34 autobuses de empleados de la siderurgia faltan cada día al trabajo
El acero denuncia la pérdida de cinco millones de horas laborales con la producción en caída
La industria se ahoga: cae la actividad y se destruyen 64.500 empleos
Madrid
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLa siderurgia española enfrenta una etapa clave para su futuro con distintas incógnitas y otros tantos palos en las ruedas que restan competitividad al sector en un contexto donde ya de por sí juegan con gran desventaja respecto a gigantes como Estados Unidos y China, ... dos monstruos de la producción y exportación de acero. Algunas de estas trabas llegan directamente desde el corazón de las propias empresas: cada día se podrían llenar 34 autobuses de trabajadores de la siderurgia que faltan a su puesto de trabajo, según denuncia la patronal Unesid, que reúne a los principales fabricantes de acero con plantas en España como Acerinox, ArcelorMittal y Celsa. En total son unas cinco millones de horas de trabajo las que el sector calcula que se perdieron el año pasado, de las que el 83% de ellas se debieron a causas no relacionadas con el trabajo. El sector emplea a más de 20.000 personas en España.
La industria es, de hecho, el sector que mayor tasa de absentismo presenta actualmente en España. Según los datos de Adecco, las bajas laborales justificadas y no justificadas se elevaron al 7,4% en el primer trimestre de 2024, por encima del sector servicios (7,3%) y de la media española (6,8%). De hecho, las mayores tasas de ausencias al trabajo en España se dieron en dos de las regiones donde más presentes están las acereras como País Vasco (8,4%) y Asturias (8,2%). El año pasado, la producción de acero en España cayó un 1%, aunque lejos del desplome del 19% de 2022.
En conversación con este periódico, el director general de Unesid, Andrés Barceló, asegura que en algunas plantas, el absentismo diario puede ascender hasta el 10%. Explica que, para capearlo, las empresas buscan soluciones como invertir más en las fábricas y contratar lo que denomina 'trabajadores pululantes', que son empleados que se mueven de manera itinerante entre las distintas secciones de las plantas para suplir las bajas.
Esto ocurre además en plena negociación de Yolanda Díaz con agentes sociales para que a partir del 1 de enero la semana laboral se reduzca a 37,5 horas. «La siderurgia invierte y la gente es más productiva, pero hay unos límites. Si es la ley es demasiado estricta, no habrá manera de cumplirla. Las empresas trabajan en turnos y hacen más horas porque si no no hay manera de cuadrar los turnos, pero a cambio tienen descansos compensatorios que disfrutan como días de vacaciones, de manera que a final de año no trabajan más horas de las debidas», explica Barceló.
Más allá de esa amenaza, la siderurgia, como sector electrointensivo, sigue inquieto por los altos precios energéticos que abona respecto a otros competidores continentales como Francia y Alemania, que pagan alrededor de la mitad de factura de luz. En la asamblea de Unesid celebrada el mes pasado, las empresas volvieron a pedir compensar los sobrecostes eléctricos derivados del comercio de emisiones, con el 25% de los ingresos por las subastas de derechos de emisión de CO2, autorizados por la regulación europea.
UN SECTOR DE VALOR PARA LA ECONOMÍA
83%
de los trabajadores de la siderurgia que faltaron a su puesto de trabajo el año pasado, lo hicieron por causas ajenas a su trabajo, según Unesid.
20.000
más de 20.000 empleos da el sector siderúrgico en nuestro país, con gran importancia en algunas regiones como País Vasco.
7,6
millones de toneladas de acero se exportaron de España al exterior el año pasado, un 6% menos que en el año anterior, según la patronal.
Lo piden tras otro año en el que las exportaciones españolas han ido a la baja. En 2023 se vendieron al exterior 7,6 millones de toneladas de acero, un 6% menos que en 2022. Y grandes clientes como Francia, al que vendemos una de cada cinco millones de toneladas que salen de nuestras fronteras, adquirieron un 9% menos de productos de primera transformación del acero. Otros adquirentes relevantes como Alemania (8%) e Italia (10%) también compraron un 11 y un 19% menos que en el año anterior. Tan solo crecieron considerablemente las ventas a Marruecos (+18%).
Importaciones de países terceros en máximos
Y esto ocurre mientras las importaciones a España de acero se recuperaron y las desde países terceros siguen en máximos históricos con casi 4,1 millones de toneladas adquiridas fuera de la UE en 2023. De manera espectacular crecieron las compras a Corea del Sur (+45%). Vietnam (+42%). India (+32%), Egipto (+26%) y Japón (+20%) también engrosaron su caja con las ventas a nuestro país. Taiwán, nuestro principal proveedor fuera de Europa, tan solo incrementó sus ventas a España un 1%. Con el año pasado, ya son siete consecutivos en los que España ha obtenido un saldo comercial negativo con el acero.
También China aumentó su exposición comercial a nuestro país, aunque solo un 2%, cuando la patronal Unesid tiene en marcha un informe jurídico por fraude sobre las importaciones de tubos soldados de acero desde el gigante asiático. Según la asociación, España está recibiendo materiales para instalaciones de energía fotovoltaica, que se declaran incorrectamente como estructuras solares para eludir el pago de impuestos que equivale al 25% de la mercancía. En total, se sospecha que hay 19.400 toneladas que habrían sido importadas así desde China, de las 23.000 que hay en total bajo lupa.
Para el sector, la competencia con China sigue siendo uno de los principales retos a nivel europeo. «Se declara como país en vía de desarrollo y eso es ya una autodeclaración», señala Barceló, que denuncia que también Estados Unidos incumple las reglas de la Organización Mundial del Comercio.
Sobre la amenaza de que se produzcan deslocalizaciones en España por la pérdida de competitividad, como se ha rumoreado en los últimos años, el director general de Unesid explica que estas no se producen de una manera tangible, sino que las multinacionales dejan de invertir durante años en las fábricas y al final las acaban cerrando justificando que no son rentables. El Gobierno quiere cubrirse ante posibles fugas y en la nueva ley de Industria exigirá que los cierres sean comunicados con nueve meses de margen. Unesid prepara ya sus alegaciones al anteproyecto de la norma, que esta semana ha salido a información pública.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete