y marcarán el comportamiento de las próximas compras, entre ellas las navideñas».