Los aranceles del 50% al acero y el aluminio «expulsan a las empresas europeas de EE.UU.»
La industria pide de manera urgente ayudas directas mientras se negocia con Trump
Se va a producir un efecto colateral como es el desvío de flujos comerciales hacia el mercado europeo, y eso dispara la competencia
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Iniciar sesiónDonald Trump no ha dicho su última palabra sobre los aranceles. En su enésimo zarandeo al comercio mundial, el sector del acero y el aluminio pagará las consecuencias. Ayer se hizo oficial la entrada en vigor de los aranceles desde el 25% al ... 50% a las importaciones estadounidenses para los productos de esta industria. Esto supone, de manera directa, la expulsión de las empresas que hacen negocio desde Europa. El único asidero para estas compañías, como ya hacen algunas, es desplazar la producción a Estados Unidos.
El presidente de Estados Unidos, pese al titubeo que parece mostrar con otros productos, con respecto al metal se mantiene inflexible. Trump considera necesario aumentar los aranceles al acero y al aluminio para que «las importaciones no amenacen con perjudicar la seguridad nacional y contrarrestar de forma más eficaz a los países extranjeros que continúan descargando excedentes de acero y aluminio a bajo precio en el mercado estadounidense, socavando la competitividad de las industrias locales».
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La respuesta desde este lado del Atlántico no se ha hecho esperar, y ha sido contundente. La gran patronal de compañías siderúrgicas, Unesid, asegura que se sienten «profundamente sorprendidos, y las empresas califican esta situación como inesperada y alarmante».
La asociación, que vela por los intereses de compañías como Acerinox, ArcelorMittal, Sidenor, Tubacex o Tubos Reunidos, sostiene que este nivel del 50% de las tasas arancelarias «supone en la práctica el cierre del mercado estadounidense para los productos siderúrgicos europeos». Una situación que no es ajena para las empresas españolas.
Asumen que hasta ahora, con el 25%, al menos permitía repartir parcialmente el sobrecoste con los clientes. Sin embargo, todo ha saltado por los aires. Este escenario, explican, ha tenido consecuencias inmediatas, «ya ha habido cancelaciones de pedidos que estaban en curso, e incluso se ha aplicado aranceles a mercancías en tránsito», explicaba ayer la directora general de Unesid, Carola Hermoso.
Sobre el golpe, estiman que «el impacto económico es de miles de millones para la industria. Pero no se trata solo de un problema europeo, en Estados Unidos ya se están paralizando inversiones. Todo indica que el país está entrando en un proceso inflacionario severo», estiman desde Unesid.
Estados Unidos importa actualmente 27 millones de toneladas de acero al año, lo que representa el 28% de su consumo. La imposición de aranceles tan elevados genera «un preocupante efecto colateral como es el desvío de flujos comerciales hacia el mercado europeo, que ya sufre distorsiones internas y una presión insostenible por la entrada de acero desde terceros países, a menudo producido sin cumplir los estándares ambientales ni sociales europeos», sentencian desde la patronal siderúrgica..
Ahora mismo el reclamo por parte de las empresas españolas es que la Unión Europea actúe con rapidez para el desarrollo de un mecanismo de defensa comercial que defienda a la industria del acero. De igual modo, piden al Gobierno y la Comisión Europea que aprueben con urgencia un paquete de ayudas directas para las empresas afectadas.
Malestar general
La preocupación es extensiva a todos los actores del sector, con independencia del tamaño. El secretario general de la Asociación Española del Aluminio y Tratamientos de Superficie (AEA), Gonzalo de Olabarría, lamentó los aranceles impuestos por EE.UU., y pidió medidas para luchar contra la competencia que suponen China y Turquía.
«Hay cláusulas antidumping contra el aluminio chino que vencen ahora y no estamos poniendo remedio a la entrada masiva de aluminio transformado desde Turquía en condiciones anticompetitivas», alertó Olabarría, quien lamentó que Europa haya abandonado la producción de aluminio primario que necesita su industria mientras acaba de subir aranceles al que compra fuera y ha limitado el suministro de países como Irán o Rusia, materia prima que si utilizan sus competidores, que posteriormente lo introducen en Europa transformado.
También avisó que, por si esto fuera poco, «en 2026 puede entrar en vigor un nuevo arancel, el mecanismo de ajuste en frontera de carbono», advirtió Olabarría, quien también lamentó que Europa está vendiendo chatarra de aluminio a China en condiciones que no son de mercado. «Como ejemplo, solo en España 400.000 toneladas de chatarra sirven de materia prima a la industria», aseveró.
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