Alemania y Francia acuerdan la reforma del Pacto de Estabilidad europeo

Según fuentes gubernamentales, la propuesta incluye líneas de seguridad más efectivas que antes para reducir el déficit presupuestario y la deuda nacional, pero tendrá más en cuenta las inversiones y las reformas estructurales de los Estados miembros ala hora de hacer el cómputo. De esta forma, el Pacto de Estabilidad y Crecimiento obtendrá una forma más flexible. Lindner ha celebrado en X la «posibilidad de llegar a un acuerdo político» en la reunión del miércoles del Ecofin.

El acuerdo entre Alemania y Francia es «una excelente noticia para Europa, que permitirá garantizar unas finanzas públicas y unas inversiones sanas en el futuro», considera Le Maire. Alemania ha logrado «líneas de seguridad que avancen cada año en la reducción del déficit y la reducción del ratio de deuda», se ha limitado a desvelar el alemán, que mostraba una línea bastante más dura hasta que este mismo mes el Tribunal Constitucional alemán ha tumbado los presupuestos generales alemanes de 2023 y 2024, situando a Berlín ante un callejón sin salida por la limitación de la deuda pública.

La sentencia ha contribuido a que Lindner ablande sensiblemente su reticencia al aumento del déficit y a sumarse a la visión francesa, según la cual las actuales normas de deuda de la UE son obsoletas y poco realistas. Están suspendidas, de hecho, desde 2020, primero debido a la pandemia y luego por las consecuencias del ataque ruso a Ucrania. Deberían volver a entrar en vigor a partir de 2024, razón por la cual la reforma se llevará a cabo con carácter urgente y entrarán en vigor seguramente en el segundo semestre de 2024, cuando Bruselas deberá evaluar los planes presupuestarios para 2025.

Los niveles de deuda en Europa han aumentado significativamente en los últimos años. De hecho, la UE tiene un límite superior para el déficit presupuestario del 3% de la producción económica respectiva y del 60% del nivel total de deuda. Sin embargo, estos requisitos se han violado repetidamente en el pasado sin tener consecuencias significativas.

Durante mucho tiempo, la principal cuestión controvertida fue la rapidez con la que los países muy endeudados debían acercarse a los requisitos. Los países de la UE del sur de Europa, en particular, temen que no se realicen las inversiones necesarias si las normas son demasiado estrictas. Francia, por ejemplo, no espera reducir la nueva deuda por debajo del 3% antes de 2027 y ha enfatizado repetidamente que quiere invertir más dinero en tecnologías futuras.

Lindner ha asegurado que se deban producir mejoras cada año en los niveles de déficit y de la deuda total en los países de la UE altamente endeudados. Ha sugerido que habrá redes de seguridad, así como incentivos para reformas e inversiones. En la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, los llamados criterios de Maastricht deberían permanecer sin cambios: nueva deuda anual de un máximo del 3% del producto interior bruto (PIB) y deuda total de un máximo del 60% para cada estado.