El arsenal de robots disruptivos que ha conquistado a la OTAN
La organización ha destinado nueve millones a la compra de los versátiles ingenios multifunción desarrollados por la startup alemana Arx-Robotics
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Los robots se desplazan sobre orugas y pueden equiparse con distintas tecnologías como radares o dispositivos de rastreo de minas
«Tecnología para proteger nuestra libertad y democracia». Así anuncia la startup muniquesa Arx-Robotics en sus catálogos los nuevos robots 'transformer', que pueden convertirse en diferentes tipos de vehículo y adoptar formas y capacidades alternativas sobre el terreno. Gracias a los sistemas modulares y ... al uso exclusivo en su montaje de piezas estándar, se modifican con facilidad durante el despliegue y permiten reaccionar mejor a la dinámica de las batallas.
Este tipo de fabricación beneficia, además, a la soberanía militar europea. El fundador de la empresa, Marc Wietfeld, es un ex oficial de la Bundeswehr alemana y se ha basado en sus conocimientos desde dentro de las necesidades de la OTAN para ofrecer este producto, un contrato con la Alianza Atlántica de 9 millones de euros pionero en su campo de negocio. Arx-Robotics acaba de probar que no es necesario ser un gran fabricante de armamento, basta con ser una pequeña empresa local, para vender productos al mayor ejército del planeta. En principio no van armados; están diseñados para apoyar a las fuerzas militares terrestres en funciones como el transporte, la evacuación médica o el despliegue de drones. Cada robot se desplaza sobre orugas y puede equiparse con distintas tecnologías como radares o dispositivos de rastreo de minas. «El próximo gran acontecimiento en la guerra es pequeño», redunda Wietfeld, que creó la empresa en marzo de 2021 e invirtió varias decenas de miles de euros en capital en el diseño de estos pequeños y versátiles robots.
En ese momento, recién comenzada la invasión rusa de Ucrania, los inversores eran todavía reticentes a la tecnología militar, pero la prolongación de la guerra ha ido llevando a un replanteamiento general y, casi dos años después, en septiembre de 2023, la startup pudo anunciar su primera ronda de financiación exitosa. Project A Ventures invirtió 1,15 millones en la empresa, que todavía se llamaba Arx-Landsysteme. El cambio de nombre se produjo en abril de 2024. Este mes de junio, la startup ha anunciado su mayor ronda de financiación hasta la fecha: recibirá un total de nueve millones de euros del Fondo de Innovación de la OTAN como principal inversor, así como de Project A Ventures y Discovery Ventures.
Baratos y versátiles
Los inversores han valorado que los robots de Arx-Robotics son significativamente más baratos que los tanques. En la batalla, constituyen elementos disruptivos: pueden abastecer a las propias tropas o espiar, pero también engañar al enemigo. Inspirándose en su propia experiencia militar, Wietfeld ha dotado a sus productos de capacidades que también han sido reconocidas por la OTAN como muy útiles en el campo de batalla, como «imitar los sonidos de los disparos, crear niebla artificial, interrumpir las señales de los drones o distraer con rayos láser». Los dispositivos son adecuados para su uso en áreas donde los vehículos más grandes, como los tanques, tienen difícil acceso, así sean áreas forestales o aldeas remotas. Además, el precio de cada unidad de un robot Gereon oscila entre los 30.000 y 150.000 euros, muy reducido en comparación con un tanque.
Arx ofrece actualmente seis pequeños modelos de robot que pueden realizar diferentes tareas. El más pequeño es el Gereon 3, diseñado para caber en un coche convencional, que cuenta con una velocidad de desplazamiento de 10 k/h, soporte de sensores para adquisición de datos ampliada y soporte de drones para operaciones aéreas ampliadas. El más grande de la flota, el Gereon RCS, se puede cargar con hasta 500 kilos de peso. Hasta ahora, Arx ha vendido sus robots a los ejércitos de Alemania, Ucrania, Austria, Suiza y Hungría y se están utilizando con éxito en el frente ucraniano. En el ámbito civil, han demostrado su eficiencia en rescates, en situaciones de desastre, como inundaciones o tsunamis.
El fundador de la empresa, Marc Wietfeld, es un ex oficial de la Bundeswehr alemana
Pueden configurarse fácilmente en el campo de batalla en cuestión de minutos. Pueden comunicarse mediante software e inteligencia artificial y son capaces de funcionar de forma autónoma, aunque también pueden controlarse a distancia. La empresa alemana ha desarrollado 12 robots, vendidos a los ejércitos de Ucrania, Alemania, Austria, Suiza y Hungría. En teoría, es posible equiparlos con armamento, pero Arx no ha avanzado en esa dirección. «Puedes adaptar el sistema tú mismo», sugiere Wietfeld, al frente de una empresa en la que trabajan actualmente unas 15 personas y que cuenta con ver aumentar sus ventas desde los varios cientos de miles de euros el año pasado a varios millones en 2024.